El Amparo, Caño La Colorada

Venezuela, lamentablemente, ha sido víctima, a través de toda su historia, de gobiernos que se han caracterizados por estar incursos en muertes violentas y por ende, recurrentes en la violación de los derechos fundamentales del hombre, a saber: masacres planificadas, asesinatos políticos, desapariciones forzosas, etc., pasando por el magnicidio (caso del Presidente de la Junta Militar de Gobierno: Carlos Delgado Chalbaud). Delitos estos que en la totalidad de los casos fueron "protegidos" por la impunidad que siempre ha reinado, debido a las influencias políticas, principalmente; salvo alguna rara excepción, el reo ha sido condenado a una pena de "consolación".

En relación al caso de las masacres, el pasado 29 de octubre se cumplieron 28 años de una de las matanzas de seres humanos llevada a cabo en nuestro país más terrible que recuerde la historia republicana en el siglo XX, como lo fue el asesinato de 14 humildes habitantes de la población de El Amparo del Municipio Páez del Estado Apure, en su mayoría pescadores y a quienes el propio Presidente de la República, para entonces Jaime Lusinchi, le comunicó al país que los muertos eran miembros del E.L.N. (Ejército de Liberación Nacional) de Colombia, es decir: eran guerrilleros. Nada más falso. Esa falsedad se corroboró ante las autoridades y tribunales competentes por la presencia y declaraciones de dos hombres que sobrevivieron a la masacre: Wolmer Pinilla y José A. Arias.

Ahora bien, ¿por qué asesinan a los 14 moradores de El Amparo y en casos similares, anteriormente, a once personas más?

El 27 de octubre de 1987 mediante decreto Nª 1810 emanado de la Presidencia de la República, se creó un organismo paramilitar con el nombre de "Comando Específico General José Antonio Páez" (Cejap). El propósito de esta creación, según la opinión de sus jefes era la de salvaguardar la frontera en aquella región del pais (Apure y Táchira) combatiendo el hampa, la subversión, el contrabando y el narcotráfico. En otras palabras: brindarle protección y seguridad a sus habitantes (en especial y específicamente a ganaderos y terratenientes); pero resulta que dentro de la macabra institución, conformada por las cuatro fuerzas militares más la Disip, Dim, Ptj y Diex se movían oscuros intereses de nefastos negocios para vender seguridad y protección, como ya mencioné, a los ganaderos y terratenientes de la zona.

Este organismo estaba adscrito al Comando de la Segunda División de Infantería y Guarnición del Estado Táchira, cuyo máximo jefe era el General Humberto Camejo Arias y el Comandante del Cejap Coronel Enrique Vivas Quintero. Entre estos señores y el Director Nacional de Operaciones de la Disip, Comisario Henry López Sisco, preparaban y planificaban las matanzas de personas que luego hacían creer a los medios de información y a la opinión pública que eran enfrentamientos armados con la guerrilla colombiana. De esta manera pretendían convencer al país de la eficacia del organismo en materia de contrainteligencia y antisubversión. Pero...

..."Tanto va el cántaro al agua, hasta que se rompe", reza el refranero popular. Con la matanza de los humildes trabajadores de El Amparo, al Cejap se le vino el mundo encima, porque de las 16 personas "invitadas" a su ejecución, dos sobrevivieron y los asesinos, tanto materiales como intelectuales, no pudieron acallar la espeluznante verdad del excecrable hecho y mucho menos a un pueblo entero clamando justicia.

Las víctimas, bajo engaño, fueron invitadas a una parranda de aguardiente, pesca y sancocho al Caño La Colorada por confidentes y miembros de la Disip, comisionados por Henry López Sisco y el jefe Disip de la región Comisario Andrés Román Romero y quien comandó definitivamente la masacre: Capitán de Corbeta Alí Coromoto González.

Llama poderosamente la atención el hecho de que varios de los implicados en la planificación y participación en las matanzas organizadas por el Cejap hayan ocupado cargos o estén actualmente en la estructura del Estado venezolano, a saber: Capitán de Navío Ramón Rodríguez Chacín, ex Ministro de Relaciones Interiores (dos veces) y actual gobernador del Estado Guárico, le fue dictado auto de detención el 20 de junio de 1994 por la Corte Marcial presidida por el General Ubaldo López Barrios, por los muertos de los casos conocidos como "Los Amparitos", según expediente Nª 1644, folios 42, 43, 44 y 45 instruído por el Juzgado Militar de Primera Instancia Permanente del Táchira; S/T/1ra.(E) Omar Pérez Hudson, en el año 2002 fue nombrado Director Nacional de Investigaciones de la Disip y hasta hace poco trabajó o trabaja en el Ministerio de Economía, Finanzas y Banca Pública; Inspector Jefe Disip Celso Rincón Fuentes (a) Hipólito, nombrado en el año 2002 Sub-Director y Jefe de Seguridad de la cárcel de Yare; Comisario Henry López Sisco, en el año 2006 ocupó el cargo de Jefe de Seguridad del ex-Gobernador Manuel Rosales; General Humberto Camejo Arias, Jefe de Seguridad Ciudadana (!) y mano derecha del Gobernador del Estado Bolívar, Rangel Gómez. Es motivo de extremada casualidad que durante el tiempo que Camejo Arias ha estado al lado de Rangel Gómez, hayan ocurrido las masacres y desapariciones en el Estado Bolívar que todos conocemos y que la prensa informativa en general ha difundido ampliamente; General Melvin López Hidalgo, para la época con el grado de Mayor, era el Ayudante de Camejo Arias, encargado de amedrentar a los periodistas que cubrían información sobre las masacres. También, toda Venezuela recuerda su triste y célebre nefasta actuación como jefe de aquel "Plan Bolívar 2000" que generó tanta descarada corrupción con la comercialización y distribución de alimentos.

Encubridores y cómplices de las diferentes masacres, durante la vigencia del Cejap, también lo fueron: Jaime Lusinchi; Italo del Valle Alliegro, Ministro de la Defensa para la época y carnicero de Caracas por su crueldad en febrero del año 1989; Simón Alberto Consalvi, Ministro de Relaciones Interiores y el Jefe de la Oficina Central de Información (OCI) Carlos Croes, quien se encargó de preparar una masiva campaña con los medios de comunicación para mostrarle a la sociedad en general que todos los muertos eran guerrilleros; y ahí está en Televen con su cara dura.

Detallo la masacre del Caño La Colorada como la más terrible, en vista de que los asesinos actuaron con exacerbada premeditación y alevosía, sin el más mínimo sentimiento de apego a la vida humana al dispararles a seres indefensos a mansalva y rematados a machetazos, culatazos y tiros de gracia.

El caso del Caño La Colorada ha quedado para la historia como el exabrupto jurídico más excecrable conocido hasta ahora debido a la impunidad con la que se llevó a cabo: un juez venal, Mayor asimilado del Ejército, Ricardo José Pérez Gutiérrez, parcializado totalmente con el General Camejo Arias, de quien recibía instrucciones para obstaculizar la actuación de los abogados de los familiares de las víctimas. Una gran red de maniobras e irregularidades se tejió alrededor del proceso para que las sentencias de la Corte Marcial favorecieran a los asesinos finalmente. La verdad se ocultó y los criminales absueltos como héroes "defendiendo la soberanía del país" en enfrentamientos con la "subversión colombiana".

"LA CLEMENCIA CON EL DELINCUENTE ES UN ATAQUE A LA VIRTUD"

( SIMÓN BOLÍVAR )

tratretriz@gmail.com



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