A 225 años del nacimiento de nuestro gran Antonio José de Sucre

"El general Sucre es el padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del Sol: es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro al imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco-Capac y contemplando las cadenas del Perú, rotas por su espada.

Simón Bolívar. Lima, 21 de febrero de 1825

Con estas magistrales palabras nuestro Libertador Simón Bolívar cierra el texto de un escrito que elaboró en honor al General Antonio José de Sucre y que sintetiza la gran obra de este excelente cumanés que regó los campos y los pueblos de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia de muestras de patriotismo, justicia, lealtad, decoro, fe inquebrantable en el hombre y la mujer de estas tierras, de respeto a la condición humana, de reconocimiento al vencido, de su convencimiento y puesta en práctica de la educación como pilar fundamental en el sostenimiento de los principios de libertad y soberanía para la consolidación de las nuevas naciones. Sucre es uno de los grandes venezolanos a quien debemos conocer y exponer su gran proeza en pro de la independencia suramericana y reconocernos en su eterna obra por la consolidación de los principios más hermosos para hacer de las tierras americanas abono para el crecimiento de pueblos libres, soberanos y cultos.

Adosada a las tranquilas aguas del Manzanares en su próxima desembocadura al Mar Caribe al dejar la Cordillera de la Costa, la apacible ciudad de Cumaná el 3 de febrero de 1795 presencia en sus cálidas tierras el feliz alumbramiento de un niño por una mujer, María Manuela Alcalá y Sánchez quien entrega al continente un niño que es bautizado como Antonio José. Es en aquellos campos y en esos poblados que comienzan a contemplar al niño y al joven que consagrará su vida a la lucha por la independencia de América, que acompañará con lealtad al Libertador Simón Bolívar. De familia de recio abolengo militar, su padre fue el Teniente Coronel del Ejército realista, Vicente Sucre y Urbaneja. Su hijo José Antonio seguirá esa carrera pero en el bando patriota. En Cumaná estudió en la Escuela que fundó su tía María de Alcalá, posteriormente se traslada a Caracas a realizar estudios de Matemáticas, Agrimensura, y obtiene formación en materia de construcciones militares y artillería.

En1809 está de regreso en Cumaná donde integra como cadete una compañía militar. Dos años después con el advenimiento del movimiento emancipador, la Junta de Gobierno de Cumaná le confiere el grado de Subteniente de milicias regladas de infantería. Será Comandante de Ingenieros en Margarita en 1811 y posteriormente Teniente. Así se inicia la carrera militar de Sucre en la defensa de la nueva república y vivirá por ella en los siguientes años. En 1812 estará de Comandante de Artillería en Barcelona. A la caída de la Primera República regresa a Cumaná. Su andar de soldado de la patria lo ubicada por tierras orientales, igual su participación en 1815 en la defensa de Cartagena. Los años posteriores encuentran a Sucre en la continua lucha por la libertad del oriente de Venezuela. En 1817 se adhiere a las tropas del Libertador Simón Bolívar, reconociendo su mando supremo. Ese año es designado Gobernador de Guayana y Comandante General del Bajo Orinoco. En 1819 es ascendido a General de Brigada; ostenta gran autoridad en materia militar.

En 1820 se destacó por el trabajo que realizó en función del Tratado de Regularización de la Guerra con España, suscrito por Bolívar y el General español Pablo Morillo en Trujillo el 26 de noviembre. En ese documento queda plasmado el carácter humanista, justo y respetuoso a la condición humana de Antonio José de Sucre, basado en las siguientes consideraciones: la guerra se hará en términos civilizados, se respetará la vida de todo prisionero, los heridos no tendrán carácter de prisioneros y se les prestará a asistencia médica correspondiente, el obligatorio el canje de prisioneros, no se aplicará la pena capital a los desertores de cualquier bando, se respetará la dignidad humana de los habitantes de los pueblos ocupados militarmente y, los caídos en batalla recibirán cristiana sepultura. Sobre ello, el Libertador dirá que es "digno del alma de del General Sucre… y el más bello monumento de la piedad aplicada a la guerra" y será la filosofía de la guerra libertaria suramericana.

