Atención Ministro de Salud: El socialismo no termina de entrar a los hospitales

Denuncia: Fracturado de cadera es sacado del Pérez Carreño sin operarlo, después de días de hospitalización

Marcela Muñoz, denunciante

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Un fracturado de cadera, luego de ser “ruleteado” por varios hospitales y después de varios días en el Hospital Pérez Carreño, es egresado sin operar, dando por razón una supuesta infección urinaria crónica, que según médicos de otro servicio era de carácter leve. El colmo es que, por presunta mala praxis médica, le alargaron aún más la fractura con la colocación de pesas, durante el período de hospitalización. La orden de intervención quirúrgica para la colocación de una prótesis estaba lista desde el día anterior, e incluso ya se habían hecho los donativos de sangre, y sorpresivamente fue sacado del hospital, hasta que se recupere de la supuesta infección, indicándole, mientras tanto, rehabilitación traumatológica por una fractura de la que nunca se le operó.

Llama la atención que en el hospital se escuchó el comentario de que suele suceder que no operan a los pacientes y luego se llevan las prótesis a clínicas privadas.

Esta historia es parte del drama que se vive a menudo en los hospitales públicos. Allí trabajan muchos de los mismos médicos que actúan en las clínicas privadas. Parece que ni los hospitales ni los médicos terminan de encajar con el nuevo modelo socialista de salud que se debería aplicar. El Ministerio de Salud y las contralorías sociales, los consejos comunales y sus comités de salud, deberían evaluar por qué esta situación continúa, con problemas muy parecidos a los de la IV República, a 10 años de la revolución bolivariana, que paralelamente ha logrado significativos éxitos con los CDI y los Centros y Salas de Rehabilitación Integral de Barrio Adentro.

Precisamente, defensores de los logros revolucionarios en materia de salud, algunos voceros del Consejo Comunal Nueva Catia, están acompañando a familiares del señor Grabriel Muñoz Angulo, en la denuncia de su caso. Al señor Muñoz se le fracturó la cadera (subcipital de fémur), al caer debido a sus dificultades para caminar, producto de una parálisis que padecía como secuela de un ACV. Relata la hija del paciente, Marcela Muñoz, que tras sufrir la caída se le llevó al CDI de Los Flores, donde le atendieron muy bien, le diagnosticaron la fractura y le dieron una referencia para trasladarlo al Hospital Militar. Allí no lo recibieron en ese momento, por “falta de camas” y “larga lista de pacientes”. Se le llevó a varios hospitales (Clínico Universitario, El Llanito, Los Magallanes, Periférico y Pérez Carreño) con respuestas similares o por no tener Unidad de Terapia Intensiva en funcionamiento, o por encontrarse los quirófanos en condiciones no aptas. En todos los traslados hubo que utilizar taxis por no tener acceso a servicio de ambulancia. Tras cinco días de “ruleteo”, la hija del señor Gabriel Muñoz, siendo sostén del hogar de sus padres, se vio obligada a renunciar a su empleo.

Al quinto día de peregrinaje volvió a intentarlo con el Hospital Pérez Carreño y fue admitida, gracias a la sensibilización de algún miembro del personal. Comenzó a recibir tratamiento de la Dra. María Gabriela Morales (traumatóloga) que le aplicó tracción con pesas, mientras se le hacían los exámenes y se le preparaba para la intervención quirúrgica. El paciente empeoró, por alargamiento o desplazamiento de la fractura, atribuible a tratamiento inadecuado. Pero, al arribar al 29 mayo, cuando ya tenía todos los exámenes listos para practicar la orden de artroplastia al día siguiente (por lo que se supone que ya la prótesis estaba en posesión del servicio), les fue comunicada la decisión de egresarlo hasta que se recuperara de una supuesta infección urinaria, a pesar de que venía siendo tratado con antibióticos y según el criterio de otros médicos, los valores detectados no justificaban tal decisión. El jefe del servicio de traumatología, Dr. Vargas, insistió en la determinación de la Junta Médica de no operar. No se le dio cita para reevaluación, que era lo lógico, según lo que expresó la hija del paciente, a fin de garantizar la postergada operación y lo refirieron a rehabilitación sin operar la fractura.

Esto merece ser investigado y por supuesto, la situación de pacientes como el Sr. Muñoz tiene que ser resuelta. Hacerlo es justo y humanitario y es... hacer revolución.



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