Intento de violación a una distinguida de la policía regional: lo que faltaba...

-La violencia hacia la mujer o de género definida como todo acto de violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de ser mujer y que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual, emocional o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación de la libertad, con independencia de que se produzca en el ámbito público o privado. Esta violencia la ejerce el hombre con la finalidad de perpetuar su dominio o sus relaciones de poder sobre la mujer; en virtud de la creencia –herencia cultural– de que es superior a la mujer y que como tal debe demostrarlo tantas veces lo considere oportuno o lo crea conveniente, que se ha convertido como algo “ normal” y “natural”.

Esto es parte de los que llamamos machismo, patriarcado (expresada en desigualdad entre hombres y mujeres) la cual tiene como base el par superioridad masculina / inferioridad femenina en todos los ámbitos y que se expresa en violencia en todas sus manifestaciones (en todos los espacios pero en particular en el espacio privado). Son muchos y muchas los/as que piensan que se trata de una violencia propia de toda relación, que se trata de un problema más o menos “normal” del ámbito doméstico. Son muchas/os también las y los que han develado, explicado que la violencia contra la mujer, por el hecho de ser mujer, es el efecto de “una cultura patriarcal” muy arraigada en nuestra sociedad. Por ello, son muchas/os las y los que no entienden que el problema exige un cambio de actitud radical en la sociedad, en las instituciones, en la cultura, en la educación, en las relaciones entre las mujeres y los hombres.

- La violencia de género se da en todas las clases sociales porque es una expresión de machismo, de dominio y poder del hombre sobre la mujer, de educación sexista recibida en todos los niveles de educación formal y no formal (familia, empresas de comunicación, iglesias, etc.).
- Los múltiples estudios han demostrado que hay razones socio-culturales que hace que la mujer permanezca en este tipo de relación, incluyendo la falta de alternativas que la orienten y apoyen socialmente, el temor a la desaprobación de familiares y amigas y amigos, la preocupación por la pérdida de sus hijas/os (cuando existen), el hogar y el miedo a las represalias del agresor. No hay que olvidar que una gran parte de la sociedad culpabiliza a la mujer cuando se dan estos hechos y tiende a exculpar al hombre violento señalándolo como enfermo mental, alcohólico o drogadicto.

-En Venezuela y, en particular en Mérida, la violencia de género es una realidad que nos avergüenza por cuanto las pocas cifras que hemos podido recopilar nos indican que la violencia hacia las mujeres es un problema de salud pública y de violación de los derechos humanos de las mujeres. Algunas cifras que soportan esta afirmación:
a.- Hicimos una revisión de los archivos (década del 90) de prefecturas, policías, HULA, Defensoría de la ciudad de Mérida y encontramos que 1186 casos denunciados de violencia hacia las mujeres.
b.-Entrevistamos 460 mujeres que asistían a consultas de Medicina de Familia (que venían por distintas causas) en los ambulatorios de la ciudad (Venezuela, El Llano, Belén y Chama), 58 % de las encuestadas respondieron que habían sufrido violencia (de su pareja, expareja, novio, exnovio, y familiares varones) y 20% de ellas cuando estaban embrazadas. Estos resultados nos muestran una alta prevalencia de la violencia hacia la mujer en la ciudad.

c-Realizamos un estudio parcial de 30 mujeres en el Hospital Sor Juana Inés de la Cruz, de 17 a 62 años, que fueron atendidas en la Emergencia de Adulto por distintos motivos de consulta (hipertensión arterial, cefalea, dolor toráxico, neuritis, gastropatías, taquicardias) los motivos explícitos ocultan las causas reales, pues indagando los desencadenantes se encontró que todas las mujeres habían estado expuesta a hechos de violencia sobre todo violencia emocional.
-En estos tres estudios encontramos casos de violencia donde las afectadas eran estudiantes universitarias. Nuestras estudiantes están además sometidas a un conjunto de violencias en el seno de la universidad como por ejemplo el acoso sexual (difícil de denunciar y tramitar que mantiene atemorizadas a muchas estudiantes), las actitudes y comportamientos violentos de algunos profesores (sobre todo violencia emocional, verbal y psicológica), los embarazos no deseados y los noviazgos violentos y que lamentablemente el de la estudiante de ingeniería Verónica Barrios (asesinada por su novio también estudiante de esta facultad el 21/1/06 y es la hora que no ha habido audiencia preliminar) no era (ni es) el único en la universidad.

