Del país profundo: De las diez mil décimas de Pedro Palmar en El Moján

Pedro Palmar es un verdadero mandatario de la décima. Debería ser Pedro El Grande y su hermano Simón Palmar debería tener ese mismo nombramiento de héroe, Simón El Grande. Pedro nos habla con orgullo de su hermano Simón. “…Simón Palmar fue uno de los grandes poetas de El Moján y yo creo que del universo. Ese fue mi hermano mayor, pero yo con la poesía me burlaba de él, aún sabiendo de su calidad. Él era muy lírico, buenísimo, sin embargo yo me burlaba de él y los demás creían que yo lo estaba ofendiendo, ¡no!, yo nunca lo ofendía, siempre lo admiré, lo que pasaba era que nosotros nos poníamos de acuerdo y gozábamos mucho todos los días creando los versos octosílabos, el me hacía una décima y yo le respondía con otra y lo hacíamos con especial sentido del humor. Había en los dos una gran habilidad para la rima. La secuencia dramática era perfecta en aquel mano a mano. Fue una vida muy bella la que llevé a su lado mientras estuvo vivo. Simón fue lo máximo, y sé que ahora está en el cielo porque ese es uno de los mejores poetas…”

Cuando nos encontramos con Pedro, ya Simón había muerto en El Moján el 9 de abril de 1990. Él había nacido en 1912 en isla de Toas y lo llamaban el indio Simón. Pedro en cambió nació en el popular barrio El Empedrao de la Parroquia Santa Lucía de Maracaibo el 29 de junio de 1924 y fallece a los 90 años el 18 de junio del 2015, también en San Rafael de El Moján. El pescador de la décima le decían por su doble oficio y como a su hermano no le faltó ese otro distintivo de indio por su ramazón paraujana, el indio Pedro Palmar lo llamaban. “Aquí se decía los indios de El Moján, el único pueblo que tiene montuno es El Moján, en otras partes se dice llanero y cosas parecidas, pero aquí es montuno, que quiere decir gente buenísima, espectacular. Yo soy indio y soy montuno…”.

Viví de la pesquería
Desde mis primeros años
Mi oficio es remendar paños
Mi hobby la poesía
Las décimas mi alegría
Me hicieron aborrecer
El trabajo de tener
Que pescar en un cayuco
Sin comida ni guayuco
Ni agua dulce que beber.

Esa décima con la que se inicia Constancia de un Pescador es el llamado deseoso de narrar su propia biografía, la del peón de los mares que no ve imposible el salto hacia una vida menos devastadora, como nos dice “…mi infancia fue muy triste porque yo fui pescador y manglero, me crié en un manglar como los monos, pescando y sacando conchas y varas de mangle, eso fue mi infancia, la pesquería y el mangle, y por supuesto el libro, porque he leído mucho, demasiado, a veces me dicen ¿por qué no te hiciste profesional Pedro?. Por mucho que quisiera ser profesional no podía porque el trabajo no me lo permitía y la pobreza tampoco, por eso no me hice universitario, pero tampoco me ha hecho falta, porque he leído bastante, quizás demasiado y con lo que he leído me ha resultado suficiente para poder expresarme a través de la poesía y expresarlo bien. La primera poesía que hice se la dediqué a mi maestro que no quería que yo pasara de un grado a otro, porque yo llegué hasta el sexto grado y ya en ese tiempo era rebelde y hacía décimas, la primera fue dedicada a Bolívar, pero no me acuerdo bien la letra, porque no le daba tanta importancia a los versos después que los escribía. Tengo más de diez mil décimas escritas en los últimos cincuenta años y por donde quiera que viajo voy regalando lo que escribo, más que mental es manual lo que hago y como las he practicado tanto se me hace muy fácil construirlas. Yo hago seis o siete décimas diarias. Eso sí, cuando cojo un verso lo llevo hasta el cabo, porque es como cuando se empieza un edificio con buen pie, que no pueden dejarse huecos ni techos sin tejas…”


En mil ocho veintitrés
Se suscribió en Santa Rosa
La página más gloriosa
Que el pueblo vio alguna vez
Allí cambiamos de tez
De esclavo a civilizado
Y dejamos enterrado
Con heroico patriotismo
La faz del colonialismo
Que nos tenía azotados.

“…Eso es una décima. Es parte de La Batalla Naval de El Lago, y como esa he compuesto miles. Las décimas que yo hago tienen mucho contenido social y quizás por eso, por la misma calidad que tienen me buscan mucho para interpretarlas y así he hecho muchos amigos, pero deben tener en cuenta que yo soy guerrero, yo he participado en muchas guerras, por la misma pesca, por la misma pobreza de la que vengo yo he sido un combatiente. Meterse con un poeta popular y de las condiciones mías en este pueblo era difícil. Una décima mía en las calles de El Moján caminaba, sin embargo me han metido preso muchas veces porque la poesía me ha hecho muy sensible y si yo veo una maldad me molesta demasiado y lo expreso en décimas y al pueblo le gusta esa construcción de los versos . Con Alí Primera que fue íntimo amigo mío hablé mucho del tema. Un mes antes de morir habíamos conversado para hacer un partido político porque la gente nos estaba utilizando demasiado, pero se mató en un accidente y no pude ir a su entierro en Falcón. Lo conocí muy joven y fue uno de los mejores artistas e intérpretes del verdadero sentimiento venezolano, después conocí a Cecilia Todd que vino aquí a pedirme permiso para cantar Constancia a un Pescador y yo le dije, ¡Yo no te voy a dar permiso, yo te la voy a regalar!, porque esa mujer canta mucho, nadie afina como ella…”

Sigue invocando décimas y pulsando su cuatro. Se adueña de los proverbios y se burla de sus propias invenciones para entrar a la brecha indetenible del cantor zuliano que tiene un motivo esencial de inspiración en su propia vida de hombre humilde. ¡Que grande es Pedro Palmar!, le llegamos a decir y el sencillamente nos responde “Vénganse a vivir a El Moján que tiene río, playa, médanos y manglares, yo lo recomiendo mucho porque tiene todo lo que debe haber en un pueblo bonito. Vénganse a vivir a El Moján” y lo despedimos junto al gran baúl donde nos dice que tiene guardada una gran parte de las diez mil décimas que ha escrito.

Pedro Palmar, músico y compositor. El Moján. 2006
Credito: Rafael Salvatore






Esta nota ha sido leída aproximadamente 5987 veces.



Benito Irady

Escritor y estudioso de las tradiciones populares. Actualmente representa a Venezuela ante la Convención de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial y preside la Fundación Centro de la Diversidad Cultural con sede en Caracas.

 irady.j@gmail.com

Visite el perfil de Benito Irady para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: