El boicot como arma de protesta

La palabra Boicot, se define como una serie de acciones comerciales, generadas para acometer contra un individuo, ente o empresa, con el cual se mantiene una relación considerada como moralmente reprobable. Proviene etimológicamente del epónimo apellido del irlandés Charles Cunningham Boycott, quien fuera contratado por el conde Earl de Erne, para administrar las tierras del Condado de Mayo, en la isla irlandesa de Achill. A qué viene este marco histórico relativo a la palabra en sí, Boycott fue tristemente célebre por maltratar a sus subordinados en la administración del condado de Mayo y sobreexplotar los campesinos y agricultores del condado, tanto que los trabajadores del campo enteramente se negaron a establecer cualquier relación comercial o de cualquier tipo con Boycott, al punto que la Liga Nacional Agraria Irlandesa, (INLL por sus siglas en inglés), tuvo que intervenir, aprobando una medida en la cual los campesinos que trabajaban y producían para la administración de Boycott, podían rescindir contratos ya adquiridos, con el condado.

Señores lectores, la coyuntura económica que está ocurriendo en estos momentos en el país está minando la economía, pero también la estabilidad familiar, esto en una medida considerable es responsabilidad del gobierno por no aplicar las medidas adecuadas a través de las instituciones pertinentes, en contra de las empresas privadas que es harto conocido, incluso por las altas esferas del gobierno, que dichos empresarios, se están beneficiando de divisas extranjeras a un valor oficial, adquieren los productos a precios de baratija en comparación al precio a como los venden (gracias a la globalización el ciudadano de a pie, conoce los verdaderos precios de los productos, por las compras electrónicas propias), y descaradamente los ofrecen en sus anaqueles con el cínico y (mis disculpas por la redundancia pero es la palabra que mejor encaja en esta conducta) descarado letrerito de PRECIO JUSTO= XXXXXX Bs, y así nos han estado desangrando sobre todo en el último año.

En mi opinión humilde, considero que el gobierno debe tomar medidas tan enérgicas como el cierre de la frontera (el cual también en mi humilde opinión, es una medida bien acertada), que aunque llegó tarde ha generado consecuencias positivas para la economía interna, sobre todo para la economía de los pobladores de este lado, en la frontera, sin embargo y como frase trillada. ...no es suficiente, se debe tomar medidas más ejemplarizantes, el SUNDDE o las instituciones dedicadas a la supervisión de las actividades especulativas, no se ha hecho eco suficientemente de la denuncia popular, en mi caso particular me he cansado de enviar vía redes sociales, tanto al actual institución, como a los anteriores entes verificadores, denuncias específicas en contra de una empresa que se ha jactado de manera descarada durante años (yo llevo casi una década denunciando) a la tienda BECO, donde usted puede ver prendas de ropa que incluyen, franelas de 20000Bs, camisas de 35000Bs, o pantalones de 40000Bs, y yo me pregunto ¿Cómo llegamos a esto?.

En este caso la responsabilidad de las instituciones dedicadas a monitorear a los comercios es evidente, pero aquí quería llegar respecto del título del artículo. También es nuestra responsabilidad como parte del estado, no solo realizando las respectivas denuncias, y presionando a los entes estatales para que cumplan sus obligaciones, sino generando medidas de boicot que permitan contribuir con el desarme de este mecanismo inflacionario perverso que nos afecta a todos los de a pie por igual, boicot implica negarse a comprar los artículos productos del bachaqueo, o de la especulación, este pueblo está padeciendo una de las estrategias de guerra más elaboradas, pero esta ha dado resultado a sus promotores, en gran parte por error del propio pueblo, tanto por el pueblo que depreda al pueblo bajo la personificación del comercio informal, como por ese impulso obsesivo-compulsivo de comprar lo que haya al precio que se encuentre, sin importar nada más. Y visualizando este panorama, cabe hacerse algunas preguntas, ¿Quién se perjudica y quién se beneficia más en este escenario?, ¿A dónde nos puede llevar este mecanismo si no tomamos medidas prontamente?, ¿Podemos tomar medidas colectivamente que tengan un efecto?.

A mi parecer el principal perjudicado con esta situación, es el pueblo que suda día a día, que invierte (yo diría mejor, desperdicia) parte de su tiempo haciendo colas, faltando a sus empleos, padeciendo incomodidad y hasta vejaciones (por parte del mismo pueblo, que en algunos casos bajo la figura de los “vivos” veja a sus vecinos en las colas), descapitalizándose al incurrir en compras nerviosas, alimentando el parasitismo bajo la figura de los buhoneros de productos regulados. Pero el pueblo no es el único perjudicado, siendo objetivos (como deberíamos ser los seres humanos conscientes), el gobierno también se perjudica notablemente, porque todos los esfuerzos de tiempo, dinero y horas/hombre, dedicados a paliar el espiral inflacionario que se genera como consecuencia de lo que estamos padeciendo, es inútil y solo alivia parcial y temporalmente dicha situación, porque el malestar se sigue generando, al impotentemente observar cómo se replica el beneficio capital para unos pocos en el seno del pueblo mientras el vecino se perjudica (volvemos al mismo tema, bachaqueo, buhonería) y el beneficio feroz para grandes empresarios.

Ahora y siguiendo la secuencia de consideraciones, entonces ¿Quiénes se benefician más?, los empresarios, porque sea como sea, ellos siguen produciendo, recibiendo las divisas y por medio de mil trampas convencen (digo yo..) al gobierno de que aun y cuando reciben divisas oficiales, los “¡precios justos son estos!” muchas veces precios exorbitantes pero tristemente justificados por el gobierno y más triste aún, por nosotros mismos, los consumidores, ¿Quien más se beneficia? la oposición, quién sin mucho esfuerzo se sienta a observar como el espiral inflacionario se va convirtiendo en un pandemónium, solo interviniendo escuálida y periódicamente para avivar las tensiones y llamas de la hoguera, apostando a la implosión y no a rectificación en las fallas que hubiere corregir por parte del gobierno. Podemos hacer algo, sí, pero ¿Realmente queremos hacerlo?, es nuestro deber, no solo para con nosotros mismos, también para con nuestros hijos y nietos, y generaciones futuras, porque las consecuencias de lo que hoy ocurra, de lo que hoy hagamos o dejemos de hacer, va a repercutir en el futuro como en el efecto mariposa de los modelos de caos matemático, el pequeño aleteo de la mariposa que tenemos hoy día, va a generar o no huracanes y tempestades económicas y políticas en el futuro, y quizás ni siquiera en el futuro lejano.

Esperemos tomar consciencia (a mi como científico me gusta enfatizar la palabra Cons-Ciencia) antes que sea demasiado tarde. Recordemos que los que generan las crisis casi siempre termina yéndose a disfrutar de las mieles (mejor.... de las hieles) de sus perversos éxitos, pero los pueblos quedamos, boicoteemos con consciencia y hagamos valer nuestros derechos, que a la final serán los derechos de las generaciones venideras.

*Biólogo

gonodactylus@yahoo.com


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Juan Carlos Paz


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