RESUMEN
Desde comienzos del siglo XX, Venezuela ha ocupado un lugar prioritario en los intereses hemisféricos de los Estados Unidos, y para el país caribeño la potencia norteamericana ha constituido la médula del entorno internacional en el que ha operado, en términos de una inserción subordinada. Con la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia en 1999 y el comienzo del llamado “ciclo progresista”, se inicia un período de tensiones que van a llevar a Venezuela a ocupar un punto neurálgico de la geopolítica continental. Variadas formas de injerencia estadounidense, rencillas diplomáticas, alejamientos y aproximaciones intermitentes, se expresaron en tiempos en los que Venezuela asumía una serie de medidas y políticas divergentes de la política norteamericana (rechazo al ALCA e integración regional bolivariana; acercamiento a Cuba, China y Rusia; o el pronunciamiento retórico de Chávez a favor de un “Socialismo del Siglo XXI”).
Pese a todo ello, los Estados Unidos siguieron siendo el principal socio comercial venezolano hasta bien entrado el año de 2019. El presente informe intenta dar cuenta de manera crítica, matizada y resumida, de la deriva de esta relación bilateral, partiendo de un análisis integrado que articula elementos de economía, política, ecología política y el enfoque de derechos humanos. Se presenta tanto un recuento histórico-analítico de dicha relación, como una revisión del rol de los capitales estadounidenses, principalmente los petroleros, en la llamada ‘Revolución Bolivariana’, así como las consecuencias que estos acuerdos han tenido en materia ambiental y de derechos humanos. En el informe se evidencia la paradoja de una ligazón en la relación bilateral que, aunque disminuida, persiste en la actualidad, en el seno de una trama de agudas tensiones y contradicciones entre el Gobierno de Nicolás Maduro y el de Donald Trump y sus aliados regionales. La investigación logra cotejar la continuidad de transnacionales estadounidenses en la industria petrolera venezolana y la centralidad del mercado de EEUU para las exportaciones del petróleo venezolano, en las dos décadas de la Venezuela chavista (1999-2019).
Por último, en términos ambientales y de derechos humanos, el texto resalta también la relación de continuidad que ha mantenido la acción de Pdvsa después de la nacionalización petrolera y aún el período de los gobiernos “bolivarianos”.