No tiene el pato agua pa´bebé, mucho menos pa´nadá:
Así exclamaba el pueblo venezolano extenuado por la embestida imperialista que lo sometía a los rigores del desabastecimiento y la especulación. Carcamales como Miguel Cocciola, diputado de la MUD y candidato a alcalde Valencia, clamaban por las penurias económicas, mientras simultáneamente le chupaban la sangre al pueblo con empresas como Imeca.
Cochino no come jobo porque no mira parriba, pero los come del suelo, que es la misma lavativa:
Así era el cadivismo hambreador que, valido de las mil perversiones, trasegaba los recursos del pueblo en un festín inmoral de dólares y más dólares para engrosar sus cuentas en los paraísos fiscales. Pedían plata a Cadivi, recibían dólares preferenciales y como hermanitas de la caridad se clavaban al pueblo vendiendo al “dólar libre” que pregonaban las páginas web de Alberto Federico Ravell y sus carnales uribistas. Así una morocha de lavadora y secadora comprada en 4.000 BsF con dólar preferencial era vendida a las víctimas de la estafa en la bicoca de 54.000 BsF. Una guará.
Pa lapa madrugadora, perro que duerme en la cueva:
Pero poco les duró la rumba chupadólares a los “empresarios” que egresan de Harvard, aparecen en las revistas de estatus y dan cursos de “responsabilidad social empresarial”. Una gran convocatoria al pueblo encabezada por Maduro, desplegó una alianza cívico militar en todos los rincones de la Patria y metió en chirona a no pocos “emprendedores” de la delincuencia organizada. Así, milagrosamente, comenzaron a bajar los precios de las mercancías y bienes de primera necesidad y el pueblo se volcó a adquirir a precios que, si bien no son todo los justos que quisiéramos, abaten el patrón desestabilizador de la guerra económica. El saqueo del bolsillo de los venezolanos había sido detenido.
Es maldá que el pollo píe, que la gallina no tiene tetas:
Hagan lo que hagan y vociferen lo que vociferen, la respuesta popular contra la especulación y el desabastecimiento no se detendrá. A las medidas coyunturales para evitar el saqueo, Maduro le agrega medidas estructurales para proteger el salario de los trabajadores y asegurar que la renta petrolera y los ingresos provenientes de otras exportaciones no sean robados por los fascistas. Y si usted, querido camarada, vio a Maduro durante las últimas cadenas que informaban de los operativos patrióticos, seguramente sintió la fuerza, la actitud, la virilidad, el patriotismo de Hugo Chávez. De su legado.
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