Este articulo presenta una investigación documental exhaustiva que abarca seis reportajes periodísticos publicados entre octubre y noviembre de 2025, que revela un patrón coordinado en la política exterior estadounidense hacia Venezuela. Lejos de tratarse de acciones aisladas o contradictorias, la administración Trump ha implementado una estrategia calculada de "coerción integral" que opera simultáneamente en múltiples frentes: el militar, el diplomático, el mediático y el doctrinario. Esta aproximación multifacética combina la amenaza creíble de fuerza militar con ofertas de diálogo condicionado, creando lo que analistas internacionales denominan "diplomacia bajo coerción extrema". El análisis cronológico y temático de estas fuentes primarias demuestra que estamos ante una de las operaciones de política exterior mejor orquestadas de la era Trump, donde la aparente contradicción entre belicismo y diplomacia es, en realidad, la esencia de un cálculo geopolítico deliberado.
La estrategia comienza a develarse el 22 de octubre de 2025 cuando Ken Klippenstein de The Intercept documenta en "Trump's Justification for Venezuela War Relies on a Boat" cómo la administración revitaliza la Doctrina Monroe del siglo XIX y señala la presencia de barcos iraníes como potencial casus belli. Este marco conceptual encuentra su sustento histórico semanas después, cuando Jeremy Scahill y Ryan Grim exponen en "How the New York Times Is Repeating Its Iraq War Failures in Venezuela" los paralelismos metodológicos entre la cobertura previa a la invasión de Irak en 2003 y el tratamiento mediático actual sobre Venezuela. Los autores demuestran cómo el Times y otros medios mainstream están privilegiando fuentes anónimas de inteligencia sobre el "Cartel de los Soles", replicando el mismo patrón de desinformación que llevó a la guerra con Saddam Hussein. La construcción del consenso político doméstico se completa con la investigación de Ryan Grim del 20 de noviembre, donde detalla cómo el senador Marco Rubio actúa como arquitecto legislativo de la narrativa del "estado narco", legitimando ante el Congreso la criminalización del gobierno venezolano.
La investigación de Klippenstein del 25 de noviembre representa el eslabón más explosivo en esta cadena de revelaciones. Basándose en fuentes anónimas de inteligencia, "Trump Ponders Sending Troops to Caribbean, Weighs False Flag to Justify Venezuela War" expone la transición de la retórica a la planificación operativa concreta. El reportaje revela discusiones sobre despliegue de tropas en bases del Caribe y, más alarmantemente, la contemplación de operaciones de "bandera falsa" para crear incidentes que justifiquen una intervención militar. Estas revelaciones operativas encuentran su marco estratégico definitivo el 26 de noviembre con el reporte de Zachary Basu en Axios, "Trump's 'America First' doctrine puts target on Venezuela's Maduro", donde documentos internos confirman que Venezuela se ha convertido en el caso de aplicación prototípico de la renovada doctrina de política exterior trumpista. Según estas fuentes, Caracas representa el "laboratorio ideal" para probar la combinación de maximalismo coercitivo, desdén por el multilateralismo y voluntad de usar poder militar unilateral.
La sofisticación de la aproximación estadounidense se revela completamente con la publicación simultánea el 26 de noviembre del reportaje de El País, "Trump asegura que planea hablar con Maduro: 'Si podemos salvar vidas, está bien'". Durante una conferencia en Mar-a-Lago, el presidente declara su disposición al diálogo, creando lo que analistas de relaciones internacionales identifican como el clásico juego del "policía bueno y el policía malo" llevado a escala geopolítica. Esta aparente contradicción entre las declaraciones presidenciales y los planes revelados por The Intercept no representa caos o incoherencia, sino más bien una estrategia calculada de presión integral. La fórmula es reconocible en manuales de coerción diplomática: por un lado, se mantiene la presión militar y económica al máximo; por el otro, se ofrece una salida negociada que parece razonable comparada con la alternativa del conflicto armado. El objetivo último es fracturar al establishment venezolano y forzar una rendición negociada en términos extremadamente favorables a Washington.
La evaluación de estas fuentes permite proyectar cuatro escenarios principales con sus respectivas probabilidades.
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El escenario de coerción exitosa (40% de probabilidad) implica que la combinación de presión militar creíble y ofertas de diálogo condicionado fuerza una negociación favorable a Estados Unidos sin conflicto armado abierto.
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El escenario de escalada controlada (35% de probabilidad) contempla operaciones militares limitadas y bloqueos selectivos que conducen a una crisis prolongada con confrontaciones intermitentes.
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El escenario de fractura institucional (15% de probabilidad) prevé que la estrategia de doble discurso genera divisiones internas en el gobierno venezolano que llevan a su colapso desde dentro.
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Finalmente, el escenario de guerra abierta (10% de probabilidad) considera que un incidente de "bandera falsa" o error de cálculo conduce a una confrontación militar total con intervención internacional. La variable crítica en todos estos escenarios será la capacidad de respuesta del gobierno venezolano frente a una ofensiva que opera simultáneamente en múltiples dimensiones.
Esta investigación documental demuestra que el verdadero desafío para Venezuela ya no es la amenaza de una invasión convencional a gran escala cuya probabilidad se mantiene baja entre 20-30% por los enormes costos militares y geopolíticos, sino la sofisticada estrategia de coerción integral que Washington ha desplegado. La combinación de presión militar creíble, construcción de consenso mediático, desarrollo de marcos doctrinarios y aperturas diplomáticas calculadas representa una forma de guerra del siglo XXI que trasciende los paradigmas convencionales de conflicto.
Los paralelismos con Irak nos alertan sobre los peligros de repetir errores históricos, mientras que la naturaleza multifacética de la ofensiva sugiere que la comunidad internacional debe desarrollar mecanismos de respuesta igualmente complejos y multidimensionales. La pregunta definitiva ya no es si Estados Unidos invadirá Venezuela, sino si el gobierno venezolano y sus aliados internacionales podrán contrarrestar una estrategia de coerción que busca la rendición sin necesidad de librar una guerra convencional.
Fuentes Documentales
Klippenstein, K. (2025c, 22 de octubre). "Trump's Justification for Venezuela War Relies on a Boat". The Intercept.
Scahill, J. & Grim, R. (2025, 18 de noviembre). "How the New York Times Is Repeating Its Iraq War Failures in Venezuela". The Intercept.
Grim, R. (2025, 20 de noviembre). "Marco Rubio Paves the Way for Trump's Venezuela Policy, Linking Maduro to Cartel de los Soles". The Intercept.
Klippenstein, K. (2025a, 25 de noviembre). "Trump Ponders Sending Troops to Caribbean, Weighs False Flag to Justify Venezuela War". The Intercept.
Basu, Z. (2025, 26 de noviembre). "Trump's 'America First' doctrine puts target on Venezuela's Maduro". Axios.
El País (2025, 26 de noviembre). "Trump asegura que planea hablar con Maduro: 'Si podemos salvar vidas, está bien'".