Del país profundo: El Colorado de San José de Heras, Capitán de San Benito

Primero fueron indios Bobures, Moporos, Tomoporos viviendo en sus palafitos del Gran Coquivacoa y con la entrada del siglo XVI, la inevitable presencia europea causando guerras, desapareciendo pueblos enteros, destruyendo huellas centenarias como una maldición hasta despojar a nuestros aborígenes de sus principales territorios para dar paso a la esclavitud de mujeres y hombres africanos dedicados esencialmente a la siembra del cacao y del tabaco. Hoy día San José de Heras a las orillas del lago de Maracaibo, además de Santa María, Palmarito, Bobures, Gibraltar, entre otras poblaciones del lado sur atesora una particular herencia de Africa expresada en el uso del tambor y la devoción a San Benito de Palermo. Es lo más resaltante que ha quedado del choque de culturas después de cinco siglos de constantes cambios y distintas formas de dominación.

De las entrañas de esos pueblos del Municipio Sucre brotan los toques de chimbángueles como música libertaria. Tambores machos y tambores hembras se encuentran en el pago de las promesas a San Benito. Gobierna el toque de los cueros con sus distintos golpes, Cantica, Chocho, Ajé, Chimbangalero vaya, Misericordia, San Gorongome vaya, todos crecidos en los grandes actos de amistad por la voluntad de Dios de traer a estas tierras la imagen del sacrificado santo negro nacido en 1526 en San Fratello, Sicilia y fallecido en Palermo en el año 1589. El africano, el moro, el negro, el monje y santo italiano canonizado en 1807, el San Benito de Palermo de las curaciones milagrosas. Para celebrarlo en el sur del Lago de Maracaibo existen las cofradías de San Benito con una estructura jerárquica que además del Mayordomo incluyen al Primer Capitán de Santo, Segundo Capitán de Santo, Primer Capitán de Lengua, Segundo Capitán de Lengua, Capitanes de Plaza, Capitanes de Banda, Mandadores, Tamboreros, Abanderados, Cargadores, Gaiteros, Flauteros, Maraqueros. En fin, la innata forma de organización que el pueblo establece para destacar sus virtudes y que en esta región zuliana hasta en las campanas de los templos se llegan a sentir con los mismos ritmos de fiestas que juntan flautas y maracas y por supuesto, la extraordinaria batería de tambores que si son hembras tienen los nombres de primera requinta, segunda requinta y requinta media y si son machos se conocen como arriero, respondón, cantante y medio golpe.

Para saber las particularidades de este culto en San José de Heras, escuchamos la voz de Jesús Ángel Pirela, mejor conocido como Colorado, quien desde el año 1977 es Primer Capitán de San Benito.

“Mi labor con respecto a San Benito vino porque yo desde pequeña edad fui muy enfermizo y mi mamá le hizo el ofrecimiento al santo de que yo sería su devoto con tal de que mejorara, yo era su devoto con el “hachón”, un tubo al que se le echaba kerosene adentro y se le ponía un pedazo de trapo y se prendía para alumbrar el ensayo. Yo era su devoto como “hachonero” y alumbraba sus ensayos cada vez que los había en el pueblo de noche, esos eran los ensayos de obligación, y yo como salí un poco fácil de mente aprendí a tocar los tambores, entonces alumbraba de noche los ensayos y tocaba de día los tambores. Allí estuvieron varios capitanes, primero conocí a Atilano Solarte y después él entregó y le recibió Manuel Basabe y en todos esos años fui yo “hachonero” del ensayo. Los años transcurrieron y vino José del Carmen Antúnez que recibió la Primera capitanía y me designaron a mí como Segundo Capitán, eso fue en el año 1969 y pasé los años cumpliéndole a San Benito con mucha emoción, hasta que Carmito Antúnez entrega en 1977 y me juramentan a mí como Primer Capitan del Vasallo de San Benito en San José de Heras y sigo sirviéndole a San Benito con mucho entusiasmo, devoción y amor, porque a ese santo a toda hora lo tengo en la mente.

LOS ENSAYOS DE OBLIGACIÓN

“En los ensayos de obligación de San Benito, especialmente el primer sábado de octubre se le hacen los toques de obligación y en la noche se toca igual que en el día y cuando ha llegado el Primer Abanderado con su pabellón y la llegado el Director y el Primer Capitán de Plaza, entonces el ensayo se dirige a caminar hacia el pueblo, se hace la ceremonia en la iglesia y luego se trasladan donde vive el Primer Capitán y allá se hacen las ceremonias y se sale con el Primer Capitán a caminar el pueblo y ese vasallo se hace gigante con un entusiasmo grande, porque todo el que llega baila al escuchar el tambor y así se sigue con los ensayos de obligación la noche del primero de noviembre y la del 8 de diciembre. Yo conozco los ensayos de obligación de mi pueblo de San José de Heras y vienen siendo casi iguales a los de otros pueblos vecinos, porque son los mismo golpes, Ajé, Chocho, Misericordia, San Gorongome, Chimbangalero vaya y golpe de Cantica, son esos seis que se utilizan en todas partes y son iguales, pero hay también el tambor largo con el que se baila de una manera distinta, y la diferencia está en que en el baile del chimbánguele la pareja no atropella al otro. En toda la celebración hay un orden con los Mandadoreros, Capitanes de Plaza, Cantantes de Gaitas y el Mayordomo que es el que se encarga de los deberes del santo, por ejemplo, el día que lo van a preparar para sacarlo a la calle, bien sea un día de festividad o un día de promesa, el Mayordomo se encarga de arreglarlo, de vestirlo, de adornarlo para entregárselo a los capitanes que son los representantes del santo mientras está por la calle, luego al regresarlo a la iglesia de nuevo interviene el Mayordomo para recibirlo. Los Capitanes de Plaza, por ejemplo, son los que le cantan la novena al santo…”

ESTO LO INVENTARON LOS AFRICANOS

“Así como me ve yo soy analfabeta, porque fui muy pobre y no pude estudiar, mi papá murió en el lago a bordo de una piragua y yo que fui huérfano desde los diez años tuve que empezar el trabajo para echar adelante a la familia con mucha fe en San Benito. A ese santo lo vemos sonreído porque hay creencia, le pedimos y nos cumple después de la voluntad de Dios, por eso lo celebramos al compás del toque de los chimbángueles. Yo he escuchado decir a los mayores que ya han fallecido que eso nació de Africa, que esto lo inventaron los africanos, qué cómo llegó a Venezuela no le sé decir el detalle, pero aquí ha sido un baile tradicional de los pueblos para cumplirle a San Benito que fue un ser que se portó muy bien con Nuestro Señor Jesucristo y no cometió errores. Después de Dios yo le tengo mucha fe a ese santo porque yo tuve problemas con una persona que se aprovecho de mí y estando yo dormido me dio con un hacha por la cabeza y me dio por muerto y cuando yo recordé ese daño que tengo en la cabeza, me consigo en el hospital de Valera, preguntando yo mismo que me había pasado y cuando volví en sí, empecé a pedirle a San Benito que intercediera por mí porque yo era su devoto, le pedí que clamara por mí, que hiciera un milagro con Dios a ver si yo mejoraba de lo que había pasado y le dije que cuando me dieran de alta en el hospital yo le iba a participar a la gente en mi pueblo que me recibieran con el grupo de ensayo y le dije que lo iba a pasear por la iglesia y por los tres vientos como si fuera día suyo y así sucedió. Yo vivo totalmente contento de ese milagro que San Benito consiguió con Dios para mi persona. Me salvó después de Dios y por eso a cualquiera yo le digo que crean en esa imagen, porque es cumplidora y Cristo cumple con él…”

El Colorado Jesús Ángel Pirela en San José de Heras. 2006
Credito: Rafael Salvatore



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Benito Irady

Escritor y estudioso de las tradiciones populares. Actualmente representa a Venezuela ante la Convención de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial y preside la Fundación Centro de la Diversidad Cultural con sede en Caracas.

 irady.j@gmail.com

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