"Los carros destrozados no fueron visibles para el ALCALDE"

Asalta embajada, Capriles, cobarde, métete a la prisión

Ahora anda más asustado que niño al romper ventana. Se la da, eso sí, de guapo. Cuando llegó a la embajada aquel 12 de abril de 2002, parecía uno de esos machotes del cine estadounidense, que entran al saloom y disparan contra el infeliz barman, porque no les sirvió rápido el trago de güisqui, antes de que Omalley desenfundara su Colt 98. Así son los cobardes. Cuando tienen el poder se creen el papá de los helados, pero cuando la ley le pone una mano encima, entonces lloran a moco tendido como caperucitas de vodevill Capriles dice que él le llevó su ayuda al embajador ese día, pero obvia que todo el pueblo venezolano vio por la televisión como aquellos energúmenos, aquellos troglodita, aquellos sádicos DE ESCASOS CEREBROS, SE CONFABULABAN CONTRA TODO LO que oliera a embajada cubana.

Dentro de ésta habían niños y adultos y los SÁDICOS herodistas, con palos y bates, hierros, ganzúas y otras cosas, destrozaban, rompían, alcanzaban inenarrables placeres, sobre todo la MERETRIZ DE LA GORRA, que introducía su arma, sobre el parabrisa de un carro, tal si estuviera deseando que su infeliz chulo pudiera hacer lo mismo con ella, en esas frustradas noches de drogas y licores. Capriles no supo de aquel estúpido, cobarde, ratón de piel fecal, que amenazó con dejar morir de hambre y sed a todos los que estaban dentro de la representación diplomática del pueblo hermano y REVOLUCIONARIO. No supo Capriles que aquellos come bosta, aquellos parásitos intestinales, adoradores de eructos fálicos, estaban a punto de reducir a cenizas a esa embajada. Eso no lo supo el cobarde judío (me importa un pito que se arrechen los judíos, ellos no son seres especiales; son iguales a todo el mundo y al carajo con sus imbecilidades de que son "los elegidos de Dios". No estamos en Israel, aquí deben respetar) AHORA ANDA ASUSTADO.

Ya me gustaría verlo en una noche del 23 de Enero cuando el cobre se bate con las bolas de hombre. Me gustaría verlo en una calle de Catia, caminando sobre las púas del camino, evadiendo baches que tienen el olor de la pólvora. Pero que carajo, ellos son ARRECHOS EN GUARIMBAS, alentados por el fascista BORGES y la cofradía del enano cerebral MARCEL GRANIER. Capriles está chorreado. Siente maripositas en el estómago y una flatulencia hecha líquido le baja por la división de los glúteos. Es un cobarde, como todos aquellos que se meten con la VERDAD. Y no es que los revolucionarios, el pueblo sea más bravo que ellos, no: lo que pasa es que los GOLPISTAS son mieles de lupanar, embadurnando las bocas de los mariposos, para el "acuéstate papito sobre esta cosa". Capriles necesita a sus acólitos, para que le lleven pañales de incontinencia. Está cagado. No tiene a su lado a la jauría de la embajada. Allá si era valiente.

Ahora tendrá que enfrentarse a la Justicia, que a la misma vez, no debe defraudar al pueblo, castigando a este esperpento escapado de las parcelas del demonio. Debe tener calma para esperar a su colega de GOLPE Y DE PARTIDO, LEOPOLDO lÓPEZ. AMBOS DEBEN PAGAR lo hecho a la Constitución, al pueblo, a los valores espirituales de una sociedad que en su mayoría eligió a un gobierno que ELLOS DERRIBARON PARA IMPLANTAR UNA DICTADURA. Capriles, pórtate como un hombre: recibe las llaves de la cárcel y entra. Ese es el lugar donde debes estar.


aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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