El tiempo se acabó; hay que cambiar y hacer bien las cosas o una hecatombe nos arrasará

La situación del país ha alcanzado niveles, no de intranquilidad o inquietud, sino de pánico, y pareciera que el equipo de gobierno tiene una venda en los ojos y unos tapones en los oídos que les impide captar y asimilar las amenazas y peligros que, como una ominosa nube, se ciernen sobre el país.

Uno entiende que, como siempre se ha dicho, el primer deber de un gobernante es mantenerse al frente de las responsabilidades que el país le concedió, pero es una obligación aun mayor ejercer el poder de forma útil y positiva, es necesario tener abiertos canales de comunicación con la gente para conocer al detalle y de manera oportuna la marcha del país; aun cuando se tengan las mejores intenciones, no se puede gobernar de una forma que conduzca a la sociedad a la miseria y a sufrir todo tipo de calamidad.

Resulta inexplicable la indiferencia del equipo de gobierno ante una serie de hechos irregulares que están a la vista de todos,y que el gobierno tiene los medios para combatirlos, y no se atacan:

-El contrabando de gasolina, diesel y lubricantes hacia Colombia y países vecinos tiene niveles astronómicos, siendo el gobierno quien refina, transporta y distribuye estos productos, no se entiende porque ese desangre no puede detenerse. Es humillante la forma como Colombia agrede a Venezuela y nosotros les pagamos con subsidios. Es pertinente y urgente un cierre total de las frontera o alguna otra medida que corrija esta anomalía.

-No hay forma de comprender a que se debe la escasez de lubricantes PDV y el bachaqueo y robo que con este importante artículo hacen los delincuentes bachaqueros; amigos de Maracaibo me han comentado que ellos compran aceite PDV en Colombia,lo cual es una absurda aberración y el gobierno no hace nada y la gente destruyendo sus carros porque es imposible cambiar el aceite a un vehículo teniendo que pagar diez millones de Bolívares.

-Ante la destrucción de TODAS las empresas básicas el gobierno mantiene la super errada política de entregar la conducción de las mismas a militares o militantes del partido, sin formación gerencial o técnica, sin experiencia, sin liderazgo ni reputación conocida, y persisten en su negativa de reclutar venezolanos capaces, con formación, experiencia e incluso simpatizantes del gobierno, que los hay por miles y están, inexplicablemente, relegados y despreciados por el gobierno.

-El asunto de la REGALADERA llegó al extremo con los bonos, uno daría la vida para que el gobierno entienda que de esa manera no se solucionan las necesidades de la gente, no gana ni siquiera su apoyo y lo que se ha logrado es crear una gran masa de flojos, vividores, tracaleros y parásitos, especializados en robarse esas dádivas, debe, de inmediato, cambiarse el destino de estos dineros; lo que se necesita es crear fuentes de trabajo y oportunidades para producir y hacia allí deben ir las inversiones.

-Los ridículos precios de la gasolina, la electricidad, el agua y el gas solo sirven para estimular el derroche y el mal uso de estos valiosos recursos; es urgente adecuar las tarifas y si se quiere proteger a algunos sectores, se fijan tarifas sociales determinadas por el consumo.

-La corrupción en las alcabalas y en los aeropuertos es pública y descarada, los funcionarios: guardias, militares, policías y civiles, extorsionan y amenazan sin pudor a pasajeros y transeúntes, quedándose con sus bienes y su dinero. La causa más importante del contrabando de extracción es la corrupción de militares en las fronteras y las alcabalas, así lo dicen las personas que tienen que circular por estos sitios y lo demuestran los muchos reportajes hechos por periodistas de muchos medios y países, ¿ podría, Sr Presidente, dedicarle un poco de tiempo a este materia? hay mucha gente que puede aportar para diseñar un sistema eficiente de control y corregir este vergonzoso asunto.

Sr. Presidente y equipo de gobierno, el destino del país esta en sus manos y es una gran responsabilidad, seguir priorizando asuntos políticos y partidistas por encima de los temas sociales y económicos esta arrastrando al país a un negro y trágico futuro del cual no sera fácil salir, ojalá que este escrito junto al de muchos otros les convenza del peligroso trance que se está viviendo y la necesidad de actuar con premura y diligencia.

Saludos,



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Jesús Requena G.


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