Entre la contrarrevolución y la mediocridad

Tener que tocar nuevamente el tema de la contrarrevolución y la mediocridad en un momento que por critico no es el mejor, es bastante difícil, sin embargo tampoco lo es el ser pasivo ante los embates de quienes desde sitios estratégicos procuran la caída del gobierno bolivariano y constitucional del Presidente Nicolás Maduro; si bien es cierto que se hace un esfuerzo sobrehumano por paliar, mitigar y combatir una guerra económica, comercial y empresarial que cada día se da por perdida, la contraofensiva desde sectores del gobierno no pasa desapercibida. Toda una gama de métodos y políticas de estado han fracasado una tras otra en procura de solucionar un tema que a mi juicio es mas de seguridad nacional que económico y político, en primera instancia los niveles de corrupción de pequeño y mediano nivel son tan abominables que a la luz pública pareciera complicidad absoluta del gobierno, sin embargo es generada desde sectores intermedios que se hacen indetectables desde arriba, pero que desde abajo son claramente visibles por parte del pueblo que es quien sufre las consecuencias, como mencione una gama de métodos y políticas que procuraban solventar la guerra económica y que fueron desde capta huellas, terminales de cédula, ventas controladas, supervisión de empresas, rutas de distribución, etc., hasta los CLAP y que muy a pesar de las políticas de gestión y control parecieran en algún momento sucumbir a manos del hampa contrarrevolucionaria, estrategias y métodos que han sido aplicados en los últimos 3 años, sin que lograsen por lo menos en los grueso ser efectivos y eficientes, o por lo menos no lo suficientemente necesario.

Si bien la contrarrevolución es un cáncer del proceso en este momento, la mediocridad seria la metástasis, dificultosamente para quienes acompañamos la revolución desde sus inicios nos es impalpable ver los niveles de ineficiencia reiterada de funcionarios que solo son reubicados en otros ministerios e instituciones para seguir colapsando un proceso que clama a gritos oxigenarse y ser reimpulsado, mas por acciones que por palabras o principios ideológicos no cónsonos con el tiempo y el ámbito en el que nos encontramos, como he dicho en reiteradas ocasiones si no entendemos la necesidad de cambio, no solo en la correlación de fuerzas revolucionarias en el gobierno, en la acción y el pensamiento cotidiano, en el nivel de compromiso abnegado y desprendido de prebendas y compromisos políticos, de la renuncia a la ganancia y a la plusvalía, de ceder espacios de poder y muy especialmente de aplicar el legado que tanto decimos defender, estamos indefectiblemente destinados a contar los días de vida a la Revolución Bolivariana, luchada y sufrida por el único hombre al que pareció dolerle el parto, el Comandante Hugo Chávez, como dice el refrán "con la verdad, ni hiero, ni ofendo", simplemente expongo que la lucha no solo es contra lo externo, sino contra lo interno, no podemos, léase y entiéndase, no podemos continuar con un proceso de transformación social, moral, político, ético, sino existe un cambio en el pensar y en el actuar, que no está supeditado a colores o siglas, sino a hechos y acciones.

El hombre por naturaleza es de costumbre y no de instinto, penosamente la costumbre nos impidió en momentos determinados ver la necesidad, reiterada miles de veces por Hugo Chávez, de cambiar a lo interno de cada uno de nosotros, de transformarnos en el nuevo revolucionario, no el que pregonaba el Che, no él quería Fidel, no el que impulso Mao, Ho Chi Min o que decía Lenin, sino en el que necesitaba Hugo Chávez, hoy que no está para seguir corrigiendo nuestros errores, muchos de los que quedaron en la mediocridad de sus egos más grandes que su corazón, pero muy bien ubicados en cargos del gobierno, pretenden que demos el traste con lo que si creemos en esto como la única vía de lograr el tan anhelado sueño de Chávez, la emancipación del oprimido y la mayor suma de felicidad posible al pueblo.

Lo que si debemos tener presente, aunque nos sintamos acorralados por un lado por quienes deberían defendernos y por el otro por una derecha acéfala, incoherente, falta de principios y muy especialmente de patriotismo, burguesa y clasista, es que somos nosotros quienes ponemos la diferencia, somos nosotros los que decimos al final de qué lado se inclina la balanza y muy especialmente de darle continuidad a esta maravillosa obra del Comandante Chávez, pero muy importante es que sigamos adelante con verdaderos revolucionarios de corazón y convicción, creyentes y honestos.

falborada@gmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 826 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter