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Cuando Antonio Ledezma se encontró en Oslo con María Corina, le dio un enternecido y estremecedor abrazo, y delante de todos los periodistas, dijo: "Mi huida del terror comunista de Maduro fue tan terrible como la tuya María Corina. Me persiguieron durante tres días, los burlé, fue una travesía peliculesca, no sé, no sabe nadie cómo estoy vivo, e incluso estoy proponiendo que mi fuga la lleven al cine, y que la protagonice Brad Pitt, ¿pero tú sabes lo que es haber pasado por más de 29 puestos entre Guardia Nacional y policía del gobierno?" Los periodistas les tomaron a ambos más de cincuenta fotografías en distintos ángulos, y les pidieron que mientras tanto escribieran un libro como el de "Papillón", a lo que don Antonio Ledezma de la Pelma, con toda la humildad de su alma les dijo: "Esa aventura de Henri Charriére se queda chiquitica para lo que yo viví…".
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Pero mucha más cruenta y peligrosa fue la huida del comunismo de Iván Simonovis: bajando en cuerda por una pared de 25 metros (75 pies) en medio de la noche, y con cizalla cortó el monitor electrónico que llevaba en el tobillo. Seguidamente estuvo pasando de un escondite a otro a fin de eludir a las fuerzas de seguridad leales al mandatario comunista Nicolás Maduro. En su relato escribe: "Pero en ese momento, con mi ansiada libertad casi al alcance de la mano, la crisis por la que atraviesa Venezuela volví a propinarle un golpe: el motor de la lancha de pesca que se ahogó con agua y sedimentos, un problema común en el otrora próspero país cuyas refinerías han caído en el descuido… Yo tomé eso como una operación que yo estaba haciendo cuando estaba en la policía, y los segundos son la vida". Parte del relató de Simonovis, quien las noches antes del escape desatornilló una cerca de su casa y practicó su descenso en una escalera, atando nudos que no usaba desde la época en que estaba en entrenamiento en las fuerzas especiales. "La velocidad con que tú te mueves es la velocidad que va a garantizar el éxito de lo que tú estás haciendo. Entonces tienes que ser rápido y violento".
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La huida de Leopoldo López fue más peliculesca que la de Ledezma y Simononis, tanto, que el gachupín Javier Moro la plasmó en un libro con el título 'Nos quieren muertos' (Espasa), de casi 600 páginas, que "recoge las vivencias y el sufrimiento de una de las personas más influyentes en Venezuela en la última década, a pesar de haber pasado buena parte de esos años en prisión. Es precisamente ese punto, la detención y encarcelamiento, desde el que parte la narración, que realiza una radiografía de los años más recientes del chavismo, de la represión, de la suplantación de las instituciones elegidas democráticamente, así como la respuesta internacional reclamando la libertad de los presos políticos y del opositor". Refugiado en la embajada de España en Venezuela, preparó su huida después de haber intentado un golpe de estado. La fuga tenía que ser una copia del mismo plan de fuga que había utilizado Lilian Tintori el año anterior: salir por la costa, "pero el Covid había provocado el cierre de muchos puertos. Personas cercanas a Leopoldo examinaron varios puntos por los que el opositor podía cruzar la frontera sin tropezar con mucha vigilancia. Eligieron la ruta sur, y como paso fronterizo el pueblo venezolano de Puerto Páez, para alcanzar, del lado colombiano, Puerto Carreño".
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La fuga de la ex fiscal Luisa Ortega Díaz fue más tétrica todavía: cruzó en lancha el Orinoco, hizo el mismo recorrido, a la inversa, de Walter Raleigh, partiendo del Golfo de Paria, internándose por varias islas del Caribe, luego pasó a Aruba para más tarde recalar en Colombia.
