La UBV que duele

A mi correo llegó el siguiente artículo enviado desde la UBV sede de Los Chaguaramos. Donde se evidencia una vez más, los desaciertos de su Rectora Maryann Hanson; enfrentando a los estudiantes amenazándolos con abrir expedientes además de provocar un paro inminente de obreros en todas las sedes de la UBV:

UNIVERSIDAD, ENTRE LA SECCIONAL Y EL PREESCOLAR

Por: Ingrid Castillo

ibecast@gmail.com

@ibecast

¿Por qué siendo tan generalizado y evidente el deterioro de nuestra Universidad Bolivariana de Venezuela, se mantiene una gestión y sus directivos déspotas en el poder? Sencillamente porque privan otro tipo de decisiones y factores que van más allá de la sensatez, la necesidad, lo merecido, lo justo y lo político. Y en política los errores, tienen un alto costo.

En la Universidad Bolivariana algunas se dedican a desacreditar a otros diciendo mentiras y medias verdades entre pasillos -e incluso extramuros- y son el resultado del estímulo de prácticas goebblenianas de mancillamiento moral contra quienes osen levantar su voz de protesta o señalar los peligrosos y dañinos desaciertos. En términos académicos, nuestra universidad desmovilizada y despolitizada entró en una crisis que nos lleva a meditar, por ejemplo, acerca de una de las prácticas formativas que nos distinguen como opción educativa, como lo es la Unidad Básica Integradora (UBI) Proyecto o en torno a la función socio-política de la universidad en Revolución y quiénes serían o deberían ser los y las más calificadas, para dirigir los destinos de un proyecto socioeducativo tan importante.

Está de moda por parte de algunos miembros de esta gestión grabar o tomar fotos a diestra y siniestra a quienes les incomoda, lo que luego es descontextualizado con pinzas y usado para destruir y descalificar, el asunto es que ese panóptico no funciona cuando se cometen fechorías o suceden hechos que afectan la vida académica. También estilan enviar a otros docentes o trabajadores, que lamentablemente se prestan para tan miserable labor, a entrar a las aulas a "supervisar" las clases de los y las profesoras incomodas. Así mismo, se dedican a estimular el odio entre trabajadores y estudiantes, al informar por ejemplo, que el servicio del comedor es financiado con las providencias estudiantiles y por tanto los y las trabajadoras no tienen derecho a hacer uso de tal servicio. Servicio que por lo demás es de pésima calidad nutricional desde hace tres años. Igualmente, se dedican a la realización de cínicos eventos superficiales que dan cuenta del desespero, les ha dado por medio acomodar lo que está irremediablemente dañado, como es el transporte universitario, el cual no opera desde hace años y se puede ver como irracionalmente forran con papel vinilo una de las unidades de transporte que no está operativa, no se invierte en textos académicos ni técnicos desde hace años. Ante esta situación, por ejemplo un grupo de estudiantes –estoicamente- inició una colecta solidaria de libros para la biblioteca universitaria. Sin embargo -y aunque la valiosa iniciativa es noble- ello no tiene mucho efecto pues, sabemos que los textos universitarios son, por lo general, impresos por editoriales que tienen un costo elevado, para eso la universidad cuenta con un presupuesto. Es absurdo esperar que un estudiante done un texto, por ejemplo, de anatomopatología, cálculo con geometría analítica o derecho constitucional. Por algo SON ESTUDIANTES y por lo general con recursos limitados, por lo que casi siempre dependen de la economía familiar. Es deber de la Universidad garantizar a todos los estudiantes, no solo el derecho a la educación, sino las mejores condiciones para permitir que ese derecho legítimo les permita alcanzar el objetivo sociopolítico académico, es decir, convertirse en un profesional al servicio de los intereses del pueblo y de la Patria.

Por otra parte, el deterioro de los servicios socio administrativos dan cuenta de la ineficiente gestión y sólo cuando es extremo el error y no lo pueden ocultar, es que se reconoce la falla. Vale decir, cuando no pueden o no tienen ningún argumento del que echar mano –por irracional que éste sea- que anule la queja. En este marco de cosas, vemos con preocupación cómo se aplican medidas persecutorias a quienes hacen sus labores con compromiso y cómo se condona a quienes no sólo incumplen sino que usan a la UBV como escenario para realizar campañas a favor del "cambio".

Asombra como, en la universidad, las políticas disciplinarias y de vigilancia se hacen al más rancio estilo nazi, con represión, amenazas, chantajes y demás prácticas contrarias a los valores sublimes que rescatara nuestro líder y fundador Hugo Chávez. Es realmente odioso y nauseabundo ver cómo se vulneran procedimientos administrativos y académicos a conveniencia, de esta forma hay personal que ingresó –por ejemplo- hace tres años a la universidad, sin poseer carrera académica y hoy son profesores con el escalafón de asistente o agregado, es decir gozan de una jerarquía en un lapso muy corto, que le tomaría a un docente un promedio de 10 a 12 años de labor académica. Para ser profesor agregado por lo menos debe Usted pasar diez años en nuestra Universidad vinculado a la UBI Proyecto, investigando, formando y presentando resultados. No tres años en cualquier programa o dependencia administrativa.

La máxima instancia de decisiones en nuestra universidad, el Consejo Universitario, es un centro de legitimación de acciones previamente tomadas y son irracionalmente elaboradas. Allí, se realizan crucifixiones, juicios en ausencia, condenas y se decretan exilios. Pero también se llevan a cabo las convenientes aprobaciones de procedimientos administrativos y académicos que afectan a la comunidad universitaria, procedimientos que hacen posible, entre otros, concursos y ascensos galácticos. Este Consejo sesiona de forma incompleta, porque no cuenta con la representación profesoral, estudiantil y trabajadora (obreros y empleados), que por derecho deben estar presentes, pues allí se decide el destino y funcionamiento de la institución.

La gestión policial que más escucha chismes y los usa, es la administración actual. Cuentan además con replicadoras y replicadores que lastimosamente lo hacen por 30 monedas, y a veces sin ningún tipo de contraprestación, se dedican a hurgar la vida íntima, personal y familiar de quienes se convierten en objetivo político, por adversar la pésima gestión. Salen en defensa y después, reclaman lo suyo.

Quienes están dirigiendo la UBV de forma fascista, abusan del poder, y por ejemplo, descuentan porciones de dinero de forma arbitraria del salario del trabajador por "depósito indebido" y nunca dan respuesta a las comunicaciones que algunos trabajadores consignan, solicitando explicación en torno a tales descuentos arbitrarios, que violentan un derecho constitucional. Ordenan a algunos directivos (quienes asombrosamente acatan dicha orden) no dar respuestas por escrito, ni verbal a algunos trabajadores que han osado señalar las aberraciones administrativas, académicas y sociopolíticas.

He acudido a las instancias políticas y administrativas regulares y necesarias, no de ahora sino desde 2014, para que sea revisada la situación en la UBV, situación que ha ido en franco y veloz deterioro y no ha sido posible que se haga la debida revisión. Seguramente se preguntaran ¿Por qué? O ¿Quién soy yo? Por dos razones, una política y otra legal, soy una militante, patriota, comprometida con el legado del Comandante Hugo Chávez, porque además soy UBV y de manera formal porque "contralores y contraloras somos todos".

En marzo de este año un grupo de estudiantes, propuso abrir espacios para el diálogo y lo que se ha obtenido es persecución y violencia, al más rancio estilo de los fascistas terroristas de la derecha venezolana. La ofensa, el chisme, la satanización, persecución y muerte económica es el estilo de esta gestión. Cualquier parecido con el proceder de la derecha venezolana no parece ser mera coincidencia.

Nuestra UBV debe ser en estos momentos –conjuntamente con las demás instituciones universitarias nacidas en revolución- el epicentro de un proceso constituyente universitario, que dé paso a nuevas formas de gestionar la universidad venezolana, donde se discuta a la altura del compromiso y proyecto que nos convoca, el destino y objetivo de la universidad de y para la Patria.



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Sergio García Ponce

Ex-vicerrector de Desarrollo Territorial de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV).

 sagarciap@yahoo.es

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