Enigma en puerta. Ábrase incertidumbre. Ellos se dijeron y no dicen qué. ¿Qué enredo es este? ¿En verdad Trump quiere algo de Maduro o, de Venezuela? Quizás el saco y los cangrejos. Porque si a ver vamos qué, le puede pedir él a Maduro, quiera o no como necesario para que haya convivencia entre los dos países con amenazas de provecho a la orden de los días. ¿Acaso Maduro tiene algo que dar de Venezuela? Ah, Trump.
Porque en sí no se sabe, pero ellos sí, pues hablaron y, lo que se dijeron quedó fuera del alcance de la opinión pública sin pajita ninguna de hombría en sus hombros por no tratarse de guapetones de barrio y a distancia.
Aunque Trump sabe bailar con pasitos laterales, uno, dos, tres y, a Maduro le gusta más cantar como un ruiseñor mirandino.
Y por lo que aparenta parece ser un secreto bien guardado entre ambos. A lo mejor si tú lo dices yo lo niego o, no recuerdo lo que dijiste, ni me interesa -pudiera ser una conclusión floja. Pero en sí hay algo guardado entre los dos para que sea un secreto que intriga masas porque, ninguno de los dos suelta nada de lo que hablaron en noviembre vía telefónica sin testigos, lo que quedó a la intemperie de la interpretación del público y, así sigue.
Por lo que seguimos picados de curiosidad cada vez que leemos la frase de Trump: "Él sabe exactamente lo que quiero, lo sabe mejor que nadie". Que Diosdado ni Mario Silva no saben nada como bocas flojas que son que, como expositores ya hubieran hablado sobre eso. Uno con el Mazo Dando y el otro afeitando con La Hojilla y, de una vez hubieran acabado con la puntiagudez de Trump que, por lo que se ve, se hace el loco dejando el candado de su astucia abierto jugando con la paciencia de los espectadores trumpistas y maduristas y, los nini.
¿Acaso Trump le pidió la vida a Maduro? No. ¿Entonces? Dime, dime, y nadie dice...
Es que si a la lógica vamos: Trump no tiene nada legal ni constitucional que solicitarle a Maduro como presidente de Venezuela y, él como presidente sabe que existe otra realidad con la que está jugando como es el intervencionismo y el injerencismo y ninguna de las dos es buena para un país que su gente se quiera y se respete y, a él lo eligieron los gringos para que gobernara su país EEUU con funciones adaptándose a su constitución y sus leyes. Así que tiburón Venezuela no tiene nada que se te haya perdido y, lo que quieras tiene precio, ya los tiempos de Juan Bimba se acabaron.
Sabido es -y ejemplos sobran- que tal como actúa y gobierna y se comporta ese personaje: pareciera más a una vaina que se asemeja más a un "dictador universal" y, a él como el cobarde y abusador que es, no explica que fue lo que le pidió a Maduro que, por lo que se sabe no lo ha complacido y, lo mantiene a la expectativa de jugar con el miedo y amenazas como el viejo caradura que es y, pronto vendrán muchas noticias sobre él que ocurrieron en el pasado como para taparse la cara de vergüenza, la que parece ser no tiene y, la tiene cogida con Venezuela. ¿Le gusta Venezuela? ¡A Goyo oh!
¿Pero qué es lo que Trump quiere? Será acaso un antojo. Mosca. Allá viene el Diablo y dale con la Cruz. Será café con leche con nata. Entonces, que se vaya al carajo que lo ajeno se respeta.
A Trump entre ladrones le vean y que tenga cuidado que lo pillen que se le va a ver el bojote.
Un sueño aburrido sería: Ver que Trump se trague a Venezuela para vivir saqueándola y, MCM disfrutando. No joda.