El día martes 23 de diciembre 2025, el representante permanente de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, afirmó que Estados Unidos, quiere imponer una colonia en Venezuela, al bloquear los petroleros sancionados que entran y salen del país suramericano. Según Moncada, este bloqueo, anunciado la semana pasada por el presidente estadounidense, Donald Trump, supone un crimen de agresión con el que el mandatario pretende regresar el reloj de la historia 200 años para imponer una colonia en Venezuela. El venezolano, también se refirió a los ataques de EE.UU. a presuntas narcolanchas en el Caribe, que han cobrado la vida de más de 106 personas, y al ataque armado» que el Gobierno viene anunciando desde hace semanas. Se trata de la mayor extorsión conocida en nuestra historia; un gigantesco crimen de agresión en desarrollo fuera de todo parámetro nacional, lógica legal y precedente histórica.
Venezuela, es solo el primer objetivo de un plan mayor que: pretende imponerse sobre los derechos fundamentales de todos los estados del continente americano, aún a costa de la destrucción de la ONU. Además, describió las acciones de EE.UU. como una guerra de saqueo y expolio de petróleo que constituye un ataque a todo el sistema de las relaciones internacionales y al Sur global, considerado inferior por el actual Gobierno estadounidense. Momentos antes de su intervención, el embajador de EE.UU. ante la ONU, Mike Waltz, tomó la palabra de manera soberbia y prepotente como son los gringos con su Doctrina Monroe, y aseguró que su país seguirá imponiendo a Venezuela, agresiones y sanciones al máximo con el fin de sacar de Miraflores al presidente, Nicolás Maduro. Países como Colombia condenaron el uso de la fuerza y las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por EE.UU. en el Caribe, que erosionan el Estado de derecho y no deben ser un sustituto del diálogo. ,
Estados Unidos, abandonó cualquier hilacha retórica y confiesa sin ambigüedades el verdadero núcleo de su política: el robo de los recursos venezolanos. El mensaje de Donald Trump, en la noche del 16 de diciembre es la verbalización cruda de una doctrina que el Estado venezolano, ha denunciado durante más de dos décadas. Cuando Trump exige que Venezuela "devuelva" a Estados Unidos, "su petróleo, sus tierras y sus activos", lo que hace es certificar que Washington, siempre ha concebido al país como otro territorio expropiable, un protectorado reconquistado, un orden perdido, uno en el que Venezuela, funcionaba como enclave energético subordinado. Esa franqueza delata una reducción peligrosa de los márgenes de maniobra de Washington. El lenguaje el daño es el instrumento central. Se bloquea, se incauta y se interrumpe el flujo comercial para exhibir capacidad de castigo y forzar concesiones bajo presión.
El mandatario gringo: el pirata y colonizador anunció, una vez más, que ordenará ataques militares vía terrestre en América Latina, para supuestamente seguir luchando contra el narcotráfico. Narrativa que nadie le cree, esa forma tan loca para combatir el narcotráfico en EE.UU. La amenaza la lanzó durante una llamada con militares estadounidenses, a quienes agradeció el haber asesinado a más de 106 humildes pescadores en el Caribe y el Pacífico, en los bombardeos que perpetraron a embarcaciones que, supuestamente, pertenecían al narcotráfico. Dijo el demente, terrorista y ahora pirata: “Ahora vamos por la tierra. Por tierra es más fácil, en realidad”. No es la primera vez que Trump, habla de ataques por vía terrestre, no solo en nuestro país, sino en cualquier nación de donde supuestamente “las drogas estén llegando”. Según The Washington Post: Trump planea detener a 80 mil migrantes que serán recluidos en almacenes industriales.