El desclasado mundillo sindical madurista envejeció sin dignidad, está corrompido y completamente desacreditado al punto que perdió el sentido social de defender su clase, de hecho renunció irrevocablemente al "sagrado" compromiso histórico de la lucha obrera de siempre y al vínculo afectivo con los trabajadores venezolanos, es evidente el estado crítico de su descomposición ética y moral, se contaminó toda su estructura orgánica, la que no podrá renovarse porque su perversidad genética rechaza cualquier cambio paradigmático de avanzada (nacido de la transfusión de ADN del sindicalismo mafioso adeco al madurismo), degeneró en la actual casta desconectada de la realidad sociolaboral de los trabajadores. Pero lo más grave aún, es que su jefe, el otrora "obrero chofer de metrobus" extravió su papel histórico de conductor decignado y abandonó el compromiso heredado para la protección y defensa de los intereses de la clase trabajadora. Éso los coloca en una dramática tela de juicio y les impide tomar decisiones autónomas favorables a los trabajadores del país.
Por lo que no existe ninguna razón de peso para pensar que la barbuceante propuesta constituyente sindical del principal patrón del estado burgués venezolano Nicolás Maduro, sea realmente para cambiar su burocracia sindicalera creada por él a su imagen y semejanza, cultivando el peor ejemplo de lo que no se debe hacer en la actuación política revolucionaria con honestidad y decencia. Pues, su referencia política ha estado marcada en los últimos 13 años por un acumulado vulgar de entreguismo y traición, "enseñanzas" negativas que no se pueden borrar ahora sólo con un simple "debate" superficial de forma eventual, sin tocar el fondo de la histórica condición antagónica del capital-trabajo en la lucha de clase.
Quedó confirmado ante los ojos del país y el mundo, el errático esquema laboral del gobierno madurista para con las fuerzas productivas, impuesto por las patronales pública y privada con el aviezo propósito de controlar y neutralizar las luchas e iniciativas clasistas del movimiento obrero, precisamente durante su mandato siempre le interesó tener una burocracia sumisa, dependiente y entreguista que sólo respondiera a los intereses miserables del neoliberalismo gobiernero dirigido a detener la liberación emancipadora del movimiento obrero venezolano, ahora frente a éso ningún trabajador debe creer en él nuevo teatrillo (constituyente sindical) para perfeccionar el sistema laboral esclavista iniciado por la neo-burguesía madurista, nadie puede creer en éste nuevo susterfugio gatopardiano, en el que hoy nuevamente se confabulan el estado burgués y la oligarquía agrupada en Fedecámaras para negar las prerrogativas sociales y económicas a la clase trabajadora y con ésa táctica efectista para la manipulación de incautos seguir ganando tiempo y mantener el poder en manos del neoliberalismo empobrecedor.
Podemos caracterizar el aparato sindical madurista como un cascarón burocrático, vacío del más atrasado ideológico, sin iniciativas propias o generadas por debate asambleario prácticamente inexistente con respuestas eficaces sobre las necesidades de la masa trabajadora, éste continuará siendo un parapeto inútil y pesado mal llamado socialista y bolivariano, usurpador de ésa exigente cualidad revolucionaria que no tiene ni representa, ya que sólo atiende la motivación patronal presidencial impuesta por el "sindicato corporativo" de Fedecámaras quien dirige la política económica y social del gobierno. En la última década él sindicalismo "fascistoide" madurista se convirtió en un "aparato parapolicial" del sapeo en la charca explotadora burguesa para vigilar, perseguir, reprimir y delatar a los trabajadores que piensan distinto y traten de organizarse, para que se tranquilicen (bajen la guardia) y acepten el esclavismo indigno.
El sindicalismo madurista representa el principal obstáculo para el avance de los trabajadores en sus nuevas conquistas, en la restitución de los derechos sociales confiscados y en la congelación de reivindicaciones económicas necesarias para la materialidad de la vida; ha sido por causa de ésa burocracia sindical sin independencia autonómica, entregada a los intereses del patrón estado burgués, por lo que no tiene autoridad moral para representar a su clase social, ésa, la misma que en la práctica renunció definitivamente al contenido revolucionario y programático de la lucha obrera ante la histórica tragedia del gobierno y frente a la voracidad del capitalismo salvaje.
