¡Hemos perdido el rumbo!

Por supuesto que hemos perdido el rumbo. Y lo hemos perdido desde hace mucho tiempo. Es más, pensábamos que teníamos un rumbo definido, pero en realidad siempre hemos estado desorientados, dando tumbos para uno y otro lado, ilusionados con una revolución que nunca ha comenzado y lo que no comienza no puede adquirir un rumbo. Hasta hemos contado con una férrea oposición, intolerante, incapaz de comprender al Pueblo, aferrada a sus mezquinos intereses. Fue ella quien desató la violencia: Golpe de Estado, Sabotaje Petrolero, guarimbas, la que obstaculizaba con gran fuerza todas nuestras acciones, con insultos, odio, desprecios, cacerolazos, etc., enceguecidos y sin saber a ciencia cierta nuestras intenciones que no eran otras que mejorar las condiciones de todos, llenas de solidaridad y amor. La respuesta del Comandante Chávez, junto al pueblo siempre fue pacífica.

Pero el capitalismo, siempre celoso de todo modelo socioeconómico diferente, puso en funcionamiento sus estrategias de manipulación y convirtió la simpatía o indiferencia que en un principio tenía la clase media por el proceso revolucionario, en un odio visceral hacia los pobres que apoyaban la Revolución Bolivariana. Los consideraban feos, sucios, indios, negros, zambos, como si todos los venezolanos no tuvieran rasgos similares. Y los que tenían rasgos europeos, olvidaron muy pronto que estos indios, negros, mulatos y feos, los habían acogido, a ellos o a sus padres, con muchísimo cariño cuando vinieron huyendo de Europa, pobres, agobiados por la miseria que deja la guerra, muchos de los cuales pasaron su primera noche en alguna Plaza de Bolívar. Ironías de la vida que no se pueden olvidar jamás.

Pero volvamos al tema. Decíamos que no habíamos adquirido el rumbo, porque es nuestra primera revolución. No teníamos experiencia. Y cuando no se tiene experiencia, se corre el riesgo de ser engañados por dirigentes provenientes de grupos cuyos intereses no son los nuestros. El Comandante Chávez, aunque era muy listo, se equivocó muchas veces confiando en quien no debía confiar, ¿pero cómo saberlo? Se supone que un verdadero revolucionario no es corrupto, pero él no podía adivinar si un corrupto estaba bien disfrazado de revolucionario. Además, hasta los más leales se equivocan y una sola persona no puede controlar todo.

Por esta razón, en 2012, Chávez había ordenado sustituir el sistema nacional de medios públicos, por el Sistema Bolivariano de Comunicación e Información (SIBCI), cuyo objetivo principal era defender y consolidar la incipiente revolución. Al morir Chávez, esa incipiente revolución comenzó a cambiar su rumbo y el objetivo principal del SIBCI pasó a ser la defensa del gobierno, dando una enorme fuerza a éste, debilitando así el proceso revolucionario y la crítica, tan necesaria, pasó a ser perseguida por el gobierno. Desde entonces el pueblo se encuentra desinformado, manipulado y confundido, en medio de la mayor pobreza de toda la historia venezolana.

El Poder Popular y en consecuencia la Contraloría Social son indispensables en un proceso revolucionario y el pueblo tiene que ejercerla para que todos cumplan con sus responsabilidades. Por otra parte, en una sociedad justa e igualitaria, tanto la libertad como la responsabilidad del individuo deben tener el mismo grado de importancia.

La corrupción es una característica inherente al capitalismo y con mayor razón si están presentes grandes cantidades de dinero, pero la Contraloría Social es quizás el mejor mecanismo para contrarrestarla. Es por eso que los mismos dirigentes políticos hacen todo lo posible por impedir su implementación y es evidente que sin organización popular no se podrá consolidar jamás.

¡La revolución la tiene que hacer el pueblo!

¡Solo el pueblo salva al pueblo!

Son innumerables los proyectos abandonados en Venezuela. A todo lo largo y ancho del territorio venezolano se pueden observar las ruinas de muchos proyectos que se iniciaron y se abandonaron sin ninguna justificación aparente, porque hay un aspecto oscuro al que nadie se refiere y es que el objetivo principal de un proyecto es a menudo egoísta y muy diferente del que espera la mayoría de la población.

Como se sabe, todos los proyectos tienen varios objetivos y muchas veces, el objetivo principal es muy diferente del objetivo que se divulga ampliamente para ilusionar a la población. En ocasiones, algunas veces más de lo que se piensa, el objetivo principal es mezquino y consiste en favorecer o enriquecer a un pequeño grupo de personas, o conseguir algún otro beneficio especial.

¿A quién beneficia por ejemplo el precio tan ridículamente bajo que tiene la gasolina en Venezuela, donde un Kg de carne cuesta más que una gandola repleta de combustible?

¿A quién beneficia que se otorguen dólares a Bs 10, a una empresa farmacéutica, cuando el precio para la mayoría de los venezolanos está por encima de Bs. 80.000?

