IDENNA incumple la ley del trabajo cuando desconoce los derechos de una trabajadora

Qué triste e incómodo denunciar una institución del gobierno, gobierno revolucionario que he apoyado desde sus inicios, por convicción y pese a todas las injusticias con las que uno se topa.

Trabajé un año en el Idenna, como educadora comunitaria, una experiencia maravillosa desde el punto de vista del compartir con niños, niñas y adolescentes a quienes el Estado le ofrece bienestar, pero como trabajadora es terrible la violación a nuestros derechos, en fin, estuve esperando un contrato que nunca llegó  por lo que decido renunciar, después de agotar los canales regulares para pedir mi liquidación, la única respuesta que obtuve en recursos humanos fue: “a Ud. no le no  corresponde ningún pago ya que no hay un contrato, vaya donde quiera pero no le debemos nada”.

Uno se pregunta sin contrato no hubo una relación laboral, invisibilizando mi labor por un año, que implica cumplimiento de horario, compromiso, responsabilidad pese a todas las irregularidades e impuntualidad con el salario y la situación del país, entonces, no existen los cuadernos de novedades, el record de asistencias, los estados de cuenta donde me pagaban, las fotografías de actividades, las y los compañeras (os) y las y los niños, niñas y adolescentes con los que compartí.

Y dónde quedan los derechos de las y los trabajadores contemplados en la ley del trabajo por la que tanto se luchó, sobre todo cómo es que una institución del gobierno actúe de esta forma y continúe haciéndolo, ya que esta no es la primera denuncia a este ente ni mi caso es el único.

Y uno se consigue en las puertas de las oficinas cartelitos que dicen:  “Aquí no se habla mal de Chávez”,  la doble moral, el doble discurso aflorando  y contradiciendo al Comandante Chávez y su legado, parece que no terminan de entender que urge consolidar el modelo socialista, basado en el humanismo,  humildad, justicia, solidaridad, sobre todo en estos momentos de guerra no convencional, partiendo del ejemplo, para que quienes no están con el proceso _ en el Idenna son la mayoría_, se sumen y quienes estuvimos, estamos y estaremos tengamos más razones para defenderlo.

Yo no estoy pidiendo que me regalen nada pues lo poco que tengo ha sido por mi esfuerzo, tampoco esto va a cambiar mis convicciones pues son de corazón, solo quiero lo que me corresponde.

En el Ministerio del Trabajo me dicen que tengo derecho a mi liquidación pues tengo todas las pruebas a mi favor, pero para Idenna el Ministerio y la Ley del Trabajo no existen.

Compañero Nicolás  Maduro, ojala lea esta carta escrita con respeto y humildad para hacer pública una situación que tendría que ser impensable en revolución, como lo es el irrespeto de los derechos de una trabajadora. Exijo se respeten mis derechos y se me entregue mi liquidación, y si acudo a los medios para hacer pública esta situación es por el silencio de las instituciones.

Espero que más pronto que tarde encuentre una respuesta positiva a esta solicitud de pago, pues además la especulación y la espiral inflacionaria van pulverizando lo que por ley me corresponde, y cuando me lo den, probablemente no valga ni siquiera un tercio de lo que fue el monto en el momento de mi renuncia en septiembre de 2017.

Como lo dije al comienzo nunca me imagine que tendría que denunciar a una institución del gobierno que apoyo…

Angélica Yudermis Acosta
C.I. 6.331.530

 

CARTA ENVIADA AL DIRECTOR DE IDENNA MIRANDA CON CC A PRESIDENCIA IDENNA

 

 

Caracas, 25 de enero de 2018.

 

 

Abg. Iván Gómez

Director Estatal de Idenna Miranda

CAI Centro de Atención Integral, Los Chorros

Presente.

 CC: Profesora Amalia Sáez. Presidenta de Idenna

 

Reciba un respetuoso, humilde y sincero  saludo revolucionario de parte de esta servidora comprometida con este proceso desde sus inicios pese a las decepciones, la presente es para exponerle mi situación como ex empleada de Idenna Miranda y la injusticia que pretenden cometer conmigo, vulnerando mis derechos.

