Binóculo N° 211

Policías delincuentes, o delincuentes prestados a la policía

Si se me obligara a decir cuál de las policías del país es la peor de todas, la más descompuesta, la más corrompida, la más delictiva, respondería de inmediato que la Policía Nacional Bolivariana. Paradójicamente es la que académicamente fue obligada a asistir a la universidad. Y es Chávez el primer presidente que se ocupa de crear una universidad para la policía, en donde se suponía que aprenderían cosas más allá de la cotidianidad policial. Es decir, que un policía era algo más que alguien con una pistola y la autoridad para maltratar a la gente. No solo combatirá el delito, sino que interactuará con los ciudadanos que en el 98% de los casos, son personas buenas, sanas, trabajadoras, que solo quieren ganar el dinero producto de su trabajo, reunirse con su familia, velar por sus hijos, y quizás participar en actividades de la comunidad. Así es en cualquier parte del mundo y en Venezuela.
Pero no es solo la PNB la que está descompuesta. Lo están todas, incluyendo a la Guardia Nacional Bolivariana y una vaina que inventó Chávez: La Guardia del Pueblo, que de lo menos que se encarga es del pueblo, pero sí de reprimirlo y de quitarle sus cosas.

Antes de que alguien salga a rebatir estupideces, debo decir que siempre hablo en términos generales. Soy un convencido de que la putrefacción no es total. Hay gente decente en todos los cuerpos. No tengo dudas. Quizás no muchas, pero las hay.

Sin embargo, a diario conozco de las anécdotas que viven los ciudadanos, simples hijos de vecina que son víctimas de la policía, en cualquier parte del país, porque la descomposición comienza arriba, cuando el oficial dice “me traen tanto, ustedes verán cómo hacen”. Ese es el punto de partida, porque el policía buscará para el oficial, pero también para él. De allí hacia abajo, la cascada es indetenible. Si el policía quiere una moto para patrullar, tiene que pagar cinco mil al oficial que las asigna, si quiere una patrulla paga diez mil, si montan una alcabala, el 40% es para el oficial que la dirige. La madeja es tan impresionante que desenredarla no es posible sino con mucha inteligencia y bolas. Ya no hay otra forma. Conozco una persona que sacó dinero de un cajero y había una patrulla enfrente. Lo llamaron y le dijeron “te vimos sacar cuatro mil, dámelos o si no esto es tuyo”, le enseñaron un paquete de marihuana. Hace nada el país vio en un video publicado primero por el Miami Herald, a ocho policías de Aragua, incluyendo dos oficiales, asesinando a cuatro personas y montando una escena del crimen.

Si el policía está obligado a entregarle equis cantidad de dinero al oficial todos los días, no solo trabaja bajo presión, sino que obviamente no matraqueará o robará para su jefe sin que una tajada le quede. Son funcionarios que supuestamente presentaron una declaración jurada de bienes –que es obligatorio- y algunos tienen tal opulencia que ya quisiera cualquier empresario. Son incluso duelos de vehículos que valen tres, cuatro y más millones de bolívares. Y nadie pregunta porque la mayoría tiene vehículo, con el agravante de que ninguno gana un salario que le permita esa posibilidad. Es decir, cualquier acción que haga cualquier cuerpo policial, es sobre la base de sus intereses, en función de negocios para buscar una tajada.

Por ejemplo, los detectives del CICPC actúan sin orden del Ministerio Público, pero si tuvieran la orden, es porque hubo negocio con funcionarios del ente. Hay presos que no solo fueron golpeados y torturados, sino que en la audiencia se le demostró su inocencia y se ordenó su excarcelación, pero lleva preso más de tres meses y aún no es liberado. ¿Cuál es la razón? El juez está pidiendo 1.5 millones, aunque sea inocente.

Fui testigo de una conversación entre un abogado y su cliente en el Palacio de “Injusticia” en Valencia. El abogado le decía “te salió barato, al juez le damos 80 mil, los policías los van a traer por 20 mil, a los custodios hay que pagarles 30 mil y ya hablé con la abogado que pidió 40. Saliste de golilla. En dos semanas te lo entregan”. Hablaban a mis espaldas pero en voz alta en una cola de cientos de personas, en esa cosa donde supuestamente se imparte justicia. Es posible que entre las cárceles de las policías y la sede del Tribunal Supremo de Injusticia en Valencia, se cometan las mayores violaciones de los derechos humanos en Venezuela.

