Para viajar por aire, todos coinciden en que hay un colapso total. Casi siempre, la culpa recae sobre el gobierno, lo que indica que el boicot programado está resultando, aunque sea al gobierno al que le corresponda poner orden, incluso, frente al chantaje, que también está programado, de denunciar al mundo y a las galaxias de que "esta dictadura les confiscó el derecho a volar".

Nadie, aunque sea víctima del caos bien planificado en los aeropuertos y con los vuelos nacionales e internacionales, le echa dedo a sus planificadores, porque eso no está de moda y le resta prestancia.

Resulta que el decir en los aeropuertos, aerolíneas y agencias de viajes, es "no hay pasaje", hasta octubre o diciembre del año dos mil quince, si se trata de vuelos internacionales. Si hablamos de los nacionales, hasta después de semana santa.

Pero, también resulta que las salas de embarque de los aeropuertos internacionales están atiborradas de cientos y miles de viajeros primerizos, que no tienen un centavo para tomarse un café mientras esperan su vuelo, pero son a quienes unos delincuentes le compraron el boleto, en complicidad con aerolíneas, para que vayan a raspar sus cupos en la Argentina, Ecuador, España, Aruba, Bonaire, Curaçao, Cuba, Panamá, EEUU, entre otros destinos de fácil acceso y retorno, para que entreguen los dólares y euros a estas lacras nucleadas en Fedecámaras-Venamcham, a cambio del mendrugo que representan el viaje sin turismo, con incomodidades y un promedio de sesenta bolívares por dólar, que los burgueses revenden en su plataforma del Dólar Today. Esto lo saben hasta las piedras.

Por otra parte, ciertos gremios que los agrupa, la chillan contra el gobierno, por aquello de la repatriación de capitales en dólares y le cobran por cada asiento y cada vuelo que despega a cualquier parte del mundo, lo que representa el mayor desangre al Estado, de la historia republicana.

Pero, al pasajero le venden el boleto calculándolo a la tasa especulativa del mercado paralelo, del Dólar Guarimbero, lo que significa ganancias fabulosas de miles por cientos del valor real o Precio Justo, tanto para las aerolíneas como para las agencias de viajes, las que ya han vendido sus boleterías enteras a los delincuentes, ut supra, señalados. Esto lo sabe todo el mundo, pero la culpa según los medios privados y la derecha, es del gobierno hambreador.

También, hemos podido apreciar que, deliberadamente, suspenden vuelos, con el ánimo de colapsar, porque eso también genera dividendos, pero la culpa se la endosan al gobierno castrocomunista de los chaburros. Es decir, juegan a la ignorancia, al antichavismo y al desespero del pasajero. Ellos calculan bien, que la burguesía y la llamada "clase media" o media clase, son los viajeros frecuentes, porque el pobre, la masa amorfa y anónima, cuando puede viajar, se va apilonado en los autobuses de la muerte, a los que no hay ley, ni autoridad que los obligue a transitar de día y no de noche.

Todos saben que las rutas valen una millonada y las aerolíneas no renuncian a ellas para perder. Las aerolíneas que han cerrado años atrás, lo han hecho por otras razones de mercado y le han vendido toda su flota a las que están trabajando en el país y ninguna ha quebrado, aunque el servicio sea pésimo, no solo en tierra, sino también, a bordo, en pleno vuelo, lo que no da chance que decir "me bajo aquí y no me la calo".

Y, cuando pisamos los aeropuertos nacionales e internacionales, dan ganar de llorar. Da irritación, por no decir "arrechera" (no vayan a decir que uno es un grosero y le descalifiquen la verdad con el purismo y moralina lingüística).

Allí no hay publicada ninguna lista de precios. El valor del boleto es un albur. Si quien compró no llega cinco horas antes, tenga la seguridad de que perderá su reservación y su cupo será vendido a otro pasajero.

Ahora, para burlarse del gobierno, el personal de tierra de las aerolíneas le espeta al que no tiene cupo que "No hay lista de espera, porque el gobierno lo prohibió". Entonces, los pendejos hacen su lista de espera, al ladito y después de muchas humillaciones, espera y falsas expectativas de esa lista hecha, incluso, en papel toillete, finalmente, no se embarcan, porque unos cupos ya fueron vendidos en el baño, otros fueron apartados por otras vías y, nunca falta la buenota y explotadota, a la que cualquier baboso le consigue su pasajito, mientras uno que está todo espichado y espaturrado, tiene que aguantarse las ganas de volar.

Y si le toca esperar más tiempo en el aeropuerto, rápidamente se percatará de la suciedad, malos tratos al pasajero, se roban las cosas de las maletas, los comercios, bebederos y comederos venden con usura a la vista de todos, las comida chatarra no da paso a nada saludable para diabéticos o personas sanas, hay prepagos (prostitutas prepagadas) esperando a sus clientes, revendedores de dólares falsos y de boletos, cazadores de pendejos para secuestrarlos y paremos de contar.

En medio de este dantesco escenario aeroportuario y de las agencias de viaje, se opaca el brillo de la aerolínea bandera del estado venezolano, Conviasa, porque para comprar un boleto a precio solidario, el sistema del 0800 no sirve y el personal de tierra es mal educado, déspota, tracalero y guisador, salvo unos cuantos jóvenes, que en mostrador de despacho, en medio del caos, con la palabra "revolución" en su enchido pecho, dan los buenos días, ofrecen respuestas amable, pero, hasta ahí.

Qué hacer al respecto, ya lo sabemos. Pero, si se hace, dicen que el Presidente Nicolás Maduro es un dictador. Habría que sopesar entre un boicot programado, caos y desangre al Estado o hacer lo que se debe, contra todo chantaje, al costo que sea.

Podríamos dar un salto cualitativo y profundizar la revolución, para bien de todos o esperar a que los efectos del caos con los aeropuertos, aerolíneas y agencias de viajes, surtan el efecto que ellos programaron y contribuyan al Golpe de Estado que quieren contra el Presidente Nicolás Maduro y contra la revolución chavista, bolivariana y socialista. De eso se trata.