Sí la oligarquía es una especie de “sangres azules” que se transmiten el poder de generación en generación, y que evidentemente hoy resultan unos ridículos de alto octanaje. Los oligarcas fueron en el pasado unos carajos poderosos, hoy no son más que unos pendejos horrorosos. Pero en ese pasado se hicieron de los grandes medios de comunicación y crearon, aquí en esta parte del mundo, un monopolio mediático que va desde el Río Grande hasta la Patagonia o desde la “Bajada del Tamarindo” hasta el barrio “Cochino frito”. Es así como en Venezuela existe El UNIVERZAL. Un periódico que siempre fue visto como un gran mural de anuncios clasificados y con una que otra particularidad noticiosa donde no existía es gran ARRECHERA que hoy vomita por ese cu…ello de botella, (sin alusión a OswaldoÁlvarez Parr, por favor). El señor Mata, que habla como un mismo gringo, no creo que conozca en profundidad la idiosincrasia venezolana. Es igualito a esos presidentes de repúblicas hermanas que estudiaron en USA y por eso se imaginan, cuando están entre el pueblo que los vio nacer, que son gringolandios. ¿Que estúpida imagen crea en algunos venezolanos ese país IMPERIAL? Usted observa el currículo del indio Toledo y dice que estudió en USA, igual Alan García, Noboa y CIA, sin dejar pasar por alto al “Zorro”, Fox quien se siente méjico gringo, con esa cara de sumiso que no se la quita ni el Dr. Frankeistein. Ellos son hijos de oligarcas. Niños que tuvieron buenos juguetes, excelentes diversiones y mejores gulas económicas. Crecieron al son de una mucama que le soportaba de todo y con las cuales algunas veces aprendieron el sexo. Cuando la pobre mujer quedaba preñada, entonces la echaban de la casa y los hacedores de culebras televisivas se aprovechaban de ese dolor para escribir sus genialidades, que luego lanzaban a los ojos de las bolsas para que lloraran y sufrieran. Los oligarcas de Venezuela todavía practican la esclavitud. Unas de las prioridades de la Revolución a medida que se vaya solidificando, es hacer un gran censo por entre esas lujosas urbanizaciones del Este caraqueño. En esos lugares, en quintas, mansiones y lujosos apartamentos, viven venezolanas, las llamadas sirvientas, que nunca, jamás, han salido de esos lugares, desde que llegaron de la provincia.

Permanecen secuestradas. Sometidas al ostracismo, sin que nadie vea por ellas. Existe un lugar por Bella Vista, una agencia de empleo de “servicios de adentro”, cuyo slogan es “Sin familia en Caracas”, eso para que los que las contraten sepan que no hay problemas con salidas, pues ¿para dónde van a ir esas mujeres? El Ministerio de la Mujer debe tomar conciencia de eso. Es urgente. En la Revolución no debe haber esclavitud. Los oligarcas no saben de sensibilidad humana. Lo de ellos es que trabaje y al carajo. Lo mismo sucede con los portugueses dueños de bares. ESTOS SEÑORES HACEN APOLOGÍA A LA PROSTITUCIÓN, descaradamente. No hay en ningún bar una mujer de nacionalidad portuguesa que labore de mesonera. Y son ellos los dueños de estos bares. Ofrecen salarios de hambre a las jóvenes mujeres criollas. Éstas deben consumir licor, hacer nudismo, pasar la noche en vela y estar propensas a enfermedades contagiosas, sin ninguna alternativa en lo que se refiere a lo que dicta la ley para proteger al trabajador. Es horripilante ver a casi niñas, desvestidas, desnudas, siendo perseguidas por los ojos y las manos de la jauría varonil que frecuenta estos centros del vicio y la irresponsabilidad. La mayoría de estas mujeres pertenecen al estrato menos ínfimo de la sociedad. Muchachas abandonadas con hijos,

Víctimas del machismo criollo que se ven obligadas a realizar ese trabajo por las circunstancias y la falta de ayuda social. La manida respuestas de los tratantes de blanca, es que “a ella nadie las obliga” y eso no es así. La sociedad debe velar por la educación de su pueblo y mantener a raya a los que en franca traición a la bondad de los que les dieron la oportunidad para vivir aquí, luego se convierten en apologistas de la decadencia social del pueblo. Sabemos del trabajo ejemplar de María León de Inamujer y su eterna lucha por lograr las reivindicaciones que durante años les han sido negadas a las mujeres en Venezuela. Es hora de darles un parao a los mercantilistas del sexo, del abuso, del atropello. Es un clamor que sale de las gargantas de estas damas y de los que no vemos con indiferencia tal muestra de aberrante, posición esclavista a pleno comienzo del siglo XXI

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