En la plaza del Rectorado de la Universidad Central de Venezuela, la UCV, para quienes no la conocen, ubicada donde está su emblemático reloj, justo en el pasillo de entrada, se instalaron, armaron una especie de campamento y en el momento de nuestra aproximación al sitio de la huelga de hambre, el martes tres de octubre, cerca del mediodía, recibían el apoyo de muchos visitantes con muestras de solidaridad.
Caras demacradas de los huelguistas, cuerpos afectados, despliegue de sueros para mantenerlos hidratados, peligro eminente de posible colapso en cualquier momento, repetimos, todos ellos adultos mayores, jubilados de la que por años fue la primera empresa nacional y estaba en el ranking de las mejores del mundo, se trata de Petróleos de Venezuela, Sociedad Anónima, PDVSA.
La pregunta que surge es: ¿qué está esperando el Gobierno Nacional para solucionar esta alarmante situación, quién o quienes se están encargando de buscar una solución que satisfaga los justos pedimentos de los huelguistas, en qué grado están, si existen, las investigaciones que se están realizando de las denuncias expuestas, como el destino del Fondo de Pensiones, por ejemplo y dónde están los responsables de esta situación?
No puede ser posible, que ante esta alarmante situación de peligro eminente de pérdida de vida de los huelguistas, dada su avanzada edad y su determinación de seguir adelante, el Gobierno Nacional permanezca silente y aparentemente, indiferente.
¿Dónde está la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía General de la República, la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Nacional, los grupos defensores de los derechos humanos, dónde están, qué están esperando para intervenir?
¿Dónde están?