"Ladrones legales" del siglo XXI, los mismos de la colonia, mas uno muy peligroso

Ya lo sé, tranquilos, el término "Ladrón legal" es más bien una aberración lingüística (cometido por mi) por cuanto ser ladrón ya es ilícito, pero la historia demuestra que los hubo y los sigue habiendo. En épocas coloniales las potencias hegemónicas de entonces invadían a cualquier país o territorio con múltiples pretextos, para ello se auto nombraban como descubridores o expedicionarios con patentes muchas veces imaginarias que les daban "derechos" para apoderarse de esos territorios incluyendo todo lo que en el existía y anexándolo como colonia, ¿quién daba esas patentes en ese entonces? Creo que nadie, con la excepción de las patentes de corso expedidas por los monarcas y algunos religiosos. Sin embargo, aquello ocurría en una época salvaje donde lo legal se circunscribía al poder militar del invasor, y donde el derecho internacional si alguien lo mencionaba se convertía en hereje y seguramente pagaba un alto precio, todo este sistema abusivo y criminal de la colonización se presume que quedó abolido con la entrada en vigencia del Derecho Internacional promulgado por la ONU desde sus inicios y sigue vigente hasta nuestros días, por lo menos en el papel es así, porque en la mente del hegemón de siempre más unos cuantos que se han sumado sigue tan igual o peor que en la época colonial. Las recientes aseveraciones expuestas en el libro "The Room Where it Happened" que según la traducción (La habitación donde sucedió), escrito por John Bolton exconsejero de seguridad nacional de la administración de Donald Trump, en el capítulo que se refiere a Venezuela, deja ver muy claro las intenciones de este demente que actualmente dirige la Casa Blanca, invadir a Venezuela, adueñarse de sus recursos y por si fuera poco anexarlo como territorio de los Estados Unidos tal vez como el estado número 51 de ese país. A los amables lectores les recuerdo que el Sr. Bolton es amigo, compañero y simpatizante del partido de Donald Trump, no es chavista por si acaso. Indudablemente esto deja muy claro que a pesar de los múltiples tratados, articulados y no sé cuántas palabras más sobre el derecho internacional que se han puesto sobre el papel, éste no ha servido sino literalmente para limpiar el trasero de quienes pretenden continuar con el colonialismo amparados por la ONU, lo que los convierte con tales pretensiones criminales en "Ladrones Legales" tal como en la colonia.

Que me perdonen los juristas en materia internacional que seguramente dan gritos al cielo por algo dicho de esta manera, pero es evidente el estado de adormecimiento en que se encuentra ese organismo que peca por omisión como cómplice de las violaciones cotidianas no solo en cuanto al derecho internacional se refiere sino a los derechos individuales, no percibe lo que a viva voz e imagen estos nuevos colonizadores en su afán de lograr sus planes hacen para callar por cualquier medio las voces de quienes como antes se levantaban contra esas prácticas criminales, tildando a cualquier funcionario o a al país que se cruce en su camino, de dictadura, terrorista, narcotraficante, corrupto, en fin, una serie de epítetos rebuscados y sin evidencias que logren ponerlo ante los ojos del mundo como un criminal al cual debe encarcelarse o un país que debe invadirse para eliminar la amenaza inusual y extraordinaria que representa, según ellos, para su seguridad. Esta inquisición que se lleva a cabo de manera unilateral, por el mayor violador de los derechos universales que jamás historia alguna haya conocido como lo es el Imperio Norteamericano aunque nunca ha contado con el respaldo directo de la ONU, continua su curso, si bien con una oposición timorata de ese organismo, más bien con un apoyo solapado por la desatención de los miembros ante las posibles sanciones que dicho imperio impone a los que no se alineen con su política destructora, casos de omisión y complicidad de funcionarios como la Alta Comisionada para Los Derechos Humanos Michelle Bachelet quien en su tarifada función al aliarse con ese imperio, solo ve violaciones de derechos en la aplicación de las leyes a quienes cometen delitos en Venezuela, pasando por alto la catedral de violaciones de derechos humanos en países como su natal Chile, aquí no se le puede achacar esta ceguera a la distancia con su país, pues si quiere ver violaciones de derechos humanos y el reclamo multitudinario por ello, solo tenía que asomarse a la ventana en los días posteriores a la muerte de George Floyd.

