El Inpsasel y los pagos al personal

El Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, ente autónomo adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Procesos Social de Trabajo, pasó a ser, de las instituciones del estado el peor en cuanto a gestión y al trato con el personal.

Antes del cambio del cono monetario, es decir en la gestión de Néstor Ovalles, desde aproximadamente el año 2009 hasta el año 2018 el instituto se transformó en un ente oscuro y sombrío donde los que lo dirigían hacían, literalmente hablando, lo que les daba la gana, desde desconocer elecciones de Delegados y Delegadas de Prevención y sindicato hasta el maltrato físico, verbal y psicológico al personal y por supuesto nóminas paralelas.

Solo dos cosas se le pueden reconocer a la gestión de Néstor Ovalles: una, acatar el llamado a concurso del personal (producto de presiones de los trabajadores y trabajadoras y donde aprovecharon para salir de algunos compañeros y compañeras) y dos, el pago puntual de los salarios y beneficios (con algunos altibajos producto de la ineficiencia). Acá podríamos mencionar algunas normas técnicas, lo cual es una salida ridícula para no impulsar el reglamento total de la Lopcymat, contrariamente lo que pretendía y pretenden impulsar es una reforma a una ley que no aplican y dicha reforma buscan impulsarla desde el mismo corazón de la burocracia estatal la cual ha demostrado su incapacidad para esta tarea.

En cuanto a la operatividad lamentablemente no podemos decir lo mismo, esa gestión transformó este novel instituto en un ente digno del oscurantismo medieval.

Luego del cambio del cono monetario y la eliminación de los cinco ceros, los servidores y servidoras del Inpsasel y la clase trabajadora en general quedaron realmente diezmadas en todos sus beneficios salariales. Tanto así, que ningún servidor o servidora sabe cuánto gana, esto sin mencionar que todos y todas independientemente de la experiencia, estudios y tiempo están en el nivel uno de la tabla.

Ahora, con la nueva gestión, el futuro no promete ser diferente. Una acción que raya en lo absurdo fue la que cometieron con el pago de las evaluaciones del personal, supuestamente la nueva administración desconoce el pago de la evaluación del primer semestre del año 2018 dado que eso le correspondía a la gestión saliente (Néstor Ovalles), por lo tanto deciden no cancelar el acostumbrado bono, esto es tan absurdo que podríamos hacer un símil con Maduro y la deuda que contrajo el gobierno de Chávez con China, solo imaginen si el actual presidente le dice al gobierno chino que desconoce la deuda contraída en el gobierno de Chávez.

Esto es solo una pequeña muestra. La otra podría ser el ingreso de figuras realmente innecesarias, como coordinadores generales en las oficinas operativas, adjuntos, personal con papel bien definido en cuanto a la vigilancia del personal y lo que no puede faltar, la apertura de oídos a los chismes y comentarios de pasillo.
Así como la falta de control a los precios acordados, al precio del transporte y en general a todos los productos de consumo, aplican lo mismo en las instituciones del estado, la falta de control fundamentalmente por la máxima autoridad ya que los directores, supervisores, jefes y coordinadores crean sus propias y pequeñas parcelas dentro de las parcelas medianas bajo el control de los directores y gerentes y la enorme parcela bajo el control del ministro o el presidente.

Lo más inmoral para aquellos que dirigen las instituciones es que se regodean con discursos de izquierda y permiten que sus gerentes y directores hagan lo que les plazca con los trabajadores, desde despedirlos, calificarlos ante la inspectoría, acosarlos y aplicar psico terror hasta amedrentarlos con la policía.

Esto se ha vuelto costumbre en la administración pública y en la empresa privada con la venia de las instituciones.
Donde la clase se organiza o pretende organizarse es atacada de manera despiadada, bajo amenaza estos compañeros y compañeras se amilanan, igual ocurre con la masa trabajadora en general, los que pretenden opinar, proponer, aportar son ignorados, imponiendo lo que dice el “jefe” o con la prepotencia que se adquiere cual virus infeccioso cuando llegas a un cargo de mediana o alta jerarquía. Lo más impresionante es que algunos trabajadores y trabajadoras se prestan para esto, aspirando al cargo que su compañero o compañera de trabajo a alcanzado o simplemente para estar en gracia con el jefe de turno.

En resumidas cuentas, la administración pública se ha transformado en un antro de corruptos (entendiendo la corrupción no solo como el hecho de la apropiación indebida del erario público) sino del amiguismo y nepotismo, mientras la clase trabajadora pelea entre ella para tratar de mantener su puesto de trabajo.

Esto es el resultado de un movimiento sindical nefasto que juega a la caza de puestos en el gobierno para garantizar privilegios perecederos, caso concreto los dirigentes del PSUV o de la CBST, organizaciones que dejaron de ser independientes y autónomas, si algún día lo fueron. De esta manera se nos va la vida en la administración pública, entre algunos (muy pocos) que reclaman sus derechos de manera decidida y la gran mayoría que emula actitudes nocivas que apuntan al fortalecimiento de la división debilitando aún más la necesaria unidad inexistente hoy en día.
Debemos rescatar los principios que otrora se manejaban en el Inpsasel, la unidad, el respeto y la lucha por los derechos de toda la clase trabajadora, aplicando las medidas que fija la ley, de lo contrario esta institución desaparecerá o se transformará en un apéndice del estado para negociar, cosa que ya viene ocurriendo.

El Inpsasel es del pueblo trabajador y a él se debe y los servidores y servidoras debemos impulsar esto de manera decidida, sin temor y sin ambages y buscando el apoyo del movimiento sindical clasista, revolucionario y socialista y de los Delegados y Delegadas de Pevención.

farruenova@gmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2343 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter