¿Y quién habla del IVA?... Algunas preguntas

Ya sabemos quién paga la crisis, esto no es lo que hay que preguntar. Ahora nos dirán que fue la caída de los precios del petróleo, si bien siguen siendo altos para lo que fueron en otros tiempos de la misma OPEP. De allá abajo los recogió el mismo Chávez, al inicio de su mandato. El deseo de Ramírez de unos precios justos (¿es que existe tal cosa o es simplemente un resultado del tan temible “mercado” y las tan poderosas “finanzas internacionales”, en las cuales participamos como invitados de segunda categoría?) es una bravuconada más, que no tuvo eco ni en la misma organización internacional de la cual somos fundadores. ¿Y algo tendrá que ver con esta crisis la incomprensible paradoja de tener la reserva más grande del mundo y ser ahora importadores de crudo ligero? Las explicaciones han sido insuficientes. Además, aunque aseguren lo contrario, se insiste en vender Citgo y sus refinerías y sus estaciones y su potencialidad política (cambiarla más bien por dinero líquido, a la mano, sin costo político interno). ¿Quién se beneficiará con las gestiones de la venta? ¿Quién garantiza que no habrá otro desfalco? ¿Será obra del silencio culpable y por eso se hace a espaldas de todos, hasta que sea un hecho cumplido? Hay que exigir una discusión nacional, pública y abierta sobre el tema.

¿Contrabando? Es obvio que no se puede contrabandear sin cómplices venezolanos, y deben ser muchos, en particular de las fuerzas de seguridad y del alto mando político, porque las fronteras están custodiadas… ¿o no? ¿Cómo recorren las cabillas, por ejemplo, desde Guayana hasta Colombia, dicen, sin pasar por las muchísimas alcabalas del camino? ¿Cómo se contrabandea un 40% de lo que todos, de todas las clases y regiones del país, necesitamos para nuestro día a día, subsidiado con dinero del Estado, y ahora es que se sabe y se reacciona?... ¿Se reacciona y sigue faltando? Da vergüenza no tener ni siquiera las medicinas imprescindibles para los enfermos más graves. ¿En qué nos hemos convertido? ¿Cómo llegamos a esto?

¿Guerra económica? ¿Será que se espera que los enemigos nos ayuden a salir adelante? ¿Que los que no quieren la revolución alimenten la revolución, resuelvan los problemas comerciales? ¿Si es una “guerra ilegal”, cómo no haber actuado implacablemente, en tanto tiempo? ¿Y de dónde sacan los dólares esos “enemigos” de la revolución, si todo viene del petróleo, todo es importación? ¿Quiénes se los dieron a manos llenas, como si fueran de ellos? ¿Cómo se entiende que las líneas aéreas internacionales estén entre las primeras en haber recibido los dólares preferenciales del Estado, como se ha demostrado, y sean esas mismas las primeras en reclamar más deudas? ¿Qué pasó ahí que no sabemos? ¿Quién es el nuevo socio? ¿Quién es el que arma todo esto? Hay que conocer al enemigo, dice Clausewitz, para acabarlo totalmente, no invocarlo, pedirle ayuda, mientras lo insultamos. ¿Culparlo y pedirle consejo? ¿O será que está tan cerca y por eso lo conocemos demasiado como para poder destruirlo? Con una gesta de “manos limpias” ¿se destruye o se afianza la revolución? Creo que no hay que discutirlo.

¿Inflación? La razón principal es la falta de producción. No se produce nada, nuestra economía es un barco sin quilla. Primera ley del mercado capitalista en el cual vivimos, el precio resulta de la relación entre oferta y demanda. Pero no se soluciona o evade si se compra todo más allá de las fronteras, eso no es socialismo, es brutalidad económica, torpeza ideológica, suicidio anunciado. No se puede atacar a las pocas empresas nacionales que producen, darnos el lujo de que quiebren las empresas sociales por malos manejos e ineficiencia, y apoyar a las empresas capitalistas del exterior, no importa que sean brasileñas, gringas, chinas o rusas, que producen como les da la gana, explotan a sus propios trabajadores, y terminan poniendo precios de ganancia internacional, los que nos vemos obligados a pagar o nos moriremos de hambre. El alza inconcebible de precios que estamos sufriendo, se suma a la especulación amparada en el círculo mismo de la inflación, y encima ¿tenemos que pagarle IVA al Estado? ¿Es un premio, acaso? Sí, es un mal momento para las finanzas públicas y se necesita financiamiento interno… pero ¿con IVA? ¿Todos por igual? ¿Todos somos culpables? ¿Inflación pechada con impuesto, al instante, al día, céntimo a céntimo, bolívar a bolívar?

La crisis tiene sobre todo un nombre: CORRUPCIÓN. Acepto la intención del Presidente en intentar frenarla, le va el pellejo en eso y no creo que quiera parecerse a Herrera Campins o a Carlos Andrés y sus cohortes de delincuentes. Muy bien, atacar la actual, la que viene, la posible, ojalá, Presidente, ojalá, aunque parezca tarde la medida ante el rugir de la avalancha. Por qué, más bien, no comienza por una limpieza a fondo de la tienda, acabe con las ratas de la casa, limpie el albañal sucio de culpables mayores, todos sabemos que se sabe quiénes son: actúe y trascenderá, encontrará apoyo verdadero, será presidente de una nueva Venezuela. Son cientos de miles de millones de dólares los que se han robado en las manipulaciones cambiarias, se dice, y de no ser así, demuéstrelo, denos pruebas, que estamos ansiosos de tener argumentos para defender la honestidad, la ética, la moral de nuestros compatriotas. Mientras, sencillamente y sin vergüenza, siguen pasando los meses desde las denuncias de Giordani, entre muchas otras incluso de funcionarios del Estado, y no se habla, no se recupera, no se actúa. Es el año de los inocentes, todos caímos por pendejos y estamos pagando las consecuencias. La inflación y la escasez son las más evidentes, nos han estampado las huellas de una corrupción inaudita en la vida del país, y encima…

Basta de incongruencias, de inconsecuencias, de mentiras. Queremos saber quiénes han defalcado a la Nación, que se actúe en consonancia con las palabras, que se recupere así sea parte de esos fondos robados a todos, y con ellos se financie el año próximo, el que ya anuncia con un recorte de al menos 20%, pero no de gastos suntuarios como se dijo tan elocuentemente (¿qué más suntuario que la riqueza fácil de los corruptos que “pudre al hombre liviano y abre la puerta al extranjero”?), sino del funcionamiento mismo del Estado, que el IVA no podrá subsanar, pero que nos lo hace más grave. ¿Por qué nadie habla de ello? Sí, bienvenidos los recortes de la burocracia, del dispendio y de la ineficiencia, pero primero que nada, hay que recortarle la cabeza a los corruptos, sin piedad, porque ésto es lo único que no se puede permitir una revolución que pretenda sobrevivir un año como el que se nos viene encima.

albruzual@hotmail.com


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Alejandro Bruzual

Alejandro Bruzual es PhD en Literaturas Latinoamericanas. Cuenta con más de veinte publicaciones, algunas traducidas a otros idiomas, entre ellas varios libros de poemas, biografías y crítica literaria y cultural. Se interesa, en particular, en las relaciones entre literatura y sociedad, vanguardias históricas, y aborda paralelamente problemas musicales, como el nacionalismo y la guitarra continental.


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