Presidente Maduro en Venezuela la salud está prácticamente privatizada

Luego de escuchar la alocución del Presidente Nicolás Maduro, de este domingo 26 de julio, me decidí por contrastar la preocupación que siempre manifiesta en cuanto al sistema de salud estadounidense con la realidad de salud nuestra. En este caso, el Presidente manifestó tener una amistad que vive o se encuentra en el país norteño, la cual tuvo que realizarse la prueba para detectar si estaba contagiada con COVID-19, y mostró su asombro en cuanto al monto que tuvo que pagar esta persona por la prueba, si mal no recuerdo dijo unos 160 $, además de señalar el hecho de que la salud en los Estados Unidos se encuentra privatizada. Al escuchar esto del Presidente me entró una indignación ya que nuestra realidad no está muy lejos de ser como en ese país y, yo diría que peor, ya que nosotros no devengamos salarialmente ni la cuarta parte de lo que devenga un trabajador allá, lo que hace que nuestro acceso a la salud sea algo bastante complicado. De tal manera, que invito, con todo respeto, al Presidente Maduro a que se preocupe más por lo que acá ocurre y empiece a visitar la red hospitalaria de todo el territorio venezolano, para que, a través del pueblo, logre palpar nuestra realidad en este asunto tan importante que aqueja a la gran mayoría de la población venezolana.

El hecho de que el mundo esté atravesando esta pandemia del COVID-19, no significa que las otras patologías se encuentren de vacaciones, acá en el país son muchos los hogares que sufren a diario cuando a algún miembro de la familia se le detecta un tipo de enfermedad crónica, o se le presenta cualquier emergencia médica severa, lo digo con base ya que recientemente tuve que enfrentar esta cruda realidad con mi querida madre y con un hermano de ella, ambos por casos de cáncer, y en vista a lo involucrado que estuve con ellos, pude tantear de cerca la realidad que se vive en los hospitales públicos a los que acudimos y conocer la realidad de otras personas en estos espacios que no la cuentan tan fácil, situación que muchas veces termina rebotando en la estabilidad de los pacientes. 

En mi caso, el de un ciudadano de a pie, responsable de un hogar con tres cargas familiares y en medio de esta situación económica que ha destruido nuestra capacidad de ahorro, no fue fácil afrontarlo, y eso que conté con muchas manos solidarias, pero, aun así, fue algo muy cuesta arriba debido a la situación adversa que se vive en los hospitales públicos. Finalmente, aunque en el artículo me basaré más en mi experiencia vivida y el mismo carece de un muestreo a nivel nacional de la realidad de la salud pública en los distintos estados del país, no quiere decir que mi protesta no tenga sentido, ya que esta situación que me tocó afrontar hasta me llevó a conectarme con otras experiencias más allá del territorio en el que habito y las similitudes fueron las mismas.

Fíjense, que los encargados de informar al país los casos de COVID-19 en el territorio nacional, se esmeran mucho en anunciar el número de pruebas gratuitas que se han realizado en el país y comparan esto con la realidad de otros países donde realizarse la prueba tiene un costo, lo que no quiere decir que la salud pública acá en Venezuela sea una maravilla ¿Sabrán estos gobernantes que en la mayoría de los laboratorios de los hospitales públicos carecen de reactivos para hacer una hematología completa, o un simple examen de orina o de heces, lo que lleva a los familiares de estos pacientes a recurrir a laboratorios privados? Y ni hablar del costo de estos exámenes, ya que el más económico de uno de estos estudios en un laboratorio privado, de esos que llaman populares, debe rondar en estos momentos a lo equivalente a un salario mínimo y cuidado si me quedo corto.

Ahora, para poner un ejemplo de la cruda realidad en cuanto al tema de la salud pública en Venezuela, voy a abordarlo desde lo que viven los pacientes oncológicos, caso con el que más me identifico luego de la experiencia vivida. Si bien es cierto que el Seguro Social suministra estos medicamentos, aunque en algunos momentos hay alguno de ellos que pueda estar agotado o en otros casos hay contratiempos en las entregas de estos fármacos, la realidad es que para un paciente oncológico poder llegar a esa fase de ser tratado debe pasar primero por una serie de estudios para detectar el grado de la enfermedad y así el médico determinar el tipo de químicos que empleará, estudios que hoy por hoy es bien difícil que los estén realizando en algún hospital de este país debido a que los equipos se encuentran inoperativos y en otros casos por la falta de reactivos, me refiero a tomografías con contraste, ganmagrama óseo, biopsias, resonancias magnéticas, histoquímica, entre otros. Asimismo, en los oncológicos públicos no están recibiendo a pacientes que no lleven su biopsia en mano que muestre que la persona tiene una lesión tumoral, este estudio en el lugar más económico cuesta de 30 a 40 $, un ganmagrama óseo y una histoquímica no se bajan de 200 $ c/u, una tomografía con doble contraste de tórax, abdomen y pelvis, que es lo que mandan los médicos generalmente, también ronda los 200 $ en los lugares más económicos, éstos por poner un ejemplo. Por lo tanto, debido a la falta de respuesta en los hospitales públicos, las personas desesperadamente buscan recurrir a clínicas privadas, donde muchos no logran costear el costo de estos estudios y nos les queda de otra que sentarse a esperar la muerte o recurrir a un curandero o tratarse con plantas naturales, y otros comienzan a realizarlos hasta que su situación económica se lo permita. 

