Mi hijo de 15 años debutó como víctima del hampa

Ayer viernes 24 de noviembre, mi hijo de 15 años y estudiante de 5to año de bachillerato fue despojado a punta de pistola de su teléfono y su bolso del colegio, convirtiéndose en un nuevo debutante como víctima del hampa, ya no del hampa producto de los cuarenta años de nefastos gobiernos cuartorepublicanos, sino del hampa nacida o criada “en revolución”.

Pero su debut ha sido con el hampa “de a pie”, porque como todos nosotros ya es veterano en ser víctima del hampa de cuello blanco, y del hampa de cuello rojo, esos mismos que se les atragantan las palabras patria o traidor a la patria, burguesía, derecha, revolución, imperio, mientras sus hijos están a buen resguardo en otras latitudes.

Yo soy uno de los que me he empeñado en no confundir el gobierno de Chávez con esta vergüenza histórica que es el desgobierno de Maduro, sin embargo hay que aceptar que entre los múltiples errores endilgables a Chávez, la escogencia de un individuo irremediablemente incapaz como Maduro como su sucesor echó por tierra los aciertos que pudo haber tenido el comandante, por lo que cuando Chávez tomó esa infeliz decisión condenó para siempre su propia gestión.

No abre la boca el hoy presidente de la República ni ninguno de sus funcionarios o aliados sin decir (palabras más palabras menos) “es la guerra económica, yo no fui”, haciendo del yonofuismo la filosofía bandera de esta increíblemente inepta gestión. Mientras los padres enseñamos a nuestros hijos a asumir sus responsabilidades con valentía, tenemos un gobierno que no asume ninguna y que se declara víctima inocente del desastre más bochornoso y criminal de nuestra historia.

Solo nos queda mascullar la rabia, como Alí Primera, ya que denunciar es hacer el ridículo, sabiendo además que esos jóvenes que hoy se dejan matar por robarse un teléfono y un bolso con unos cuadernos son producto del fracaso de un sueño que nos llevó de un estado fallido a una sociedad fallida y que hasta este sencillo y mal logrado escrito me puede convertir en un traidor a la patria, según la grotesca perspectiva de esta dirigencia

Hoy debo celebrar el hecho de que mi hijo haya llegado sano y salvo a casa, y prepararlo para emigrar, ya que esta gente, “que ni pone ni deja la culequera” (Alí…), no van a soltar el coroto así nada más, porque son demasiadas culpas, demasiados rabos de paja, demasiados cabos sueltos, demasiadas trácalas que su única seguridad es aferrarse al poder, no importa cuántos niños más mueran de desnutrición, no importa cuanta hambre y cuanta emigración, no importa cuánto desmadre, el que se queje es un traidor a la patria.

Máryurys, una mujer de 45 años, con cuatro hijos sin padres, licenciada en educación y profesora de inglés, química, física y matemática, exvecina, una de las mujeres más inteligentes, sabias y pacientes que he conocido, una verdadera maestra, comunista natural, solidaria hasta el martirio, ya tiene tres meses en una finca en Cúcuta, trabajando de cuasiesclava en un área donde para llegar hay que andar tres horas a caballo, intentando salvar a sus hijas adolescentes de la mendicidad o la prostitución, dejándolas solas con la abuela mientras ella desperdicia sus talentos en una tierra donde el venezolano es un animal más.

Acaba de dimitir Robert Mugabe con la creencia de que todavía su patria lo necesita, con la seguridad de que es un héroe de la patria y de que su pueblo se lo reconocerá tarde o temprano. Son tantas tragedias que ha traído este desgobierno madurista en tan poco tiempo…”esos carajos no entienden” (Alí…)

 

abogadosuceve@hotmail.com



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