Alcaldes, gobernadores arrogantes, y aduladores clausurarán la revolución

"Quiero morir siendo esclavo de los principios, no de los hombres. Fin de la cita. EPA.

Con la elección de los nuevos gobernadores, y alcaldes de la revolución el pasado 21 de noviembre del 2021. Como dijo Diosdado Cabello muchos de esos funcionarios recién vestidos, lo que han hecho es comprarse sendas camionetas de lujo, y forrarse de guardaespaldas, eso no es revolucionario: ¡Diosdado dixit! Estos nuevos funcionarios no atienden a nadie, no contestan los teléfonos, no responden las correspondencias, son los nuevos dioses de la revolución, según la queja hecha a este cronista, para que la haga publica a ver si le bajan 2 a la prepotencia, por muchos militantes que ya andan arrechos.

La jaladera en Venezuela con estos nuevos alcaldes, y gobernadores recién electos de la revolución el pasado 21N del 2021, su mal proceder pica, y se extiende, hay muchos de esos nuevos gobernantes muy sensibles a la jaladera de bolas, manejar el poder de esta manera no es fácil, porque el desgaste, y la critica ruda aparecerán muy rápida, y mas fuerte que el covid-19, allí sabremos de que fibra está echa el alma humana de estos nuevos funcionarios. No todos son así, hay pocos de ellos que les acompaña, aun un manto de mucha humildad, pero otros cuando los arropó el poder, se llenaron de vanagloria, no son ni la sombra de lo que eran cuando andaban en campaña, buscando votos, y hasta el suscrito a muchos de ellos les hizo campaña gratis, porqué no tenían votos para ganar: "andaban pelando, y no eran cambures titiaros del chiquito, y amarillo".

Hay ciertos alcaldes y gobernadores, según me comentan muchos militantes, ya enfermos de mucho ego entre ellos también ciertos psicópatas de la oposición, y la oportunidad que no pierden los adulantes de la inmoralidad, quienes aprovechan ese lado débil del nuevo jefe en el poder para jalarle los escrotos, hasta que llega el momento que el nuevo funcionario que se cree el nuevo dios todopoderoso les grita, cuando no los dejan atender a los ciudadanos, y militantes, gritándoles a los babosos y adulantes a su lado: ¡basta!, "jalen pero no se guinden, porque, el güevo, porque se para no camina".

También hay muchos alcaldes, y gobernadores que le gusta que sus gûataneros le "jalen bolas", en el fondo son personas con mucho vacío espiritual, llenos de egoísmo, irritabilidad, prepotencia, soberbia, con mucha necesidad de afecto en los que debe ser el político con formación, de ser bien valorado, por su buen comportamiento humano, muchos de ellos ahora se creen la última Coca Cola en el desierto venezolano de algunos estados, y municipios.

En estos tiempos de crisis, sabemos que los aduladores de los nuevos jefes se multiplican, así como crece la basura, y la inseguridad, la respuesta es sencilla: Al adulador, que no deja que el gobernante responda las correspondencias, y atienda las llamadas telefónicas, son los que le gustan la vida fácil, le jalan al gobernador u alcalde para tener acceso a cargos burocráticos, o meterle mano a cuanto guiso con los dineros públicos, que se les presente, o meter a la familia a trabajar en el gobierno.

Para algunos analistas del tema, el jala bolas, es la extensión del corrupto. El adulador no tiene corazón en el pecho, actúa con la mayor frialdad. Es un sujeto peligroso, que no deja que el gobernante atienda a la verdadera gente que puedan aportarle ideas para que no fracasen en su gestión, o en inversiones innecesarias, y no prioritarias, a la hora de la adulación, los jala bolas no los para nada, pueden inventar el peor de los chismes, con tal de ganarse el afecto sin limites del gobernante.

La jaladera política en Venezuela pica, y se extiende, hay gobernantes más que sensibles a la jaladera de bolas, manejar el poder no es fácil, allí sabemos de que fibra está echa el alma humana. Hay personas que les acompañaba mucha humildad, cuando los arropó el poder, se llenaron de vanagloria, no son ni la sombra de lo que eran cuando andaban "pelando, y no eran cambures".

Hay ciertos líderes políticos gobernantes enfermos de mucho ego, oportunidad que no pierden los cortesanos de la inmoralidad, quienes aprovechan ese lado flaco del jefe para jalar, y jalar hasta que llega el momento que aquel que se cree todopoderoso y grita ¡basta!, "jalen pero no se guinden".

Existen los todopoderosos que les gusta que sus subalternos les "jalen bolas", en el fondo son personas con mucho vacío espiritual, lleno de envidia, irritabilidad, prepotencia, soberbia, con mucha necesidad de afecto, de ser valorados, se creen la última Coca Cola en el desierto .

En tiempos de crisis, los jala bolas se multiplican, así como crece la basura y la inseguridad, la respuesta es sencilla: Al jalador le gusta la vida fácil, le jala al gobernante para tener acceso a cargos burocráticos o meterle mano a uno que otro guiso con los dineros públicos o llevar a la familia a trabajar en el sector oficial.

Para algunos analistas del tema, el jala bolas, es la prolongación del corrupto. El adulante no tiene corazón en el pecho, actúa con la mayor frialdad. Es un sujeto peligroso, a la hora de la jaladera no se detiene ante nada, puede inventar el peor de los chismes, con tal de ganarse la aprobación del gobernante.

El anti parabolismo en el poder es una disciplina practicada por el político de baja estofa sin escrúpulo alguno, que consiste en el acto de despreciar a alguien, al verse que tiene cierto o mucho poder, en lo político, económico, social o de cualquier tipo.

Es común que el ciudadano sea aleccionado, tanto física como mentalmente, en el arte del desprecio por parte de los nuevos gobernantes desde su más tierno inicio en el cargo. En esta etapa, ningún conocimiento desarrollado por el que puede ser útil para jerarquizar los problemas, sino quien torpedea las buenas intenciones, por ser tan inútil, y pragmático, como el jalabolismo, y así lograr las metas que se haya establecido en su nueva posición.

Las personas que detentan en la actualidad altos cargos estadales, y municipales, por los cuales son adulados, fueron en su tiempo también grandes jaladores de bolas lo cual les permitió llegar al cargo que actualmente detentan. Esto nos lleva a implantar las leyes del jalabolismo científico en revolución que se relaciona a que no se le puede jalar bolas a cualquier pelele, sino al cual se está seguro del que se puede obtener cierto beneficio: Parece que en revolución hay que aprender a jalar bolas con precisión para poder tener futuro. Esto es, adular sólo al jefe que realmente pueda solucionarte tu vida económica, política o social.

La segunda ley de la termodinámica como la entropía, es igual al jalabolismo mas rastrero, que cuando entra en desorden el poder se auto destruye, y está basada en el hecho de que es más fácil jalar bolas a personas como el alcalde o gobernador, que te permitirán el beneficio del ocio, y más tiempo libre, en vez de todo lo contrario, emplear gran parte de nuestro tiempo y esfuerzo físico en conseguir estos mismos objetivos por medio del trabajo creador, el cual no garantiza realmente que el jala bolas alcance sus metas. De esta manera esta segunda ley de la ‘termodinámica rastrera’ establece que: Es preferible jalar bolas en la sombra, que echar escardilla bajo el sol.

El jalabolismo, es lo contrario al talento y debe ser desarrollado en el sentido más rastrero posible. Aunque seas titular de una carrera científica técnica o de ingeniería, no humanística debes jalar durísimo hasta a los humanistas que se te cruzan por el camino. Nunca como hasta ese momento será tan útil el sentido multidisciplinario del jalabolismo tecno científico.

Es importante saber que, el oficio de jalar bolas, no es detenido por cuestiones morales o éticas. Muchos ciudadanos se abstienen de jalar bolas porque creen que van a caer en un plano en el cual pueden ser considerados como gusanos. Todo lo contrario, en revolución el jalabolismo es visto por árabes y chinos como una conducta ejemplar que permite alcanzar rápidamente altos niveles de vida en sus oscuros negocios.

Asimismo, el jala bolas no nace, se hace. Este tratado sociológico tiene una gran capacidad para jalar, y llegar lo más arriba posible por medio del arte de la adulación. De esta manera, para cerrar y concluyendo que ni el descubrimiento del fuego, ni la invención de la rueda, ni la escritura, el tornillo, o el clavo han sido tan trascendentales para la historia de la humanidad como la invención de la práctica humana de jalar bolas, la cual ha contribuido profundamente al deterioro de los gobiernos, y de la política en sociedad.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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