La ineficiencia política deja ver el verdadero talante de quienes nos dirigen, incapaces de gobernarnos, incapaces de solventar el verdadero clamor que tiene el pueblo, no hacen más nuestros políticos que generar zozobra diaria y mal estar, el gobierno fragmentado en su propia política, hundido en su propio mal, sabe cuáles son sus demonios, pero no pueden detenerlos, las oposiciones no hacen la diferencia, son una cruz pesada que el pueblo también debe cargar, en definitiva, están muy mal.
Pero que puede hacer el pueblo, que puede hacer quienes sufren, inicialmente debemos perdonarnos a nosotros mismos por permitirnos tener políticos como los que dirigen y hacen vida política en el país, debemos unirnos en función a nuestras necesidades y empujar a quienes gobiernan y a quienes se oponen hacia una salida para nosotros, jamás ponernos ni de un lado ni del otro, no nos aceptan somos pueblo, jamás formaremos partes de sus elites, ni este gobierno, ni el que paso llamado cuarta nos tomó en cuenta y no lo harán en estos momentos, nos toca a nosotros decidir entre vivir con malos políticos, llenarnos de hambre y de muertos o encaminarnos hacia un verdadero gobierno que nos permita existir.
Las dimensiones del problema pasan nuestras afinidades políticas, van más allá de las culpas lo cual puede ser un factor que no nos permite unirnos, debemos impedir que la dirigencia y los partidos nos coloquen en los extremos, no es el camino para nosotros, es un buen momento para la espontaneidad y el protagonismo de juan, de Alberto y pedro, también de quien organiza la pelota en el barrio para que hagamos lo que nos corresponde. Es Andrea Carmela, la vecina quien pasa hambre de forma diaria, Antonia, nuestra hermana, la que no haya medicamento, no podemos permitirnos que nos maltraten los políticos de una elite o de la otra en su lucha por el poder.
El llamado es a la organización en función a el interés común, no para los políticos, sino para nosotros mismos.
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