Comenzaré por hacer de su conocimiento mi paso por Idenna, comencé el 22 de agosto del 2016, en el Hatillo, sede de la UPI Valientes Vencedores, en ese momento una de las educadoras se iba de vacaciones, la compañera Nohelia Contreras, una vez que ella se reincorpora, la coordinadora, para ese momento: Liset Michelena, me explica que no había contrato pero que necesitaban personal ya que 2 educadoras habían sido cambiadas y otras dos habían  renunciado, así que continuo trabajando sin suplir a nadie.  Luego, nos mudan a Santa Mónica, estando ahí cambian al director de estado, así como en varias oportunidades a las coordinadoras, se hacen reuniones periódicas como siempre, donde se plantea la inestabilidad laboral de quienes no habíamos firmado el contrato, se hacen los esfuerzos necesarios pero la respuesta de recursos humanos sigue siendo la misma: “no hay contrato, deben esperar que se les llame”,  a finales de marzo de 2017, deciden  intercambiar  personal entre las sedes y me envían a los Chorros, al CAI, donde debo reconocer y agradecer que la coordinadora general, la abogada Sonia, estuvo pendiente de mi situación para que al menos cobrara al día, al cumplir el año solicito mis vacaciones pero la coordinadora me informa que no pueden concedérmelas por la misma injusta razón de que no estoy contratada;  es cuando decido buscar empleo en otra parte, afortunadamente inmediatamente me llamaron, razón por la que renuncio el 07 de septiembre de 2017. Mi trabajo siempre se enfocaba más allá de la enseñanza académica, enalteciendo los principios y valores, en la formación de ideales con argumentos para la creación del hombre nuevo, tomando en cuenta las emociones de cada uno de los NNA a través de conversatorios, cine foros, actividades recreativas, deportivas y artísticas, desde el amor y la comprensión. Aquí quiero acotar que veces se pasa por alto que esos NNA a quienes se les cubre sus necesidades básicas llegan con mucho resentimiento y eso es lo que hay que canalizar, haciéndoles entender a sus padres y logrando que los perdonen.

Cabe destacar que trabajé un año y un mes como educadora comunitaria en esta institución, los primeros 3 meses dentro de los turnos de la mañana y  tarde,  el resto del tiempo en  las guardias nocturnas, percibiendo el sueldo de forma irregular, no me pagaban quincenalmente sino mensual, muchas veces cada dos o tres meses, incluso para diciembre del mismo año, teniendo más de cuatro meses no recibí  utilidades ni ningún beneficio que otorga la ley, la coordinadora de turno afirma que cuando firmara el contrato o me fuese me pagarían todo y que no debía preocuparme, sin embargo  recursos humanos maneja la figura “conveniente” de suplente, para quienes no han firmado contrato, nunca supe cuáles eran los criterios para ser llamados a firmar, tal parece que no tiene nada que ver, la disciplina, puntualidad, responsabilidad,  compromiso, etc.,  resulta impensable que una institución del estado violente la ley de los trabajadores por la que tanto se luchó;  la verdad es que por la necesidad económica y el tipo de trabajo que me encantaba esperé paciente pero no dependía de mí y siempre por los canales regulares preguntaba, obteniendo la respuesta antes mencionada.

Esperando ser llamada para mi liquidación converso con algunas ex compañeras, entre ellas la asistente administrativa de  Valientes Vencedores,  quienes me informan que la liquidación se tarda y que tiene unos procedimientos previos, tales como, solicitar una carta en la coordinación de bienes nacionales, luego llevar esa carta a la sede de Altamira donde me darán un acta de certificación de bienes públicos y finalmente ir a recursos humanos, una vez ahí comenzarían a efectuarme el arreglo correspondiente al año de trabajo. 

Después de  realizar todos estos trámites burocráticos, en recursos humanos, fui atendida por una compañera del área que  amablemente me indica que no me corresponde liquidación porque no tengo ningún contrato con ellos, es decir, mi trabajo y todas esas dificultades a las que uno se enfrenta para estar a la altura del compromiso, sin contar con todas las irregularidades a la que me sometieron en cuanto al salario y toda la difícil  situación del país quedan invisibilizados. Frente a esta determinación, siento  una profunda mezcla entre decepción e indignación, pues no estoy solicitando que me regalen ni esperando algo que no me corresponda, tampoco se trata de una empresa privada acostumbrada a burlar la ley y explotar al trabajador; hubo una relación de trabajo, injusta, pero existió, estuve un año y un mes, de hecho, tengo mi carta de renuncia recibida por ustedes, las cartas de bienes nacionales, el estado de cuenta del banco donde se muestra los pagos por nómina, algunos recibos de pagos, además del registro de asistencias,  los cuadernos de novedades, fotografías de actividades,  los testimonios de las personas con quienes compartí.

Es muy triste que estas cosas pasen y que posiblemente continúen pasando ya que mi caso no es el único, sin embargo, lo que más me angustia es que estamos frente a una guerra no convencional desde hace mucho y que se permitan hacer este tipo de cosas, haciéndole daño al proceso,  cuando la idea debe ser ejemplo,  modelo,  imponer los principios socialistas, humanistas y revolucionarios internamente, resaltando los valores de un legado que costó muchísimo, así como defender los logros obtenidos y la mejor forma de hacerlo es sumando y multiplicando, uniéndonos, de nada sirve obligar a las personas a colocar en las puertas de las oficinas “Aquí no se habla mal de Chávez” si con estas actitudes no solo hablan mal de él sino que lo ofenden.

Sin más a que hacer referencia y agradeciendo su atención me despido con la esperanza de que usted, que siempre me pareció un hombre humilde, justo y honesto pueda solventar la situación,

Atentamente,

 

 

 

Angélica Yudermis Acosta
C.I. 6.331.530

 

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