El Presidente Trump replegó ante Maduro y se acaba la Doctrina Monroe

Domingo, 30/11/2025 01:00 PM

El Presidente Donald Trump actuó con prudencia cuando retiró el portaviones Gerald Ford del Caribe y lo regresó a su base en Newport, Virginia; en ese instante murió la Doctrina Monroe

Trump corría un gran riesgo político si iniciaba las hostilidades contra Venezuela con el portaviones Gerald Ford dentro del teatro de operaciones con barcos rusos armados de misiles kaliber anclados frente a las costas venezolanas y formidables defensas antiaéreas desplegadas contra los aviones americanos, porque en Bahia de Cochinos se demostró que un desembarco necesita apoyo aéreo.

Lo más prudente era retirar púdicamante el portaviones del área de peligro bélico y así se hizo.

Es el portaviones mayor y más caro que tiene Estados Unidos. Como he dicho muchas veces la estrategia estadounidense de proyectar su superioridad aérea con portaviones y unas 800 bases repartidas por los cinco continentes es hoy obsoleta y pertenece a la estrategia de la SegundaGuerra Mundial, porque además en el siglo XXI es muy onerosa es poco efectiva.

Un potaviones con su tripulación y todos sus aviones pueden ser enviados al fondo del mar con el impacto de un solo misil anti-buque de los tantos que a un costo mucho menor construyen en serie todos los adversarios de Estados Unidos como Irán, Rusia y China y todos ellos han desarrollado misiles de crucero hipersónicos que Estados Unidos no puede interceptar y eso se compagina mal con la política de prepotencia del Presidente Trump, quien prefiere el nombre de Secretaría de guerra para lo que era Secretaría de Defensa; porque suena más macho.

Todas las 800 bases de Estados Unidos son ahora rehenes de sus adversarios que pueden destruirlas matando a miles de soldados norteamericanos, sin correr algún riesgo con misiles hipersónicos de largo alcance, alcance que sus costosas baterías Patriot instaladas en Asia Occidental han demostrado ser incapaces de interceptar.

Parece probable que los asesores de Trump le hayan aconsejado que en vista del armamento moderno proporcionado por Rusia e Iran a Venezuela no corriera el riesgo innecesario de atacar a Venezuela con un pretexto tan obtuso y falso como su cuento del Cartel de los Soles, un cuento desmentido por todos los indicios reales del tráfico de drogas, lo que insinúa que es solo un nuevo cuento elaborado por la CIA para invadir y destruir el enésimo país pacífico asentado sobre reservas de petróleo Iraq, Libia y Siria, Venezuela y después Nigeria )

Ninguno de ellos en ningún modo representaba una amenaza para Washington y tal vez justo por eso los invadieron. Pero Venezuela le salió valiente y respondona, por eso replegó su portaviones.

Sin guerra alguna, el Complejo militar- industrial de Estados Unidos queda sin un pretexto razonable para seguir recibiendo la mayor porción del presupuesto norteamericano. Porque al colapsar la Unión Soviética Estados Unidos quedó como la única gran potencia que ejercía su hegemónía porque nadie se atrevería a atacarla.

Fue cuando Francis Fukuyama escribió su libro El Final de la Historia. Esa falta de adversarios constituyó un grave problema para la industria armamentista de Estados Unidos que suele devorar el presupuesto de Washington con onerosísimos contratos para desarrollar y construir armamentos que en un mundo en paz universal sería un modo absurdo de distribuir el presupuesto.

Por eso es plausible que habiendo desarrollado esa industria, los sistemas de control remoto de objetos voladores que ahora son bien conocidos y corrientes, los usara para crear un enemigo tan fantasmal como Al- Qaeda, una organización terrorista musulmana creada por la CIA a la que inmediatamente después de los hechos se le atribuyó el haber organizado la destrucción de las torres gemelas del World Trade Center en NewYork con un ataque televisado y por lo tanto una agresión indudable, aunque luego con el derrumbe tuviese todos los indicios en una secuencia idéntica a una demolición controlada hiciera nacer sospechas, además de que la explicación de que un fuego al aire libre hubiese derretido el acero de la estructura resulta increíble para cualquiera que haya usado herramientas dehierro en una hoguera.

Somos muchos quienes sospechamos que el ataque con dos aviones haya sido un ataque de falsa bandera.Otro indicio de eso es que los virajes de aproximación con más de 45 grados hechos por los aviones atacantes antes de enderezarse hacia el objetivo es muy poco plausible que hayan sido realizados, según la narrativa oficial, por alumnos pilotos saudíes entrenados en escuelas de aviación privadas de la Florida. Cualquier piloto privado sabe bien que el control de los mandos se invierte después de cruzar el limite de los 45 grados en el horizonte por ello para esas maniobras en aviones de gran envergadura se necesita entrenamiento en vuelo acrobático. Esto que acabo de decir no es teoría conspirativa. Aunque sospechar una conspiración de la industria armamentista para crear crear un enemigo externo no es invento mio.

Lo advirtió, en 1961. El Presidente Eisenhower durante su discurso de despedida, cuando denunció al Complejo militar- industrial como la mayor amenaza contra la democracia de Estados Unidos porque dispone del mayor presupuesto para comprar políticos, medios y funcionarios del gobierno de Estados Unidos y seguir atribuyéndose la mayor parte del presupuesto y obteniendo ganancias fabulosas sin alguna verdadera auditoría o con graves escándalos cuando sus costos se han auditado.

Esta disgreción es para señalar los intereses que están detrás de ese enfrentamiento en el Caribe que trajo un déscredito de la bi-centenaria doctrina Monroe es por mérito del valoroso pueblo venezolano que aún resiste después de sufrir 20 años de continuo asedio y sabotaje económico que destrozó su economía e impuso el desabastecimiento masivo que hizo emigrar a millones de venezolanos. Ese proceso culminó con este amago de invasión que fracasó gracias a la gallardia del pueblo venezolano que se mantuvo unido en apoyo de la soberanía nacional representada por nuestro Presidente Nicolás Maduro y respaldada por nuestros aliados más allá del mar Caribe, todos ellos se mostraron solidarios con una entereza que obligó al repliegue de Washington y la victoria de Venezuela frente a la prepotencia de Trump.

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