Bases para un acuerdo nacional a la venezolana

¿Qué puede explicar el hecho que la cuarta república haya fracasado tras cuarenta años de gobierno democrático y alternativo, y que aspectos comunes tiene con el gobierno revolucionario chavista- madurista? La respuesta son los problemas de orden estructural y epistémico, más allá de la corrupción y de las deficiencias de los diferentes gobiernos. Problemas que desembocan en el problema central de toda Venezuela en este momento que podemos llamar el problema humano que nunca habíamos vivido y padecido, como es el hambre, y la hiperinflación en un contexto del mayor aumento salarial experimentado en la sociedad, el problema de las medicinas, la delincuencia y la inseguridad y ahora las muertes por protesta civil.

El problema estructural es que nunca se ha sembrado el petróleo. Un alerta ya anunciado en la década de los años treinta por el Dr. Uslar Pietri. Se han intentado varias estrategias de Estado para lograr un nivel de autonomía económica y social pero no se ha logrado, desde los modelos de sustitución de importaciones hasta los modelos de desarrollo endógenos y sustentables. El modelo monoproductor asumido, desde principios del siglo pasado, por la élite política, por las clases sociales burguesas, y obreras, por las instituciones educativas y gremiales han impedido un desarrollo autónomo y autosostenido.

La organización social venezolana no ha sido nunca un modelo germinal, nunca se ha partido de un desarrollo natural de la diversificación económica, la organización de la ciudad y el campo y la organización burocrática del Estado. No ha nacido desde sus profundas bases sociales, nunca ha crecido como una planta. Todo lo contrario, se ha levantado de manera artificial, partiendo de la renta petrolera, administrada por el Estado se conformó toda una superestructura corporativa donde se fueron nutriendo todos las clases y sectores sociales. La clase económica como el último de los venezolanos han dependido de la renta petrolera, y por eso funcionó el pacto político partidista llamado pacto de punto fijo con la distribución de la renta y por lo mismo se creyó que estaba funcionando el modelo socialista cuando lo que le daba base era el ingreso de la super renta petrolera . Pero todo era y es artificial.

Junto al modelo monoproductor operaba el modelo de importaciones, que se hizo toda una cultura y hasta un evangelio, desde la tecnología de punta que se compraban, hasta una aguja para remendar un vestido. Desde las semillas para sembrar hasta la ropa y los calzados que nos ponemos. Desde un carro que compramos hasta un cuaderno o un lápiz para que los estudiantes hagan sus tareas. Y así hasta el infinito de lo que consumimos. Nos acostumbramos a ser consumidores y no productores, mucho menos emprendedores. La clase económica se orienta más al comercio y al servicio que la producción interna. Las universidades producen profesionales con mentalidad de empleados públicos y no de emprendedores. La clase obrera solo con una visión reivindicativa y no desarrollista. La élite política dedicada más al parlamentarismo y al márquetin que a la solución de los problemas de Estado. Etc..

Este comportamiento es solo un reflejo del modelo monoproductor. No miramos más allá, aunque hubo muchos profesionales universitarios y expertos que lo alertaban. Y ahora que se fue la renta, en vez de ponernos a crear nuestra sociedad, con odio queremos culpar al otro y hasta queremos que desaparezca. Se cree de parte y parte que se puede gobernar solo desde un punto de vista. Desde una sola posición política, cuando necesitamos del concurso de todos para poder convivir y gobernar como debe ser.

Todas las crisis venezolanas han tendido la misma fuente, solo que ahora se agrega como ya dije la crisis humana, que se cuajó ahora, pero que ya venía en procesión desde que se fundó el primer rancho en los cerros de Caracas. Todos los esfuerzos resultan en vano. Las crisis de las décadas pasadas y la actual es de grado. La crisis de los años ochenta y noventa atribuible a la cuarta república y la crisis actual revelan que ese modelo monoproductor con el modelo de importaciones llegó a su fin, no nos sirve para los venezolanos. Sirve para un grupo muy reducido de intereses económicos y políticos. Con el agravante a nivel internacional de la sustitución del petróleo por energía limpia, solar, verde o simplemente menos contaminante.

A nivel epistémico o esencial tenemos un problema grave de identidad nacional. La elite gobernante ha creído siempre que asumiendo un modelo de desarrollo exógeno, que ha tenido éxito en otras naciones, especialmente del norte, podríamos asumirlo nosotros ´para desarrollarnos. Así se creyó que aplicando el modelo de planificación centralizada, el modelo de sustitución de importaciones, el modelo neoliberal o el modelo socialista podríamos superar el subdesarrollo y la dependencia , y a nivel político creímos que asumiendo el modelo socialdemócrata o el modelo socialcristiano o el modelo socialista alcanzaríamos el desarrollo pleno de la sociedad. Pero cuál no ha sido la sorpresa, que cuando menos lo esperaban, en cada época, en cada gobierno surgía la crisis de toda la estructura de la sociedad. Y todos ven – y muchos lo ven culpando al otro- como se va derrumbando la sociedad, aun con todos los esfuerzos gubernamentales, institucionales y personales realizados. El comerciante que quiebra, el obrero que se queda sin trabajo, el empleado que no le alcanza el salario, el egresado que no consigue trabajo. La familias que se rompen, los hijos que se van a otros países. El funcionario llámese empleado público o policía que no tiene como comer completo. Las deudas familiares y de tarjetas de crédito, productos que no se encuentran.

Todos ven con preocupación cómo aparece la especulación, cómo se aprovechan los bachaqueros, los especuladores de oficio, los matraqueros. Sin poder hacer nada. Todos con asombro ven como van desapareciendo instituciones, ganancias, salarios, y sobre todo como va recrudeciendo el problema más grave que tenemos que es la crisis humana que todos estamos padeciendo y es precisamente esta crisis la que nos puede unir para superarla con inteligencia, tolerancia y ética. Solo con el pensamiento y la acción para superar esta crisis se podrán constelar los esfuerzos ahora en adelante. Sin odio sino con cooperación. A diferencia de otras sociedades con historias diferentes, nuestra cultura es la del hermano, y más propiamente de compadres y comadres. Todos somos compadres y comadres. Saquemos esto por amor a Dios y salgamos adelante a la venezolana. No somos producto de la polarización política sino de la libertad y el entendimiento. Los dolores de cabeza y el conflicto social que padecemos deben hacernos reaccionar como venezolanos para poder superar la crisis.

En síntesis frente a las tres crisis expuestas tenemos que repensarnos, tenemos que reconstruirnos en cultura, en educación, en ética y responsabilidad para superarlas, para ello la vía es reestructurando y fundamentando de nuevo la sociedad en general.


Hoy la sociedad lo que necesita es más que un cambio de gobierno, un cambio de modelo de desarrollo de largo aliento, toda la sociedad necesita un cambio ante la crisis estructural, epistémica y humana que tenemos. Los que crean que de lo que se trata es de un cambio de gobierno esperan un cambio radical de derecha o de izquierda. Otros esperan una guerra civil, y se cuelan en las manifestaciones pacíficas de bando y bando. Y quienes pensamos que primero esta nuestra patria, rica en recursos humanos y materiales, esperamos un acuerdo nacional o una negociación a partir de bases epistémicas, estructurales y humanas que a corto, mediano y largo plazo alcancemos un auténtico modelo de desarrollo que triangule las instituciones económicas (patrones y obreros), civiles, educativas, culturales, artísticas, científicas, humanísticas, religiosas y políticas que mediante una sinergia se piensen primero en un modelo de desarrollo propio, que no sea copiado de nadie, pero que desde las universidades y el resto de las instituciones puedan llegar a un acuerdo que nos permita echar adelante y realizar todas nuestras potencialidades, y que a nivel internacional asumamos la vía de la interdependencia y la cooperación.

Para poder seguir adelante ya tenemos una base histórica muy importante como el legado de la independencia, la cultura de la democracia desde el 58, las políticas públicas que favorecen a los más desposeídos, la estructura educativa que es gratuita y con un reconocimiento constitucional de la autonomía universitaria, entre otras.
En concreto y sabiendo que el problema de Venezuela es esencial, más que fenoménico, propongo un acuerdo nacional en estos términos: Restablecer como norte para el consenso, la CONSTITUCIÓN aportada bajo el gobierno del Comandante Chávez. Donde los 5 poderes del Estado se respeten en sus funciones y sin usurpación se logre un acuerdo nacional sobre el modelo económico y social a seguir, para ello deben haber comisiones constituidas por expertos del gobierno, la oposición y de las instituciones de la sociedad. A nivel político, dejar que el presidente Maduro termine su mandato, se liberen los presos políticos, y seguir la Constitución en relación a las elecciones de gobernadores y alcaldes.

evaristomendez22@gmail.com
Sociólogo, Doctor en Ciencias de la Educación.


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