A partir de 1821 Antonio José de Sucre se entregará de cuerpo y alma a la independencia de Colombia y de Suramérica. Parte a Guayaquil en donde llega el 6 de abril con la misión de incorporar a esa provincia a Colombia y dar inicio a los preparativos para la libertad de Quito. Logra la integración de Guayaquil y derrota a los españoles en la Batalla de Yaguachi, esta acción facilitó las operaciones para el triunfo en la Batalla de Pichincha que el 24 de mayo de 1822 libera a Quito del dominio español. A raíz de ese triunfo es nombrado General de División e Intendente del Departamento de Quito, donde desarrolla una labor de estadista en pro de la consolidación de la patria grande, fomentando principalmente la construcción y apertura de centros educativos. Cuando Sucre llegó a Ecuador, la ciudad de Cuenca tenía 7 escuelas. A su partida dicha ciudad tenía 20 escuelas.

Ya consolidada la independencia del sur de Colombia y de Ecuador y, ante el llamado del Perú, El Libertador envía a Sucre a esas tierras. El 10 de mayo de 1823 llega Antonio José a Lima, región que se encuentra sumergida en una gran inestabilidad política y en continuos fracasos ante los españoles; el cumanés asume el cargo de Comandante del Ejército Unido. Prestando apoyo al Libertador en materia política y militar, los republicanos triunfan en Junín el 6 de agosto de 1824. Al concluir la guerra, Sucre se dedica a reforzar a los hospitales y a atender a los heridos, Bolívar dirá de él: "Ninguna atención bondadosa es indigna de su corazón: él es el general del soldado". Los españoles concentrados en Cuzco organizan una gran ofensiva; situación que conduce a Sucre, con unas fuerzas debilitadas a concentrarlas en Ayacucho, en donde el 9 de diciembre se librará la gran batalla en la que triunfará con el Ejército Unido Libertador. Al respecto escribió Bolívar: "La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria americana, y la obra del General Sucre. La disposición de ella ha sido perfecta, y su ejecución divina"

Sucre a quien se le concedió el grado militar de Mariscal de Ayacucho, entra triunfante al Cuzco, de allí partirá y tomará al Alto Perú. 1825 es el año de la creación de la República de Bolivia el 6 de agosto y Antonio José de Sucre será su primer Presidente. Desarrolla un amplio trabajo en la organización del estado, de las rentas públicas, de la educación. En su mensaje al Congreso de Bolivia expresa que "Persuadido de que un pueblo no puede ser libre, si la sociedad que la compone no conoce sus deberes y sus derechos, he consagrado un cuidado especial a la educación pública". También concedió especial atención a promover la libertad de los esclavos y a la entrega de tierras a los indios. El 27 de febrero de 1829, ante la agresión peruana al sur de Colombia, la patria le llama y derrota a los agresores en la Batalla de Tarquí, concediendo una capitulación generosa a los vencidos. En agosto de 1828 se establece en Quito con su esposa Mariana Carcelén y Larrea.

La Provincia de Cumaná eligió a Sucre como su representante ante el Congreso Admirable que se reunió en Bogotá el cual presidió en enero de 1830. En febrero hace el esfuerzo de viajar a Venezuela a interceder ante los sectores que buscan la separación de Colombia, su ingreso no le es permitido. Cuando Sucre está de regreso a Quito es emboscado en el sitio en la montaña de Berruecos, donde lo asesinan el 4 de junio de 1830. Bolívar en Bucaramanga había expresado: "El Gran Mariscal de Ayacucho es valiente entre los valientes, leal entre los leales, amigo de las leyes y no del despotismo, partidario del orden, enemigo de la anarquía,…"

 

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*Trabajador de a Casa de Nuestra América José Martí Facilitador de la Misión Rivas Profesor de la UNEFANB

 

wolfgangvicent@gmail.com

 

 



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Wolfgang R. Vicent Vielma

Trabajador de la Casa de Nuestra América José Martí en Caracas y Profesor de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada Bolivariana (UNEFA)

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