Mi palabra
"La patria es dicha,
dolor y cielo de todos
y no feudo ni capellanía de nadie"
José Martí
Hace algunos años, por iniciativa del Dr. Trino Meleán, médico psiquiatra, quien fue secretario general del PCV, me tocó invitar a un sacerdote, quien daba demostraciones de apoyar las luchas reivindicativas de los barrios y en esa oportunidad se iba a realizar una protesta por falta de agua, precisamente donde ejercía la función de representante de la iglesia católica; aceptó la invitación, pero con la siguiente condición y advertencia: ¡Los voy acompañar, pero al lado de la señora prudencia! ¿Quién es la señora prudencia? Llegó el día y por ninguna parte veíamos al cura, ya finalizando la marcha lo distinguimos, pero muy lejos, parecía cualquier transeúnte en la calle y al momento exclamó el Dr. Meleán ¡Vino, pero con la señora prudencia de un cobarde, hacía mejor papel quedándose en la iglesia, donde no corría ningún peligro, lo que provocó las miradas y risas de los presentes!
En estos momentos, cuando el gobierno de los Estados Unidos, bajo la descontrolada dirección de un multimillonario designado por uno de los dos grandes partidos de un país, en el cual el capitalismo salvaje se está resquebrajando, pero busca desahogarse y para eso trata de crear las condiciones para chuparse el codiciado recurso del petróleo, el principal sostén para mover la economía de un nación, que se maneja precisamente de algo tan vital e indispensable y Venezuela, es uno de los principales abastecedores por su calidad y cantidad y por eso han volcado todas las amenazas noche y día, pero últimamente se han pasado de la raya al dispararle a pequeñas embarcaciones de humildes trabajadores con el argumento muy difundido, pero totalmente hecho polvo por lo falso, al acusar al presidente Maduro, de pertenecer al Cártel de los soles, del cual no hay ningún referencia de existir, ni siquiera en sueños, pero no aparece por ninguna parte una voz de la CEV o de la oposición venezolana, para hacerse sentir, como amantes de la patria, aunque sea para disimular.
Son escasos los sacerdotes, comprometidos con el pueblo en sus luchas diarias, y ni siquiera en estos momentos aparecen acompañado de la tal señora prudencia y las pocas excepciones los tildan de comunistas, enchufados y cuanto calificativo en su contra se les ocurre. Por su parte, los que dan la cara sin esconderse en ningún momento, como es el caso del padre Numa Molina, quien ha recorrido la geografía venezolana, predicando las enseñanzas de Jesús de Nazareth, hombre de carne y huesos con la ambición de libertad y por eso fue llevado a la cruz; lo que no dicen los actuales prelados, que arropados en la peligrosa sotana de Baltazar Porras, se han convertido en una corte de aduladores apoyando las agresiones de Donald Trump, así, traten de eludir y esconderse de responsabilidades predicando para aparentar lo que no sienten en los recintos católicos, como verdaderos venezolanos comprometidos por la patria.
No estamos esperando, que prelados y opositores de la calaña de Baltazar Porras y María Corina la Machado, se acerquen a ninguna marcha en defensa de la patria y el petróleo, porque es como pedirle al mismo diablo –Trump– que se retracte de su verborrea mediática, ya que, no lo va hacer, porque entonces es desobedecer las ordenes emanadas de la Casa Blanca, por mandato de las grandes corporaciones, cuando su presencia e infinidades de tropelías verbales, dependen del abuso de poder, sin tomar en cuenta la preparación y menos la capacidad para resolver grandes y acuciosos problemas de un mundo cambiante, pero además amenazado por un holocausto mundial, precisamente por las peligrosas arremetidas en su acelerada descomposición del imperialismo, en su inevitable caída al precipicio.
Nada de esto toman en cuenta los curas de parroquia, como en una oportunidad los llamó el cantor del pueblo, Alí Primera y menos los opositores envalentonados al creer firmemente en los arrebatos belicosos de Trump y la inhabilitada, quien ahora se encuentra cumpliendo con la función, que en su oportunidad realizó de manera firme y decidida Juan Guaidó, cuando inocentemente se creía un encanto divino e inteligente al tratar de pararse en cualquier esquina, como el presidente de la República, sabiendo que estaba haciendo el ridículo, ya que, salió de la imaginación de los que alimentan sus esperanzas con las payasadas, porque su verdadera y única misión es servirle de apoyo a la voraz y destructora fiera del imperialismo en busca del petróleo a como dé lugar, pero en Venezuela, se han conseguido a un Nicolás, que no es San Nicolás, pero si un verdadero mandatario atrincherado junto a su pueblo, siguiendo las enseñanzas del comandante Chávez y el Libertador Simón Bolívar, ya que, la patria es para defenderla de cualquier amenaza extranjera.
PATRIA O MUERTE VENCEREMOS, HOY MÁS QUE NUNCA ¡LEALES SIEMPRE, TRAIDORES NUNCA!