A propósito del Día del Arquitecto

Servando Marín Lista: “Estamos frente a un proceso negador de la ciudad como unidad esencialmente humana”

El arquitecto Servando Marin Lista

El arquitecto Servando Marin Lista

Credito: Aporrea

Cumaná. Todos los 4 de julio se celebran en Venezuela el Día del Arquitecto y si alguien puede decir algo con propiedad es, precisamente, Servando Marín Lista, un profesional de la arquitectura que no necesita presentación, trabajó en Obras Públicas del Estado Sucre y desempeñó el cargo como Ingeniero Municipal en la Alcaldía del Municipio Sucre. La recuerda como una etapa de discusiones profundas y enriquecedoras; donde no hubo un solo cargo en el que no se colocara gente capaz.

Como voz vinculada al área urbana y de la arquitectura, si tendría que hacer un planteamiento sobre la ciudad de Cumaná, ¿Cuál haría?

Nadie ha manifestado su opinión con respecto a la amenaza que significa, por ejemplo, los terrenos del antiguo aeropuerto de Cumaná, ese gran espacio público, empieza a ser utilizado sin una planificación mínima. Es importante que se sepa de alguna forma como debe estar organizado y distribuido, cuyas premisas deberían ser muy claras. Esto, sin dudas, toca intereses, porque los terrenos del antiguo aeropuerto es un espacio público para toda la ciudad.

Creo, que estos terrenos deben tratarse como un lugar en el que la vivienda no tiene cabida; entre otras cosas, porque eso genera otro tipo de usos. De esta forma se ha ido ocupando esos espacios y se ha dejado de lado otra idea que es muy importante, un plan que analice la incorporación de estos espacios a una red de espacios públicos. De que Cumaná cuente con unos espacios públicos de envergadura que sea el disfrute de todos sus habitantes. De todos los que vivimos aquí.

De acuerdo con ese juicio técnico, entonces, ¿Hacia dónde apuntan las politica oficiales?

En Cumaná, el universo de ocupación informal y anarquizada del espacio urbano se acerca al 70%. Lo que tenemos de ciudad formal es apenas 30%. El BID-Alcaldia plantea, sobre ese 30% de ciudad formal, pasar de 70 habitantes por hectáreas a unos 250 habitantes por hectáreas.

No obstante, existe una población de 100.000 habitantes sin servicios de cloacas en la ciudad de Cumaná. Y, lo que es aún peor, no se está dando particular relevancia a la gigantesca mancha de materia orgánica frente al litoral costero de las playas de Cumaná, Mochima y las Islas de Arapo producto de las descargas de aguas residuales de la ciudad de Cumaná.

Resulta, que las dos plantas de tratamiento de aguas residuales ubicadas, la primera, en la zona Sur-Este de la Laguna de los Patos; y la segunda, en la zona de Punta Baja situada al Norte-Este de la ciudad, actualmente, se encuentran inoperativas, lo que hace que sus descargas vayan directamente mar y al golfo de Cariaco.

Existe el convencimiento generalizado de que el tema de la ciudad es el que más beneficio le pudiera generar a cualquier aspirante, a cualquier político, en términos de votos, ¿Qué opinión le merece eso?

Lo cierto, es que los políticos que nos han gobernado no han entendido el tema de la ciudad como el espacio de todos, pero tampoco como una preocupación de todos. Creo que los políticos no tienen la ciudad como una prioridad. Creo que el tema de la sensibilización a los políticos sobre la ciudad puede funcionar en la medida en que las voces surjan, en la medida en que los medios también lo recojan y en la medida en que nos toque convencer a más de un político que esta bien, hable de su candidatura, pero que también hable de la ciudad que esta ahí, atravesada, y que está empezando a desmoronarse sin que nos demos cuenta.

Sus reiterados señalamientos en defensa del patrimonio cultural e histórico de la ciudad, ¿Lo hace enemigo del gobierno?

Lo que si, es que no soy un borrego. Nunca lo he sido. Te quiero aclarar que yo no hablo como enemigo del gobierno sino como revolucionario, como amante de un gran proceso de cambio y transformación del pais. Como creyente de un proceso revolucionario que debe garantizar la protección de nuestro patrimonio cultural e histórico. En efecto, ni el gobernador, ni el alcalde, ni los ediles y ni sus técnicos, garantizan que tengan una actitud bien intencionada, respetuosa y seria. Estamos frente a un proceso negador de la ciudad como unidad esencialmente humana. Ninguno de ellos tiene consciencia de la ciudad como identidad, como organización colectiva y dinámica.



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