Esta realidad no es muy ajena a lo que ocurre en otras patologías crónicas como: enfermedades renales, enfermedades cardiacas, enfermedades neurológicas, VIH, tomando como las principales que más afectan a la población, en éstas como en el caso de las oncológicas se requieren de una cantidad de estudios que son muy costosos y se hacen inaccesibles para la mayoría del pueblo que depende de su fuerza laboral. La otra realidad, es que la demanda de atención de estos pacientes es numerosa y el personal médico es escaso debido al éxodo masivo de éstos hacia otros países buscando mejores condiciones salariales y económicas. Así que, la atención muchas veces no es tan inmediata, las citas a los pacientes son asignadas con fechas muy distantes, algo q es muy perjudicial en estas patologías, y en cuanto a la atención de los médicos, es lamentable que muchos de ellos reflejen un trato poco cordial hacia los pacientes, me imagino frustrados por los malos salarios que devengan, pero finalmente pagan las consecuencias los que menos tienen responsabilidad de sus desgracias. En cuanto al tema de pacientes mayores (tercera edad) que presenten muchas complicaciones la atención es más pésima, muy parecido a lo que estos burócratas  nos han mostrado de Europa con los pacientes de mayor edad con COVID-19, los cuales eran mandados a sus casas y preferían dar atención a los pacientes más jóvenes, es decir, acá también ocurre lo mismo, se discrimina la atención, lo viví con el hermano de mi madre, quién lo llevé al hospital ya en su fase terminal y aun así no querían dejarlo hospitalizado y darle la atención médica que ameritaba, ya en el momento que se le pidió al personal médico que lo dejaran en el recinto presentó un paro respiratorio y no les quedó de otra que dejarlo, el mismo murió horas después. Con mi madre pasó exactamente lo mismo y me di cuenta en ese momento que para dejar a una persona hospitalizada hay que tener un contacto fuerte (palanca) para no tener obstáculos al momento de que un paciente amerite hospitalización.

En cuanto al tema de las intervenciones quirúrgicas de emergencia la cosa se muestra como una lotería, ya que hay que contar con bastante suerte al momento de ameritarlo, por lo general la falta de insumos médicos evita el ingreso del paciente, lo que conlleva a estar de hospital en hospital, situación que ha puesto en riesgo a más de uno. He conocido dos casos de personas cercanas que llegaron a estar complicados sus estados de salud, luego de atravesar ambos por la misma situación, de ser peloteados en los hospitales públicos al alegar que no podían recibirlos debido a no contar con los insumos médicos necesarios para atenderlos, ambas personas presentaron apendicitis y al no encontrar lugar donde atenderlos de manera inmediata, ya que tampoco contaban con los recursos económicos para ser atendidos en una clínica privada, se terminaron complicando con peritonitis, finalmente fueron atendidos en algún hospital por suerte, ambos tuvieron que colaborar con material médico y uno de ellos estuvo a punto de morir, sufriendo hoy por hoy las secuelas de ello.    

En fin, me imagino la respuesta que obtendré de muchos, que es el bloqueo económico la causa de todo esto, pero ahora pregunto ¿Para qué quieren seguir gobernando si finalmente no ofrecen respuestas a nuestras necesidades? No me cansaré de decirlo, para unas cosas el bloqueo económico es su principal escudo de defensa, pero en las calles no me canso de ver camionetas últimos modelos sin placa, en medio de esta situación no han parado, hasta ahora por la pandemia, de celebrar ferias y festivales internacionales que no generan un saldo positivo a nuestra realidad y solo logran engordar los bolsillos de los vivos que se vinculan en el preparativo logístico de estos eventos, no han parado su viajadera por el mundo con sus grandes comitivas que lo único que han logrado es generar excesivos gastos a la nación. Que tenemos dificultades, es cierto, pero para eso están en el poder, para construir soluciones junto a ese pueblo que no se han cansado de excluir ¿Por qué no se atreven a bajar los salarios de embajadores y equipos consulares de Venezuela en el mundo para destinar esos recursos a los hospitales públicos? Lo peor de todo, es como pretenden engañar a la opinión pública, se burlan del pueblo que dicen amar al mostrar una realidad en radio y televisión, que la gran mayoría del país está clara que no existe. Un mínimo de vergüenza debieran tener ante ese pueblo que más sufre los embates de esta crisis socioeconómica que transitamos y ahorrarse esos comentarios alejados a la realidad que se vive aguas abajo ¡Ya basta señores, exigimos respeto! 

¡La revolución nos pertenece, la clase política que nos gobierna hace tiempo que se divorció de las ideas de revolución social!



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Ramón Álvarez


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