Rafael Darío Ramírez: La guillotina

Como los templarios medievales consideras al pueblo influenciable con tus escritos mediáticos, no te has puesto a derecho porque gozas del capital para saltar de aquí para allá; huyendo de los procesos legales que debes enfrentar. Tanto tiempo al lado del presidente Chávez y no aprendiste a unirte a la causa por amor y con amor. Tal vez crees que con tanta academia acumulada te diferenciarías del lumpen. De verdad tu has tocado al pueblo simple, al obrero simple, al agricultor simple. Ese que por leal… te permitió acumular fortuna.

Tu valentía digital atrae a los cerebros más obtusos de la derecha y aún más, a los retrógrados y oportunistas de la ultraizquierda, esa: la obtusa. Es muy difícil para mi escribir algo sobre alguien tan gris. No encuentro colores. Siempre fuiste tibio, indefinible.

En la industria dejaste más pasivos que activos. Típico de las escuelas de administración gringas. No has podido calar, convencer, a pesar que tus escritos siempre se colocan “arriba y a la derecha” de ésta página digital. Costuras se ven. Autócrata hablando de legitimidad. Tu figura y la de Luisa Marvelia tienen algo en común: la hipocresía y el saqueo por derecho adquirido. Entrégate, estás descubierto, no temas que el pueblo está claro como en “el arte de la guerra”: no se convierte en lo que combate.

Una guillotina francesa clamará por tu cabeza, pero descuida, no la perderás, la necesitas para vernos florecer como pueblo con lealtad y honor libertario, valores que huyeron en algún momento de tu maltrecho espíritu. Despavorido. Confundido. Insensato.


jorge.plasencia1@gmail.com
Rescatador de la Industria Petroqúimica PEQUIVEN: 1989-2015


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1234 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter