Cuando el Presidente Maduro anuncio la expedición del Carnet de la Patria, no entendí de buenas a primeras la finalidad del mismo. Escuché con atentamente y curiosidad las declaraciones de voceros del gobierno y del Psuv, pero no entendí la utilidad práctica del Carnet.

Lo que si entendí fue lo que el viejo camarada Luis E. Villegas escribió sobre este tema. En su artículo se titulado "Retorno al carnet como cultura política" (https://www.aporrea.org/actualidad/a239819.html ), en primera instancia él identifica que el objeto y nos dice:

"Partamos del argumento que hace el gobierno. - Con este carnet de alta tecnología se va a elevar el nivel de respuesta del pueblo venezolano. Se constituirá un nuevo "poder popular", con una mayor capacidad de: 1. Organización; 2. Participación; 3. Consulta; 4. Información; 5. Movilización. Todo ello enrumbado hacia el buen vivir.

¡Sí! Es así como lo ven escrito. No me salte de párrafo, ni estoy leyendo otro documento político. ¡Es la definición del carnet de alta tecnología QR made in china!"

Entendí la contradicción que Villegas constata:

También me sorprendí al leerlo y luego me pregunté: No son, acaso, todos estos elementos, las categorías políticas que se buscábamos desarrollar entre los trabajadores y habitantes de las comunidades, a partir de las acciones reivindicativas que se impulsaban a nivel de base frente a los distintos gobiernos que vivían a costa de la explotación del pueblo. Reivindicar no era acaso plantearse la conquista de aquello que como clase nos pertenecía y nos había sido robado por la burguesía. Reivindicar acaso no exigía conciencia y luchar desarrollando, precisamente la organización, superar la pasividad haciendo participar los compañeros, ejercer la democracia en la consulta de aquello que debíamos decidir, proveer de información a los compañeros para que pudieran ejercer su poder de decisión; toda acción implicaba, por tanto, movilización a diferentes niveles."

Entendí que, según la visión burocrática, el fulano carnet sería la causa de la elevación del nivel socio-político de nosotros como pueblo.

Acto seguido observe largas colas, en ellas venezolanos y venezolanas pasaron largas horas. Lamentablemente tratando de acceder a Carnet muchos fueron sometidos a condiciones indignas. Escuché las conversaciones en casi todo espacio público que estuve, sobre lo conveniente de sacarse el carnet de la Patria. Escuche que el Carnet de la Patria serviría para cualquier cosa absurda que se la pueda ocurrir a usted, estimado lector (Por respeto no caigo en detalles). Y decidí que, si me lo sacaba, lo haría sin penurias. Además, como los plazos se han venido extiendiendo: ¿Por qué la prisa?

Y llego el día. En una tarde calurosa toco a nuestra puerta una vecina, y cuando atendimos nos gritó: "¡Apúrense que van a sacar el Carnet de la Patria en donde era el Ambulatorio!". Dude cuando mire la cama y esta me llamaba a una pequeña siesta, pero no caí en la tentación y me vestí en menos de lo que canta un gallo. Salimos rápido. Llegamos y efectivamente la fila era corta y el calor más agobiante. Me formé en la fila y como siempre fui víctima de la viveza criolla, pues se me colaron como veinte personas (¡claro! A las que le estaban "guardando el cupo"). Registrado en una hoja, luego fui atendido por un joven operador, que me hizo las preguntas de rigor. La más rara fue si tenía mascota, no entendí por esto es tan relevante; y la más simpática fue si utilizaba los "buses rojos", a la que respondí con satisfacción que sí. Con preocupación me deje tomar la foto (estaba recién sudado) pues, en una cosa tan importante uno no se puede dar el lujo de salir en la foto de cualquier manera. Finalmente, luego de una breve espera debajo de un árbol fresco, fui llamado por un compañero por mi nombre y sin gran parafernalia me entregó mi Carnet de la Patria. ¿Cuánto tardé?, menos de una hora. Cuando regresé, pensé en escribir esta nota, pero tenía una cuenta pendiente con una siesta…

Sigo creyendo como Villegas que los procesos sociales de cambio, son actos humanos y producto de sus relaciones. Y como la mayoría de diez millones de venezolanos y venezolanas, tengo el Carnet de la Patria por si acaso…