En el primer caso nos dicen que es para beneficiar y proteger el transporte interno venezolano y en el segundo, que es para importar alimentos y medicinas para el pueblo pobre de Venezuela.

¿Alguien puede creer semejante estupidez?

Veamos algunos ejemplos ilustrativos que nos permitirán comprender la razón del abandono de ciertos proyectos. Existen en el país miles de casos, que son la causa de nuestra ruina actual, pero mencionaremos solo algunos, que no son precisamente los más graves:

-Es muy común hacer proyectos que de antemano se sabe que no se van a realizar como el puente a Margarita en tiempos de Luis Herrera Campins. El objetivo principal era favorecer con cuantiosos recursos económicos a unos proyectistas del entorno presidencial.

-En Sidor se instaló una supuesta planta eléctrica para aliviar a Guri y algunos años después, dicha planta no había generado ni siquiera un kilowatio. Pero, el objetivo principal que era comprar la planta, se cumplió a cabalidad.

-En el Sur del estado Anzoátegui estuvieron abandonados por varios años, una gran cantidad de contenedores con equipos para instalar una granja que produciría huevos para satisfacer el 25% de la demanda nacional. La granja no se instaló porque el objetivo principal era solamente comprar los equipos y abandonarlos en algún lugar. Posteriormente desaparecieron. Se llevaron lo que quedaba de los equipos para otra parte.

-También en el sur del estado Anzoátegui, hubo otro "proyecto" donde se construyeron unos enormes galpones con el fin de montar una planta para producir semillas. Los galpones son impresionantes, pero el objetivo principal no era producir semillas, sino otorgar unos contratos para construir los galpones y posteriormente no los utilizaron.

-Nuevamente en el estado Anzoátegui, pero esta vez en San Mateo, prometieron construir una escuela para formar técnicos en la producción de queso. Los equipos se compraron pero nunca llegaron y la escuela todavía está por construir. El objetivo principal era comprar los equipos.

-En Aragua de Barcelona se construyeron dos plantas: una planta para procesar leche y otra planta para procesar harina de maíz con recursos provenientes de los gabinetes móviles que entregó Chávez en 2006. El objetivo principal era la construcción de las dos plantas, no era el desarrollo de ese municipio, pues olvidaron impulsar la producción de leche, ni siquiera se propuso la cría de ganado lechero, o la siembra de los tipos de pastos que se requerían. Estas plantas se convirtieron en un par de elefantes rojos.
-En Valle Guanape, también se financió la construcción de una planta para procesar maíz. La planta se construyó, pero no se previó una estrategia para consolidar a esa zona como productora del maíz necesario para abastecer dicha planta, pues el objetivo principal era la construcción de la planta.

-Se calcula que Venezuela requiere un aproximado de 2,4 millones de toneladas de soya y derivados anualmente y que deberían sembrarse por lo menos un millón de hectáreas para que el país se haga autónomo en sus requerimientos, pues actualmente se producen menos de 50.000 toneladas, siendo el precio actual de unos $ 400/ton., para lo cual, los importadores piden dólares preferenciales, pues se trata de alimentos y la soya faltante debe ser importada.

Se comenta que "existe una agromafia, entre las tantas mafias que operan en Venezuela, que atenta contra la soberanía alimentaria", razón por la cual hay grupos interesados en que el país no sea capaz de incrementar la producción, porque encuentran más lucrativas las importaciones de semillas, granos y productos terminados.

Esto explica muy bien el fracaso del Complejo Agroindustrial José Inácio de Abreu e Lima en la mesa de Guanipa, que nos prometió el Comandante Chávez en 2009, y en el que después de 8 años, una inversión de más de 700 millones de dólares y las gestiones de 5 ministros "socialistas", (Elías Jaua, Juan Carlos Loyo, Yván Gil, José Luis Berroteran y Wilmar Castro Soteldo), hoy se encuentra en ruinas. El objetivo de la empresa socialista (según le hicieron creer al pueblo), era sembrar 35.000 hectáreas de soya, objetivo bastante modesto, dadas las necesidades venezolanas y los recursos que tenemos, pero en fin, era un comienzo, pues la soya es un rubro estratégico por su alto contenido de proteínas vegetales y porque además, dinamizaría el funcionamiento de un conjunto de plantas destinadas a fabricar alimentos para animales y productos para consumo humano, como aceite, bebidas saborizadas y derivados como "carne de soya". Pero el objetivo principal de las personas involucradas en el proyecto era otro muy diferente.

Existen miles de casos similares y no habría espacio ni tiempo para siquiera enumerarlos, pero la información existe y la podremos encontrar con solo clickar en un buscador de Internet, en lugar de perder el tiempo tratando de conseguir un carnet de la patria, o buscando una cajita del clap.

La soya, alimento milenario, rubro con bondades nutritivas, base de derivados para consumo masivo, se ha convertido en uno de tantos delatores de un Gobierno irresponsable, en un contexto en que es tan obvio, el desabastecimiento, la inflación, la miseria y la falta de divisas para importar lo mucho que no se fabrica en el país.

 



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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