Orgullosamente montuno

Buscar "hicos" para guindar hamacas

La palabra "hico". Extraña para muchos zulianos y el resto de los venezolanos, sin embargo era de uso común entre los perijaneros, cuando se trataba de habilitar un cordel o mecate cuyos extremos, uno se convertía en nudo abrazado a una "alcayata" y el otro se anudaba a las cabuyeras de una hamaca o chinchorro.

¡Buscate 2 hicos y guindáis tu hamaca!. Así nos decían nuestras madres a la hora de ir a dormir, temprano, no más de las 9 de la noche, después de las tertulias y cansadas de "bregar" todo el día.

El "hico" se distinguía del "rejo" que se usa para atar los becerros a las patas de la vaca en el momento del ordeño. Tampoco era el "cáñamo" que utilizan los "criadores" para amarrar un toro, novillo o vaca a un "bramadero". La "verga e toro" era un prepucio disecado cuya relación con el "hico" era su utilidad en palizas y "mondas".

Determinantemente, los de Perijá al escuchar la palabra "hico", sabemos que se trata de un mecate habilitado exclusivamente para guindar hamacas.

Es el hermoso mundo del hogar, del rancho, que con sus términos, sus instrumentos con usos adecuados, conforman el léxico amoroso, nostálgico y particular que heredamos de las "viejas y viejos de antes".

 



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