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Pero ahora, la fuga de María Corina ha superado todas las anteriores, incluyendo la de Carlos Ortega, Carlos Fernández, Gaby Arellano, Carlos Vechio, Julio Borges, Juan Guaidó, … y en este caso el protagonista es un tremendo rambo gringo, llamado Bryan Stern, "veterano de guerra del ejército de Estados Unidos, distinguido con la prestigiosa condecoración militar Corazón Púrpura, quien ha hecho algo inusual, no solo por liderar la exitosa operación que permitió a principios de esta semana la extraordinaria salida de la líder política María Corina Machado de Venezuela, quien ya está escribiendo su libro exclusivamente para la Editorial Planeta. Stern, nacido en Nueva York, dirige la empresa Grey Bull Rescue, con sede en las afueras de Tampa, en el Estado de Florida, especializada en el rescate de "estadounidenses y aliados" de zonas de conflicto y desastres. Machado, opositora al régimen de Nicolás Maduro, entró el pasado lunes en la categoría de esos aliados del pueblo norteamericano". Refiere este héroe siete estrellas que su acción fue una odisea de alrededor de 48 horas, "Machado, con dos acompañantes, logró salir de Caracas rumbo a la costa para navegar hacia la isla neerlandesa de Curazao, donde tomó un avión privado rumbo a Oslo, la capital de Noruega, para recoger el premio Nobel de la Paz. … Algunas misiones impactan más que otras y esta impactó profundamente", dice Stern en un mensaje en una red social profesional. "Rescatar a María Corina Machado Parisca de Venezuela fue una de las operaciones MÁS COMPLEJAS Y DE MAYOR RIESGO EN LAS QUE HE PARTICIPADO, Y TAMBIÉN UNA DE LAS MÁS SIGNIFICATIVAS".
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Dice la nota de prensa: "Eso es decir mucho. Stern, con 27 años de experiencia en misiones especiales del ejército estadounidense, ha dirigido, según él mismo contabiliza, OPERACIONES EN 70 PAÍSES PARA EL RESCATE —O EXTRACCIÓN, como denominan en la jerga de este tipo de unidades de militares o contratistas— de alrededor de 8.000 personas".
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Y este aparatoso e inmenso MOJÓN, lo ha revelado The Wall Street Journal, diciendo que el tal Stern "lideraba el equipo que encontró en alta mar a Machado en la mañana del martes, tras horas de difícil navegación, sin posibilidad de usar el GPS. A causa de las difíciles condiciones de la travesía, Machado y sus compañeros no habían podido alcanzar el primer punto de extracción designado por los contratistas y se encontraban prácticamente perdidos…. De ahí, en un esquife de madera, se dirigieron al encuentro de Stern y su hombres en las complicadas aguas del mar Caribe. "Mi nombre es María Corina Machado", dijo la líder opositora según recoge el Journal, "estoy viva, a salvo y muy agradecida"… Tras subirla junto a sus acompañantes en una nueva embarcación hacia un puerto de Curazao, el equipo de Grey Bull Rescue ofreció a la Nobel de la Paz frutos secos, una bebida isotónica y ropa seca. El rescate fue un éxito, pero no llegarían a la gala en Oslo a la hora prevista para recoger el galardón. Eso pese a que uno de los lemas de la organización de contratistas es: "Rescatamos cuando nadie puede [hacerlo] a la velocidad necesaria… Intentamos que volviera a tiempo para la ceremonia del premio Nobel de la Paz", continúa Stern en un mensaje publicado en la noche del jueves, "pero supongo que hice honor a mi reputación… siempre llego un poco tarde. Queríamos asegurarnos de que estuviera a salvo y de que se preservara su seguridad". En el haber de este veterano de guerra hay operaciones en Afganistán, Gaza, Haití, Ucrania e incluso labores de emergencia en los momentos posteriores a los atentados que golpearon Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001. "Somos más Ocean’s 11 que Navy Seal", expresó Stern en una entrevista el pasado junio comparando la película sobre un puñado de ladrones de lujo y la unidad militar de operaciones especiales, conocida por la caza y muerte del líder terrorista saudí Osama Bin Laden".
¿El próximo rescate será el de TEQUEÑO CRUDO?
Todo esto está en pleno desarrollo, y seguiremos informando…