07-09-25.-Las y los bioanalistas están, al igual que otros profesionales, en la misma acera de la lucha por un mejor ingreso y condiciones de trabajo que siembren prosperidad y no pobreza. Judith León, presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela, no pierde la esperanza de que así sea; es tanta su convicción, que se mantiene en las movilizaciones para solicitar que se cumpla con el artículo 91 de la Constitución Nacional: salario igual al costo de la vida.
León acompañó, el pasado miércoles 3 de septiembre, la asamblea de jubiladas y jubilados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS). «Somos parte de esta asociación de jubilados y pensionados del Seguro Social porque pertenecemos al Seguro. Éramos personal activo del seguro y pasamos a ser jubilados del Seguro. Estamos compartiendo la lucha que tiene la asociación por sus derechos laborales, y eso tiene que ver mucho con su convención colectiva de trabajo, que ha sido vulnerada», explicó.
Con tantos años de experiencia como dirigente gremial, León considera que tiene elementos suficientes para sostener que en el país «hay una política general en la cual a las convenciones colectivas les fueron disminuidos sus beneficios, y además, el Seguro Social se ha dado a la tarea de quitarlos sin ninguna justificación».
Pone el ejemplo de una persona que, en su periodo activo, hizo guardias nocturnas, y ahora «les quitaron sus bonos aunque es parte de la convención colectiva». Estas restas, pequeñas o grandes, «afectan el monto del salario que debe ganar un jubilado y un pensionado».

-¿Cuánto debe ganar un jubilado o un pensionado?
-Nosotros estamos luchando para que se discutan las convenciones colectivas. Porque con esto que tenemos ahorita no podemos ni siquiera cubrir nuestras necesidades básicas como lo dice la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 91. Uno de los primeros elementos es luchar para que se discutan las convenciones colectivas con el fin de que se pueda llegar, como salario, a cubrir las necesidades básicas de los trabajadores.
Una convención colectiva que dé inicio a una recuperación del ingreso es una de las propuestas. «De allí, podremos ir ajustando ese monto que nos permita cubrir nuestras necesidades básicas, como lo dice la Constitución».
-¿Cuál debería ser la base?
-No te podría decir qué monto, porque eso es la negociación. Existe una serie de elementos, lo dice la OIT, hay una mesa de diálogo con la OIT en la que están sentadas todas las partes que supuestamente deben estar involucradas. Se han buscado las fórmulas para hacerla. En esos indicadores están las sanciones, también. Cuando te pones a ver que ese espacio está abierto y no han llegado a soluciones, ¿cómo nosotros, que abrimos una convención colectiva para discutir, nos vamos a sentar? Tendríamos que decir «estas son las condiciones, esto es lo que se ha discutido en ese espacio, vamos a ver cómo hacemos nosotros» para avanzar. Pero tenemos que sentarnos.
Los trabajadores, subraya, «de naturaleza somos personas de negociación, siempre estamos negociando porque discutimos contratos colectivos, y en esos contratos colectivos se negocia, están las partes involucradas para ello. Eso es lo que solicitamos: que se abran las discusiones, que nos sentemos todos y que podamos comenzar desde ya a ajustar lo que por derecho tenemos y lo que está establecido en la Constitución».
Gremios como las y los bioanalistas «tenemos una agenda social y de derechos, y esa agenda nos permite sentarnos y decir que tenemos estas condiciones y vamos a ver cómo hacemos pero negociando y dialogando».
-¿Quién debe convocar las negociaciones para firmar contratos colectivos?
-Los trabajadores introducimos convenciones colectivas, ponemos elementos que queremos discutir. Si nuestra necesidad es el salario, buscamos en esas cláusulas cuál sería el monto de inicio que debiéramos tener. Eso está referenciado con los indicadores y la situación del país. Cuando uno presenta un contrato colectivo, te dicen «¿crees que el Estado o el patrono te va a dar todo lo que dice ahí?». Sabemos que todo no nos lo van a dar, pero podemos comenzar y seguir avanzando. Por eso es que las convenciones colectivas tienen dos años de vigencia. Cada tres meses, cada seis meses se puede ir revisando. Nos podemos de acuerdo. Son espacios en los que podemos negociar y le daría al Estado la credibilidad de que sí está preocupado por la situación de los trabajadores, y los trabajadores sienten que hay un reconocimiento, que estamos afectados y hay que comenzar con lo que está establecido.