Dolarización

Las declaraciones de algunos dirigentes opositores acerca de la posibilidad de “dolarizar” la economía venezolana, es, en términos coloquiales, una trampa caza bobos que busca seducir a un sector de la población que está atrapada en la dólar-manía.

Quienes lanzan esa propuesta, saben que la misma es inviable desde todo punto de vista; principalmente, porque parte de un sofisma. Se dice que nuestra economía está dolarizada de facto, porque todos los precios se fijan teniendo como referencia el valor del dólar. Pero…¿Cuál dólar?: “el dólar paralelo”. Éste es el disparador de esa trampa caza bobos. Todos sabemos ya, a estas alturas, que el dólar paralelo es una estafa sin ningún asidero científico. Es un invento de un grupo de delincuentes que tienen como principal misión destruir la economía venezolana y en consecuencia, el bienestar de todos nosotros. Lograron parte de su objetivo, al establecerse ese dólar como un marcador de precios. Pero si ya sabemos que el valor de ese dólar es mentira. Lo que hacen aquellos que lo usan como marcador de precios, es trasladar esa mentira a los precios de bienes y servicios, y con ello, ir creando una burbuja inflacionaria.

Quienes promueven la dolarización, están apoyando al dólar paralelo. Nos están queriendo decir que ese es el verdadero valor del dólar; cuando hasta los economistas de derecha han declarado públicamente que ese dólar es especulativo. Entonces tenemos que concluir que los voceros de tan peculiar propuesta, están en la jugada del dólar paralelo.

Hagamos un ejercicio intelectual para desmontar aún más lo absurdo de la propuesta.

Imaginémonos un trabajador que gane quince mil bolívares al mes, pero con ese salario, actualmente, le es imposible adquirir la vivienda más económica del mercado, cuyo precio ronda los cinco millones de bolívares. Si dolarizamos la economía, y le damos ahora su salario en dólares, él recibiría la cantidad de dólares equivalentes a quince mil bolívares (a la tasa que lo quieran calcular, es igual), y la vivienda la cotizaría ahora, el vendedor, en dólares equivalentes a los cinco millones de bolívares. Podemos notar entonces, que aunque ahora el trabajador tiene dólares, la distancia entre su salario y el precio de la vivienda, sigue siendo la misma, y en consecuencia, tampoco podría adquirirla con sus dólares. Vale decir, el trabajador queda en la misma.

Si lo que quieren significar, los “sesudos” opositores, con esa propuesta, es que los salarios están muy por debajo de los precios de bienes y servicios, bastaría con proponer un aumento de salario en bolívares, en lugar de salir con la sandez de la dolarización. Pero resulta que aquí no se trata de que los salarios alcancen a los precios “especulativos”; precisamente porque son especulativos; vale decir, “irreales”. Se trata de derrumbar la especulación; que los precios bajen al nivel real que teníamos hace menos de tres años; de manera que los trabajadores recuperen el poder adquisitivo que gracias a la Revolución, habían logrado, antes de la vorágine especulativa. Es innegable que antes de este ataque feroz especulativo, cuyo soporte principal es el falso dólar paralelo, los trabajadores venezolanos cubrían holgadamente sus necesidades; como ya dije, gracias a la Revolución que desde que llegó, ha dignificado cada año, el salario de los trabajadores venezolanos.

Pero vayamos ahora a una razón aún más de fondo para huirle a la dolarización de nuestra economía.

A raíz de la caída del bloque soviético, y ante la inminente hegemonía de los Estados Unidos en el concierto mundial, los países europeos firman en 1991 el Tratado de la Unión Europea (Tratado de Maastricht) y decidieron que Europa tendría una moneda fuerte y estable para en el siglo XXI. Entre otras razones, la creación de una moneda propia de intercambio internacional (el Euro) obedeció a una manera de protegerse del dólar, que desde entonces ya mostraba signos de inestabilidad desde la perspectiva de los estados miembros de la comunidad europea.

Muamar el Gadafi quería sustituir el dólar estadounidense por el dinar africano (una moneda hecha de oro) en las transacciones comerciales fruto de la compra-venta de petróleo con otras naciones. Esto fue una de las razones que llevó a Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, a trazar un plan para derrocar al mandatario libio.

China  y Tailandia firmaron un acuerdo para dejar de utilizar  de forma paulatina el dólar norteamericano en sus transacciones comerciales. Un acuerdo considerado beneficioso por las autoridades tailandesas pues China es quizá el segundo mayor exportador de productos a Tailandia. A esto se le une también el hecho de que Japón y China, llegaron a un acuerdo para dejar de lado el dólar estadounidense en sus transacciones comerciales.

Rusia y China promueven sus propias monedas contra el dólar. Ambos países firmaron un acuerdo para usar el rublo y el yuan en el comercio bilateral; sugiriendo a Brasil y a la India hacer lo mismo. Recordemos que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, forman parte del club denominado BRICS. Estos países decidieron crear un sistema económico-financiero alternativo, con otra moneda diferente al dólar.

Brasil y La India también mostraron interés por realizar transacciones comerciales con una moneda distinta al dólar, especialmente en el mercado de compra-venta de petróleo.

Desde hace un tiempo se ha estado comentando sobre el acercamiento de las potencias europeas Francia y Alemania a los planes del bloque BRICS.

Ante  el notable abandono in crescendo que han ido haciendo los países respecto a la utilización del dólar estadounidense como moneda de intercambio internacional y la evidente búsqueda de alternativas al respecto de los países con economías emergentes, se vislumbra claramente el ocaso de la hegemonía del dólar. Estados Unidos de Norte América está haciendo y hará “todo” lo que esté a su alcance para evitarlo, aunque el curso de los acontecimientos plantea la caída del dólar como un escenario inexorable. Incluso el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos Timothy Franz Geithner dijo el año pasado que estaban abiertos a una moneda mundial; lo que podríamos entender, que ya piensan en un plan B frente a la factible caída del dólar.

En la cumbre del G-8, celebrada en Italia el 10 de julio de 2009, el entonces presidente ruso Dmitri Medvédev, en su alocución,  sorprendió a todos sacando una moneda de su bolsillo diciendo que “incidentalmente” se la habían dado y que era un prototipo de moneda supranacional llamada: “Unidad en la Diversidad” que, según él, se podría convertir en la unidad monetaria del mundo del futuro con estándares especiales y sus propias reglas de circulación.

El ex-economista del Banco Mundial Peter Koenig dijo, en un artículo para La Voz de Rusia, que el Bricso (la moneda del grupo BRICS), revolucionaría el mercado financiero mundial y obligaría al retorno del patrón oro, no sin antes causar un descalabro en aquellas economías que dependen del dólar. Sin embargo, afirma ese economista que tanto Irán como Venezuela, se recuperarían sumamente rápido como miembros del BRICS.

Ante este panorama, amigo dólar-maníaco, te sugiero que no estés acumulando dólares, porque no te van a avisar cuando éste caiga y te encuentres después con un cúmulo de papeles con poco valor de cambio.



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Juan Carlos Valdez


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