Nadie quiere ni siquiera que un policía lo mire, porque si lo paran para chequearle los documento, seguro que será matraqueado, hoy día sin ningún tipo de prurito. “Vete al cajero y busca 1.500 para que te vayas tranquilo a tu casa”, te dicen. No hay ni vergüenza ni comedimientos. Se pelotean tus documentos y uno se convierte en el ser más vejado de la tierra. Y si a ese ciudadano se le ocurre discutir con ellos, entonces será acusado de resistencia a la autoridad, pasado a la Fiscalía donde seguro será matraqueado por más dinero. Es decir, que esa persona siempre optará por el mal menor.

La incorporación a la orgía de la policía corrupta, de fiscales del Ministerio Público, jueces y defensores públicos, generó que la indefensión se incrementara. Pobre ciudadano. Hace un año, un Cicpc mató a una persona que era inocente, y en complicidad con un Fiscal de Ministerio Público, inculparon a un inocente, con un expediente avalado por un Inspector. El hecho se descubrió porque llegaron hasta Caracas los reclamos y alguien con criterios de humanidad decidió revisar el caso para encontrar semejante aberración. Eso ocurre en todas partes del país y en todas las policías del país. Es una descomposición que no tiene su origen en la policía.

Dos elementos se incorporan a esa descomposición generalizada: la alianza de policías y militares con bandas extremadamente organizadas y violentas que explican su poderío bélico; y la conformación de la propia policía en bandas, que actúan de acuerdo a sus intereses. Incluso se reparten los sectores: un grupo vacuna a los licoreros, otro a los traficantes menores, otro a los robacarros y así miles de ejemplos.

Con toda seguridad que nadie está sorprendido de lo que está leyendo. De hecho lo vivimos todos los días. En los liceos de las zonas populares, hay un comportamiento folclórico de los estudiantes. “Coño marico porqué te dejaste quitar los reales del desayuno con el policía ese”. “No marico, me dijo que me iba a llevar para el comando y se sacó una marihuana del bolsillo pa´decir que era mía”.

Es decir que incluso la Universidad de la “Inseguridad”, necesita ser profundamente revisada para determinar qué policías está formando. Ese policía que ayudaba a la viejita a cruzar la avenida, ya no existe. Tampoco existe el que uno llamaba para que lo ayudara en un problema de vecinos. La descomposición es de abajo hacia arriba y viceversa. La sociedad le tiene miedo a la policía y ninguna confianza.

Y no puede haber confianza con un policía o un guardia nacional que es socio de un bachaquero, o que tiene su propia banda en el barrio y le entrega la pistola a los malandros para que vayan a atracar, o uno le hace una pregunta y se comportan como animales, como patanes. Y mucho peor aún es las mujeres incorporadas a esta actividad. Es un consenso de son peores que los hombres, tanto en violencia como en corrupción.

El principal culpable de todo esto es el Estado. Primero, porque no ha ejercido un verdadero monitoreo sobre el comportamiento policial; segundo, porque no castiga con ejemplo y severidad a aquellos policías que infrinjan la ley; y tercero, porque un policía debe ser tratado como un ser humano, con un excelente salario y con condiciones de vida tan iguales o mejores que cualquier funcionario público. Pero no puede una gobernación, una alcaldía, o el Estado, retrasarle el miserable salario al policía y después pretender que no agarre dinero, no matraquee o no haga negocios, cuando debe llevar el sustento de la familia.

Es decir, es el Estado el que primero debe estar preso.

Caminito de hormigas…
En Voluntad Popular hay mucho descontento por la intensa campaña de Henrique Capriles en su carrera para ser candidato. Insisten en que su candidato es Leopoldo López… Por cierto, Alejandro Feo La Cruz dio el salto de romper con Salas Römer. Es el jefe de Voluntad Popular en Carabobo y seguro candidato a gobernador… El elevado de El Trigal fue construido y puesto en funcionamiento en cinco días con la tecnología de hace 40 años. Para hacerle mantenimiento la alcaldía lo cerró por un mes. ¿Incompetencia o sabotaje?... María Corina anda como un ánima en pena. Le pidió apoyo a Leopoldo y éste lo condicionó a disolver su partido e incorporarse a VP… Recomiendo ver el video La Historia del mundo en dos horas. Increíble


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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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