La clave secreta

El efectivo en la vida cotidiana de los venezolanos y venezolanas se ha convertido en un objeto con un valor simbólico, práctico y hasta monetario extraordinario. Simbólico dado que quien lo porta adquiere ahora un símbolo de estatus, quien más tenga más solvencia posee; practico, puesto que hacerse de efectivo es un calvario así que administrarlo es un desafío; y finalmente monetario, puesto que el billete alta denominación se puede tranzar desde el 10 % de su valor nominal en algunos mercados.

La alternativa: la utilización de los canales electrónicos. El más valorado de estos, son los puntos de venta para el pago de las mercancías que vamos a obtener. Un nuevo comportamiento en estas operaciones que cada vez es más frecuente, es que el vendedor para cerrar la transacción te pregunte en público ¿Clave secreta? Y unos con más timidez que otros la dicen, recordando que siempre te dijeron que nunca deberías revelarla a terceros y con la sospecha que alguien lo suficientemente malicioso este al acecho para robarte “los pocos churupitos que a uno le quedan”. Somos pocos los que todavía decimos: no se preocupe yo la marco.

Qué explica esta particular situación, pues que hoy los puntos de ventas en los comercios son tan importantes como las mercancías que se disponen para ofertar. Es decir, un expendio sin punto venta es poco competitivo. Tal es la situación que existe un negocio instalado en la banca privada y publica para la asignación de los puntos de venta, para lo cual algunos usuarios llegan a pagar millones de bolívares a gestores o personal de la banca. En consecuencia, quien detenta el preciado punto de venta aspira que nadie no manipule.

Referirse a la disposición de efectivo (en taquillas y cajeros electrónicos), la vulneración de la seguridad de los usuarios de la banca y las irregularidades en la asignación de puntos de venta puede que sea agregar una cuenta más al rosario de expresiones de la crisis que experimentamos y que es causada de manera deliberada por sectores de los actores económicos que han organizado un concierto para delinquir y sabotear la economía nacional. El silencio e inacción del órgano competente en esta materia que es la Superintendencia de Bancos agrava la situación y profundiza en malestar.
Finalmente, una de las resoluciones de esta situación está relacionada con inacabada tarea de controlar realmente la base del índice de precios al consumidor, en la cual el Estado tiene actualmente capacidades limitadas.

Nota: Agradezco a Turki Al Maaz por la revisión, aportes y comentarios a esta nota.


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Jesús Alberto Rondón

Sociólogo. Se desempeña como Facilitador en el Inpsasel, ha sido electo Delegado de Prevención (2011-2013 y 2013-2015) y es Vice-Presidente del Consejo de Vigilancia de la Caja de Ahorros de los Trabajadores y Trabajadoras del Inpsasel (2.011).

 jesusalbertorondon@gmail.com      @JesusRondonVen

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