Las sanciones del imperio norteamericano a muchos países que como en el caso de Venezuela castigada unilateralmente de una manera implacable por los caprichos del mencionado demente, constituyen un crimen de lesa humanidad escrito en el papel higiénico de los derechos universales de la ONU, más, cuando a parte del criminal bloqueo, nuestro país atraviesa la pandemia del coronavirus que en dicho papel está escrito como motivo suficiente para que en un gesto de humanidad, se retiren dichas sanciones, pero que no sorprende a nadie que en lugar de minimizarlas, el imperio deje ver la miseria humana y criminal que lo gobierna apretándonos el pescuezo como dijera Obama en una ocasión. A parte de esta situación especial sobre Venezuela, existen muchas más en las que cabe mencionar las sanciones a Cuba, A Irán, a Rusia, a China, a Turquía, las amenazas a la OMS, a la CPI, a la misma ONU esto por parte solo de Estados Unidos, pero además otros nuevos colonizadores como el caso de Israel, Arabia Saudita, y viejos colonizadores como Inglaterra con el robo descarado del oro que por ley amparada en los derechos internacionales del mencionado papel le pertenecen a La República Bolivariana de Venezuela, pero que en un intento de congraciarse con su titiritero del norte, pretenden seguir sus prácticas de robo de territorios y sus riquezas ante la vista pasiva de la ONU que si tuviera un atisbo de autoridad haría una pequeño ejercicio matemático restando los países que apoyan el desconocimiento de Nicolas Maduro como presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, electo por votación universal directa y secreta y a su vez el reconocimiento de un payaso que se autoproclama como presidente en una plaza, de la cantidad de países que si reconocen el gobierno legítimo de Nicolas Maduro, la cuenta sería muy sencilla, cerca de cincuenta apoyan a los Estados Unidos y en la ONU están registrados cerca de ciento noventa y tres países, el resultado es muy fácil y muy evidente.

Ante esta situación en la que además se refleja el enajenamiento de las soberanías de esos cincuenta países lame botas en los que el mandatario no es el presidente actual en ellos sino el gobierno de los Estados Unidos, sería muy oportuno advertirle a sus pueblos del peligro que representa la perdida casi total de la autoridad local, en la que el hegemón extiende su autoritarismo de una manera muy evidente ante los ojos enceguecidos de un pueblo que se conforma con la moda, con el consumismo e idiotizado por el dominio de las redes sociales que, como para apuntalar lo dicho tienen en su mayoría asiento en el Imperio Gringo, que a su antojo, las maneja y con ello sabe incluso el pensar de cada ciudadano de esos países que como autómatas pululan en la ignorancia política que los arrollara en algún momento. Mas temprano que tarde debe surgir un toque de cuerno que los despierte de su letargo y sumisión y los encamine hacia una independencia del imperio del norte. Es cuestión de poco tiempo que el mundo representado en una ONU independiente comience a imponer su autoridad sobre estos nuevos colonizadores que se han legalizado gracias a su actual complicidad subliminal. Países como Rusia, China e India, Irán, Turquía, Corea del Norte, y muchos que no se arrodillan ante el imperio están llamados a ejercer la autoridad necesaria para cortarle la avanzada del Imperio Norteamericano en sus pretensiones de ser la única autoridad mundial la cual ya manifiesta en casos como ante la Unión Europea que ya no da un paso independiente sin el permiso de Estados Unidos, más cerca tenemos a Colombia para la cual ya es dueña de ese territorio y se da el lujo de regañar a su presidente cuantas veces le venga en gana e incluso en público. El mundo debe encaminarse hacia tiempos mejores, si bien es cierto que hemos avanzado en materia tecnología a unos pasos impensables hace algunos años, también es cierto que poco hemos avanzado en la verdadera independencia de las naciones, en ese sentido, los imperios como Inglaterra o España se han visto obligados a reconocer la independencia de sus colonias, pero a su vez se han convertido en satélites del Imperialismo Norteamericano al seguirle tal cual perros falderos sus políticas injerencistas al no haber tomado como ejemplo la independencia de sus colonias que en un momento de la historia se rebelaron ante sus pretensiones de dominar sus pueblos, después de ser imperios ahora se han convertido en esclavos del nuevo colonialismo impuesto por Estados Unidos.

Venezuela se anota entre quienes no se arrodillan, es verdad que esto nos ha costado mucho y nos costará más, pero también es verdad que la dignidad de un pueblo que no se arrodilla es más honrosa que un pueblo que sumiso como el pueblo colombiano o el pueblo europeo se arrastran ante las imposiciones de un imperio que ya los tiene dominados y que aprovechando su ignorancia los hace ver como democracias consolidadas cuando en realidad son pobres esclavos que se conforman con espejitos y oropel que sus gobernantes cambian por las enormes riquezas de sus suelos y por alianzas militares que poco tienen que ver con la defensa de sus territorios sino más bien con la invasión a su soberanía. Los colonizadores nuevos existen y los colonizados también, Venezuela no se circunscribe en ese listado, somos libres, ¡hasta la victoria siempre!

 

peter_almorza@hotmail.com



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