La constituyente anunciada por el primer patrón del estado burgués venezolano Nicolás Maduro, si en algo puede ser útil a los trabajadores venezolanos, es aprovechar ésa oportunidad que les brindará el referido "momento especial constituyente" para restituir el salario constitucional tal como lo ordena el artículo 91, porque sin duda alguna, ésa es la prioridad inmediata para los trabajadores públicos y privados, ante la destrucción sistemática del verdadero y único salario constitucional venezolano, el salario que Chávez llevó a ser el más alto de América latina para entonces (476,oo dólares mensuales), es incontestable, aunque no lo quieran reconocer la mezquindad política de las canallas ideológicas y la mediática de la derecha opositora variopinta. Sería un verdadero acto de justicia social rescatar los derechos laborales adquiridos por la lucha de los trabajadores, poner fin a la acción del gobierno de judicializar los reclamos legales dejando en libertad plena a todos los trabajadores encarcelados sin justificación ni delitos.
La fulana constituyente sindical de la cual hablo el presidente Nicolás Maduro, de se cierta, ésta debería tener la suficiente valentía y fuerza de voluntad política para dejar sin efectos "legales" el memorándum 2792, impuesto por Fedecámaras y eliminar definitivamente el instructivo de la oficina nacional de presupuesto (ONAPRE). Restituir la vigencia de los convenios ratificados por el estado venezolano ante la OIT: el convenio número 87 sobre libertad sindical y el convenio número 98 sobre el derecho de sindicación y negociación colectiva; que son leyes de la república y han sido conculcados por éste gobierno antiobrero siguiendo instrucciones de Fedecámaras y el estado burgués.
Todos los derechos enumerados en el párrafo anterior actualmente violados, pueden ser restituidos a partir de ejercer el poder con verdadera autoridad asumiendo el principio de independencia autonómica, sin necesidad de convocar otra constituyente. Recordemos que la constituyente nacional anterior convocada el 01/05/17 por en presidente Nicolás Maduro, con poderes supranacional y supraconstitucional en sus tres años de duración (04/08/2017 - 18/12/2020), no produjo absolutamente nada positivo para el país, fué otro elefante burocrático que sólo cumplió la función de un paralelismo institucional ante la AN en manos de la oposición de la derecha fascista Guaido-Corinista quienes tampoco hicieron nada positivo para el país, excepto enriquecerse con el robo de los activos del estado en el exterior y lamer la bota gringa.
Porque ahora?, los trabajadores deben creer en una constituyente sindical convocada por el principal patrón del estado burgués aliado con el sindicato de "ricachones" agrupados en Fedecámaras y apoyados por la obediencia esclavista de la burocracia sindical madurista; a caso ésa trilogía causante del empobrecimiento de los trabajadores podrá hacer halgo distinto en favor de la clase trabajadora venezolana?, existen importantes razones para no creerles, "ni un tantico así".
Ratificamos que para el movimiento revolucionario clasista y los trabajadores alcanzar los objetivos reivindicativos fundamentales favorables a la clase obrera sin hipotecar la independencia y libertad del país, en democracia y paz, está la única opción históricamente viable y pertinente que ratificamos nuevamente es la JUNTA PATRIÓTICA DE SALVACIÓN, estamos seguros que su compromiso será con la patria y los venezolanos, no tenemos la menor duda que tampoco le temblará el pulso para de un sólo plumazo restituir la constitución de la república bolivariana, los derechos políticos, civiles, sociales y económicos conculcados a los trabajadores inmediatamente. Creanlo!
Finalizamos, fijando posición política clara y contundente de RECHAZO a las amenazas de invasión del imperio gringo a nuestra patria venezolana. Porque la patria no se vende, se defiende, la constitución bolivariana y la declaración de principios contenida en el objetivo histórico número uno del plan de la patria 2013-2019 sobre la independencia, los asumimos con dignidad y lealtad a la patria, a Bolívar y a Chávez. La defenderemos de ser necesario con determinación y grandeza, sin mezquindad, sin complejos, sin prejuicios y sin enanismo político.- Viva Venezuela!