Todo hace pensar que lamentablemente el bachaqueo ya forma parte del modo de vivir del venezolano que hoy se dedica a esta actividad. Lo afirmo por la experiencia que uno vive como usuario del transporte colectivo obligado por la circunstancia de tener el vehículo accidentado hace algún tiempo. En el transporte colectivo dos son los temas fundamentales: hablar mal de gobierno y hablar del bachaqueo.
Sobre el primer tema solo comentaré por ahora, que preocupa que un público hacia el cual está dirigiendo el gobierno el mayor de los esfuerzos, el mas supremo de los esfueros como lo diría un hermano colombiano, no demuestre hoy que valora esa orientación de la política gubernamental; que no haya captado todavía que los grandes logros de los cuales disfruta en educación para sus hijos, vivienda, ingresos dignos entre otros, sean menos significativos que las colas de la escasez que provoca la empresa privada, la especulación con los precios que también es obra de la empresa privada y, en conclusión que todas los problemos que hoy sufrimos en estas materias, forman parte de una estrategia del capitalismo nacional e internacional o mas bién al revés, para precisamente provocar esa reacciones de molestia y rechazo al único sistema que nos garantiza la "suprema felicidad", para decirlo con nuestro Libertador Simón Bolivar.
Vuelvo al segundo tema que es el central de este artículo. En el transporte colectivo uno oye temas como este: Aló, voy bachaquear; María? No esa es muy floja, no se levanta temprano. . . Tengo pasta en la casa.... lo que no tengo es arroz... en el chino de (un lugar, un barrio) .... ayer vendieron azucar.... hoy deben vender leche..... ayer se formo de la buena en el Bicentenario y los policias que estaban en la esquina, ni le pararon; dijeron que ni que estuvieran locos p'a metese en ese peo y salí connaceados. O en un por puesto donde el pasajero del lado del chofer le dice: vamos a amanecer en Farmatodo el sábado antes que lleguen los malandros que llegan a organizar la cola diciéndole a los que están allí: ustedes van detrás de estos cién que ya se anotaron; hay que amanecer para que no nos vengan con el cuento y en todo caso dispuestos a caernos a coñazos con esos malandros. A lo que agrega el chofer del por puesto. Yo me salgo de esta vaina y me meto a bachaquero que es lo que da; lo que hay que hacer es tener un sitio en el centro donde guardar las cosas después que uno corone y seguir comprando.
Como se puede apreciar en estas conversaciones que he oido en el transporte colectivo, hay una demostración fehaciente de como esta actividad ilegal, se instaló como lo dice el investigadosr Schemell, en el comportamiento diario del venezolano. Una actividad que distorsiona sobremanera el trabajo productivo del venezolano, que explica que se dificulte en el momento necesario conseguir un plomero, un electricista o alguien que pueda realizar un trabajo manual especializado o no, porque está dedicándose a esta actividad que a decir de algunos, es mejor negocio que la droga.
Continúo haciendo mi llamado y mi propuesta: el poder popular organizado en Consejos Comunales, UBBCh y otras formas de organización está llamado a contribuir con el gobierno en esta lucha. Hay que aislar al bachaquero; no comprarle los productos subsidiados que acapara para estafar a sus propios vecinos. tenemos que organizarnos como consumidores de manera de someter a veto por tiempos determinados, la compra de artículos de primera necesidad que a diario se incrementan sin ton ni son. ¡Hagamos valer el poder del pueblo organizado! ¡Chávez Vive.
