Crónicas cotidianas

“Quiero morirme, pero sé que usted no tiene ese poder”

"Caramba amigo me da vergüenza, pero me brinda un pan dulce", me dijo aquel hombre en una panadería de La Isabelica, en donde yo tomaba café con un amigo. "Cómo no. Pídelo", le respondo, momento en que el amigo se marcha y me quedo frente a aquel hombre que saboreaba el pan como lo único que había comido por días. "Quiere café", le digo. "Me apena tanto, pero le agradezco un marrón bien caliente". Lo pedí grande y le puse el azúcar. Él se dio cuenta que lo observaba con curiosidad. A pesar de su estado de deterioro, una barba rala, una chaquetica sucia y descuidada, como avergonzado, hacia un esfuerzo por verse decente frente a mí. Finalmente rompió el hielo. "A veces la vida le hace jugadas que uno nunca se espera". Me quedé en silencio, como esperando el inicio de una historia, y así fue. "Yo soy profesor de matemáticas y daba clases en un liceo por Ruiz Pineda, pero me sacaron porque dijeron que me volví loco. Pero ya ve, no estoy loco. Es muy fácil decir algo de alguien sin saber cuáles son sus circunstancias". "Sí, así es", alcance a responderle, más cómo indagando qué le había ocurrido.

Con voz calmada, como de resignación, comenzó una narración que sonaba más a surrealismo, o a un realismo mágico garciamarquiano. A los 25 años, ya docente, se divorció de una mujer con quien se casó muy joven. Seis meses después conoce a una colega en un liceo en Tocuyito, donde entonces daba clases. El amor fue a primera vista y seis meses después llegó el matrimonio con Gisela. "Ella daba clases de historia. Era muy dulce. Le encantaba que nos reuniéramos los viernes para tomar cerveza y escuchar música. Su risa me daba alegría, me llenaba de vida. Tuvimos tres hijos: Giselita, le quise poner como su mamá por el amor que sentía. Luzgrecia, fue un poema que leí de muchacho que decía luz de Grecia y siempre se me quedó grabado; y Alberto José, Alberto como mi papá y José como yo. Ya eran tiempos en que me había cambiado de liceo. Compraba libros de matemáticas y los leía como las novelas de literatura. Los muchachos eran adolescentes. En las navidades del 92, decoramos entre todos la casa. Creo que nunca reímos como ese año. Hicimos hallacas todos, Luzgrecia hizo ponche crema. Comimos tanto, bailamos Billo y cantamos. Estaban los novios de las muchachas y una hermana mía. Pero el 15 de enero llevamos al chamo para el médico porque tenía unos dolores en el estómago que no se le quitaban. Fue el principio de la tragedia".

Creo que José estaba buscando a alguien para desahogarse. Las lágrimas le llegaron a los labios para mezclarlas con el sabor del café. Se me hizo un nudo en la garganta y quise parar la narración. "Alberto tenía cáncer en el páncreas y murió en julio cerca de cumplir los 16. Su madre no soportó el dolor, no la pudimos sacar de allí y murió en diciembre de un infarto cuando ya era un guiñapo. Exactamente un año después, Luzgrecia tuvo una discusión con su marido y éste la mató de dos puñaladas. Durante el entierro, vi a Giselita, la única sangre que me quedaba y la que más me recordaba a su madre. Nos abrazamos, lloramos y le dije lo mucho que la quería. Pero el cáncer la estaba acechando, se había escondido en los pulmones. También murió en julio, justo dos años y seis días después que su hermano Alberto".

Es como si lo hubiera contado todo. Ya no le importaba que le vieran las lágrimas mezcladas con mocos, con saliva, con restos de pan dulce, con café. Se limpiaba con las manos y la mirada en lontananza con evocando el dolor. "Claro que no estoy muerto amigo, pero es como para estarlo ¿no cree? En realidad creo que no me importa nada. Es como si la vida no tuviera sentido".

No tenía idea qué decir porque realmente quería llorar. Así que saque dinero para pagar con una parquedad que debió impresionarlo. ¿Quiere algo más? Le pregunte, ni siquiera sé por qué.

"Quiero morirme, pero sé que usted no tiene ese poder", dijo.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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