Muchas son las razones por las cuales las estudiantes no denuncian, aunque muchas y muchos conocen de estas situaciones, prevalece un silencio cómplice en toda la comunidad universitaria. Estas cifras, actitudes y comportamientos nos muestran una realidad oculta, invisibilizada por la “normalidad” y “naturalidad” con que vemos y abordamos este grave problema de salud pública y de violación de derechos humanos.
- En este mes de mayo hay habido dos hechos graves de violencia hacia tres mujeres en los alrededores de nuestra universidad:
a.- una profesora del Departamento de Antropología y Sociología (profra. Luz Pargas y su hija) el 15 /5/06 hacia las 8pm cuando transitaba frente a las Residencias Estudiantiles Domingo Salazar (Av. Las Américas entre los núcleos La Liria y la Hechicera) su vehiculo (un caucho) recibió un impacto de bala que procedía de un grupo de encapuchados que manifestaba, lo que hizo que la profesora perdiera el control de su vehiculo, de tal forma que ella y su hija estuvieron a punto perder su vida. Ambas están convalecientes por fracturas y aporreos generalizados. Las autoridades rectorales solo lo trataron en Consejo Universitario como un hecho más. No hubo ni un comunicado rechazando esta violencia que se ha instalado en los campus de la ULA Mérida.

b.- Ahora, otras vez “estudiantes” encapuchados quienes escudándose en el aplazamiento de las elecciones de la FCU -como organismo de gobierno del estudiantado - por la decisión del TSJ arremeten contra la población y en particular los y las policías del estado el miércoles 24/5, tal fue la gravedad de los hechos que 26 de ellos fueron heridos de bala. Y el 25/5, como los “disturbios estudiantiles” continuaron, aunque el rector y secretario encargado decían que eran morteros- lo que se oía eran disparos en la Facultad de Humanidades y en FACES. Estos grupos de manifestantes promovieron violencia extrema en todo el área, además intentaron violar a una distinguido de la policía regional, luego de disparar a quemarropa a su compañero de patrulla, que hoy lunes todavía esta en la UCI del HULA. La funcionaria (Distinguida Sofía Aguilar) humillada vejada y que faltó poco para que estos “estudiantes encapuchados” la violaran, contó cómo fue retenida por algunos de estos “manifestantes armados” que la despojaron de todo su uniforme y equipo y que fue rescatada por una vecina que le paso una mono deportivo para que cubriera.

RECHAZAMOS estas acciones violentas del M-13, que produjo heridas leves y graves a policías y la humillación, vejación e intentos de violación a una agente femenina. Estos hechos son despreciables e indignos y no pueden quedar impunes. Lo más triste del caso, es que un precandidato presidencial a su llegada a la ciudad, se ponga de parte de estos “estudiantes encapuchados” y además ponga en duda la palabra de la afectada.
Por todo lo anterior, SOLICITAMOS que el Ministerio Público, o a quien le corresponda, abra una investigación porque lo sucedido lo consideramos muy grave.
A la vez que CONDENAMOS esta violencia contra las mujeres y desde dondequiera que sea perpetrada: por el Estado, por particulares o por grupos armados y, en estos casos, por estudiantes encapuchados.

Queremos recordar que“ EL CUERPO DE LAS MUJERES NO ES BOTÍN DE GUERRA" pues los sucedido a Sofía Aguilar nos remite a los sufrimientos que las mujeres padecen en el momento en que dos facciones están en pugna, arremeten contra ellas como una forma de arremeter contra el enemigo, y ésta se realiza, muchas veces violandolas.

Las MUJERES de la UNIVERSIDAD y de la CIUDAD decimos un NO A LA VIOLENCIA.

(*) Socióloga, Profesora-investigadora de la Fac de Humanidades y Educación ULA


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Carmen Teresa García R(*)


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