¿Vivimos en una sociedad de cómplices?

En diferentes medios de comunicación así como en las llamadas redes sociales he leído que en nuestra principal industria "Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA)", y sus empresas filiales, se ha descubierto una gran corrupción mil millonaria, entiendo que esto no es nuevo, pero que ahora sale a luz pública.

Las noticias señalan como responsables al Sr. Rafael Ramírez, quien estuvo al frente de PDVSA por doce (12) años y como Ministro de Energía y Petróleo, a quien le estiman que obtuvo indebidamente una cifra superior a los diez mil millones de dólares (US$ 10.000.000.000). También señalan al Sr. Nervis Villalobos que se apropió de más de cien millones de dólares (US$ 100.000.000), así como los señores Roberto Rincón, Abrahán Shiera, Rafael Reiter, Javier Alvarado y otras nueve personas ex funcionarios de Bariven, S.A. Desde mi punto de Vista, creo que la lista es mucho más larga y que la cifra apropiada supera fácilmente lo cien mil millones de dólares (US$ 100.000.000.000), ya que no son todos los que son, ni son todos los que están.

Cómo es posible que en una empresa como esa donde existen (o deben existir) manuales y sistemas de control interno sobre el manejo de los recursos pudiesen apropiarse de manera continua de esa inmensa cantidad de dinero.

Los auditores externos que todos los años realizan auditoría sobre la gestión y los estados financieros del ejercicio económico finalizado el 31 de diciembre de cada año ¿informaron algo en la carta de control interno a la Junta Directiva y a la presidencia de la República sobre la corrupción existente en el manejo de los recursos? ¿Dónde estaba el Departamento de Auditoría Interna? ¿Dónde estaba la Contraloría General de la República? ¿Dónde estaba el Contralor Interno de esa empresa?

¿Dónde estaban los funcionarios de administración y contabilidad de PDVSA? ¿Dónde estaban los funcionarios que laboraban junto a las personas nombradas como corruptas? Todos estos señores deben ser investigados porque han demostrado ser unos ineptos o unos cómplices de los actos de corrupción que se suscitaron en esa industria, ya que no cumplieron con sus funciones o también participaron en el festín del dinero mal habido.

Ya está bueno que funcionarios públicos sigan desangrando nuestras empresas y que el gobierno nacional siga mirando para otro lado creyendo que el pueblo es pendejo. Definitivamente carajo, vivimos en una sociedad de cómplices.

**Profesor titular ULA

 

gzambrano11@hotmail.com



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