A mediados de 2006, Llegué al restaurante el Greco, ubicado en Santa Cecilia de Los Ruices. Eran cerca de las 8:30 de la noche, venía de una Audiencia de un Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, de La Guaira.
Me ubiqué en la barra, más allá en la misma barra estaban dos tipos hablando guevonadas, cada uno tenía un vaso de agua con whisky. Conversaban de que "tenían una flota de carros taxi en Panamá, y que eran propietarios de unos apartamentos en ese país, pensaban arrendarlos".
Según ellos les iba demasiado bien, estaban cómodos y pronto regresarían a Panamá. Vociferaban "los venezolanos tenían que ir a ese país", y repetían cada momento, "tú vida cambia arrechamente, mejora económicamente si te vas a Panamá".
También pedí un trago de whisky con agua, observé que hablaban muy bien de su situación económica. Les dije, hermanos, ya que estamos tomando whisky, vamos a pedir una botella de whisky y la cancelamos los tres.
Sorpréndanse, en voz baja contestaron, "no mi pana, estamos mamando".
Los dos eran un paquete chileno, vale decir, un pote de humo.
Considero, que la intención de ellos, una especie de adoctrinamiento para que, yo, arrancara inmediatamente para Panamá. Ese debió ser el modus operandi utilizado por esos "hermanos" opositores para que el venezolano pendejo, que fueron muchos, cayeran en esa trampa caza bobos, y arrancaran para Panamá. Los que se fueron, tanto para Panamá o para otro país extranjero, los tratan a los coñazos y los tienen como esclavos.
Pedro Luis Bastardo Vallenilla.