Sombras en el Puerto: La pesca industrial y la realidad del empleo en Sucre

Lunes, 06/10/2025 06:07 AM

A diferencia de los demás estados de la región oriental de Venezuela, el Estado Sucre mantiene en descenso sostenido de sus riquezas los últimos 6 años. Tras la hiperinflación, la pandemia y los efectos de las sanciones, todo el país sufrió una drástica caída económica. Sin embargo, entre 2019 y 2025, mientras estados orientales como Anzoátegui y Monagas han crecido en un 76% y 24% respectivamente, Sucre cayó un 11%. Este porcentaje podría ser mayor si se consideran los impactos de la parálisis de casi medio año en el pasado reciente de la pesca industrial. Al ser Sucre una zona costera donde esta actividad es primordial, su apoyo y planificación son un catalizador de crecimiento economico, empleo y mejora de la calidad de vida en esta Región.

`PESCA INDUSTRIAL`: Inoperstividsd y pérdidas.

El estado Sucre cuenta con una flota estimada de 73 barcos polivalentes y 81 atuneros, de los cuales solo dos son de gran escala. Esta flota tiene la capacidad de generar 2.310 empleos directos, 4.500 indirectos y sustento para aproximadamente 40.000 personas en la región.

No obstante, actualmente 18 unidades están inoperativas. A esto se suma la prueba piloto del Ministerio de Pesca por el nuevo precio del combustible y la negativa de algunos armadores a operar, lo que ha resultado en que, de las 136 unidades, solo entre 96 y 100 hayan reiniciado operaciones. Además, el suministro de combustible se realiza por lotes, abasteciendo a unos 85 barcos cada 45 días, o incluso menos. El resultado es que cerca de 70 buques, entre atuneros y polivalentes, permanecen inactivos.

Esta situación deja fuera de la actividad a unos 2.800 empleos directos e indirectos, con un impacto social para más de 11.000 personas. Mensualmente, se dejan de incorporar al mercado unos 450.000 kilos de pescado, se afecta a industrias auxiliares, cómo fabricas de hielo, sector ferretero y comercio en general, y se pierde una circulación económica superior a 1.000.000 de dólares, con su consiguiente efecto multiplicador en la economía de Sucre.

`LA CRITICA ECUACIÓN DEL COMBUSTIBLE`

Los cálculos indican que, para ser sustentable, la operación de buques polivalentes y atuneros requiere una estructura de costos entre 14.300 y 15.900 dólares por jornada, con un mínimo de seis faenas anuales. Considerando esta cifra, la actividad de los barcos polivalentes resulta inviable con un precio del combustible de 0,43 dólares por litro. Con una facturación cercana a los 27.000 dólares por campaña a consecuencia de la captura de especies de bajo valor en el mercado nacional, como cazón, bagre blanco entre otros y un costo de combustible que puede superar los 20.000 dólares, estas embarcaciones generarían pérdidas. Las estimaciones sugieren que el combustible no debería exceder los 0,20 dólares por litro para que los armadores obtengan una delgada ganancia de entre 7% y 9%, sujeta además a una buena faena de pesca.

Por otro lado, la pesca de atuneros (palangre y caña), aun con costos operativos similares, reporta ingresos superiores debido a que parte de su captura se comercializa en Trinidad para su exportación a Florida, Estados Unidos. El precio de la libra de atún (1 kg = 2,2 lb) oscila entre 5,85 y 9,30 dólares. Gracias a esta pesca de alto valor comercial, los atuneros mantienen su rentabilidad incluso con un precio del combustible de 0,43 dólares por litro.

`LA ENCRUCIJADA PARA MILES`

Miles de trabajadores y sus familias están a la expectativa; por un lado, los cerca de 3.000 trabajadores que podrían incorporarse a la actividad de lograrse que todos los barcos se sumen a la faena a través del esfuerzo de las instituciones gubernamentales, que pasa por planificación, financiación, simplificación de trámites y seguimiento, y por otro lado, los miles que ya están trabajando y que esperan que la prueba piloto permita establecer precios que mantengan la actividad a flote y el suministro suficiente para hacer del trabajo un hecho frecuente y no esporádico.

Con cerca de 8.000 empleos, más de 40.000 personas que podrían beneficiarse, flujo de caja en la economía de más de 2.500.000 de dólares al mes y su impacto multiplicativo en otros sectores económicos, la pesca industrial no es solo un importante motor de desarrollo y de la calidad de vida, sino un potencial en el corazón de un Estado ávido de oportunidades para todos sus habitantes, que hoy migran a otras regiones del país en busca de sustento, oportunidades que su propio suelo alberga a la espera de la organización y voluntad para florecer.

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