El día de la Independencia para un grupo de agentes de la PNB

Hoy es 5 de Julio, se celebran 207 años de aquel día en que la pluma de Juan Germán Roscio plasmo para siempre el deseo de nuestro pueblo a ser libre, documento suscrito, entre otros, por Francisco de Miranda, Fernando Peñalver, Lino de Clemente y el mismo Roscio. En el espíritu de aquel acto se hizo patente liberar nuestra tierra y, por tanto, a nuestra nación del agravio, la opresión y las vejaciones que hasta ese momento había estado expuesto.

Desde entonces, ha transcurrido un poco más de dos siglos, y aunque mucho se ha hecho e intentado, aún seguimos luchando por ser verdaderamente libres, con el agravante de que los enemigos de esa vida de justicia y respeto ahora no solo son externos, sino que a lo interno de la patria también se multiplican y, peor aún, se mimetizan y se disfrazan de patriotas, pero esconden ese hálito de verdugos del pueblo humilde y lo sacan a pasear de vez en vez.

Motiva el título de estas reflexiones el hecho de que la mañana de hoy mientras transitaba por las calles de Caracas, pude ser testigo del trato violentamente desmedido e inhumano que un miembro de la PNB le propinaba a un ciudadano, bajo la mirada cómplice de otros tres agentes, dos abordo en sendas motocicletas y una agente femenina observando aquella paliza a muy pocos metros del suceso. No sé si aquel ciudadano era un malhechor o delincuente, tampoco si había cometido o no delito alguno, pero si pude ver claramente que aquel agente le dio no menos de 20 patadas y golpes en la cara y otras pates del cuerpo, lamentablemente, la distancia no me permitió ver nombres o números de placa (elemento en desuso en el uniforme de este cuerpo policial).

Creo que el discurso gubernamental del respeto y defensa de los derechos humanos no pasó por la formación de estos agentes, tampoco los elementos constitutivos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en 1948 y reconocido por nuestra República, mucho menos las disposiciones sobre la materia de nuestra maltratada Carta Magna, cada día más desconocida y "baipaseada" por muchos.

Me llamó mucho la atención que irónicamente el suceso que aquí describo se perpetró hoy, Día de la Independencia en un monumento situado en Chuao en homenaje a las víctimas del genocidio armenio, ocurrido en aquel país entre 1915 y 1923, erigido por la comunidad armenia de nuestro país hace ya algunos años.

Estos abusos vienen a engrosar la larga lista de sufrimientos que afronta nuestro pueblo humilde, ese que no tiene cargos ni anda en camionetotas con guardaespaldas, y es parte de las razones por las cuales cada día nuestros cuerpos de seguridad pierden el respeto ante la ciudadanía, dada su reiterada actitud de vocación abusiva y represiva, vaya pues el exhorto a los ente competentes sobre la garantía de derechos fundamentales, así como a las autoridades de las instituciones encargadas de la formación de funcionarios policiales para el fomento de una conciencia humanista verdadera y la observancia de una conducta ética en sus egresados, para que escenas como estas no sigan repitiéndose en nuestras calles, entre nuestra gente.

 

antocontreras@gmail.com



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