Agresión imperialista

Operación Lanza del Sur: escalada guerrerista de Estados Unidos sobre Venezuela y la región

Lunes, 17/11/2025 04:55 AM

El imperialismo estadounidense ha decidido desplegar su poderío militar en lo que históricamente ha considerado su zona de influencia exclusiva: el Caribe y América Latina. La llamada Operación Lanza del Sur, anunciada con la pompa belicista característica del gobierno de Donald Trump, no es un ejercicio rutinario. Es una demostración de fuerza cruda, un mensaje dirigido a Venezuela, a la región y al mundo, de que Washington está dispuesto a recurrir a la opción militar para imponer su hegemonía.

Lejos de ser una simple "misión antinarcóticos", como la disfraza el Pentágono, este despliegue militar sin precedentes en el Caribe es una amenaza de guerra abierta y una pieza clave en la estrategia de agresión imperialista. La justificación oficial —la lucha contra el "narcoterrorismo" y el flujo de drogas como el fentanilo— es un velo hipócrita que ha sido claramente desenmascarado. Es el pretexto cínico para ocultar la verdadera meta: imponer su objetivo en Venezuela y la recolonización de América Latina.

Es la Doctrina Monroe potenciada, una reafirmación de que EE.UU. considera a América Latina y el Caribe como su patio trasero, donde puede actuar con impunidad. El propio secretario de Guerra, Pete Hegseth, al anunciar la Operación "Lanza del Sur", fue explícito en su visión neocolonial: "El Hemisferio Occidental es el vecindario de Estados Unidos y lo protegeremos". Por tal razón, se ha puesto en marcha un despliegue militar de gran magnitud en el Caribe, acompañado por una retórica belicista que apunta directamente a Venezuela y, por extensión, a toda la región.

Estados Unidos busca reafirmar su hegemonía, especialmente en momentos de crisis interna y de pérdida de control hegemónico mundial. En un contexto de profunda crisis económica global y de creciente competencia con potencias como China, la Casa Blanca utiliza la agresión a Venezuela para reafirmar su hegemonía y consolidar su dominio militar sobre recursos estratégicos y rutas comerciales clave en el hemisferio.

El envío del USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande y tecnológicamente avanzado del mundo, es el símbolo más evidente de esta política, y es el buque insignia de la Operación Lanza del Sur. Con capacidad para 5000 tripulantes y hasta 70 aeronaves, y operando con energía nuclear, su sola presencia es un gesto de intimidación brutal. El USS Gerald R. Ford es el más desarrollado para la guerra y está equipado con la tecnología más letal y capacidad para proyectar poder aéreo a miles de kilómetros de distancia. Su presencia implica la capacidad de lanzar ataques aéreos, operaciones anfibias, misiones de inteligencia profunda y proyección de fuerza a gran escala.

Su presencia en el Caribe es toda una declaración de intenciones belicistas. Es la reafirmación de Washington de que el Hemisferio Occidental sigue siendo su "esfera de influencia vital". Con su llegada a aguas del Caribe convierte esta operación en uno de los despliegues navales más significativos en la región en décadas, con cerca de 15.000 militares desplegados. De hecho, varios informes de prensa internacional señalan que esta es la mayor concentración naval en la región desde la Guerra del Golfo. Estamos ante una agresión imperialista en la que el poder militar sirve como herramienta de dominación para garantizar intereses económicos y geoestratégicos.

La administración Trump no descarta ninguna opción en la agresión contra Venezuela. El propio presidente, fiel a su estilo amenazante, ha escalado la retórica al máximo. Interrogado sobre sus planes, afirmó este viernes 14 de noviembre que ya se había "decidido" sobre Venezuela, aunque sin detallar sus próximas acciones militares. Previamente, ya había barajado públicamente la posibilidad de ataques a objetivos terrestres en territorio venezolano.

La Operación Lanza del Sur representa así la militarización abierta de la política exterior de EE.UU. No es solo una política de disuasión; este despliegue militar es el núcleo de una estrategia de intimidación que puede abrir las puertas a una guerra de agresión con consecuencias catastróficas para toda la región. América Latina, que en los últimos años había visto un crecimiento de tensiones políticas, polarización social y renovados movimientos de masas, podría ingresar ahora en una fase de mayor inestabilidad producto de esta presión militar.

Estados Unidos no oculta que busca "restaurar la seguridad hemisférica". Esta frase, repetida por funcionarios como Pete Hegseth, secretario de Defensa, no es nueva: forma parte del viejo lenguaje justificatorio usado para legitimar invasiones, golpes de Estado y bloqueos económicos a lo largo del continente. Lo novedoso, en todo caso, es la escala tecnológica de esta nueva fase, que sugiere que Estados Unidos está experimentando con un nuevo modelo de ocupación y vigilancia, menos dependiente de tropas sobre el terreno, pero aún más intrusivo y permanente. Por eso, muchos analistas descartan una invasión directa a Venezuela.

La Operación Lanza del Sur busca consolidar este cerco y demuestra que Estados Unidos está reactivando una estrategia clásica de dominación hemisférica, combinada con las tecnologías militares más avanzadas, lo que tensiona a toda América Latina.

Movilización contra la agresión imperialista estadounidense

Frente a esta amenaza, desde la Red Internacional La Izquierda Diario llamamos a la movilización internacional de trabajadores, estudiantes, mujeres y pueblos oprimidos. Tal como lo hemos sostenido, la única salida para los pueblos del continente pasa por el más absoluto repudio al imperialismo y a sus agentes en Venezuela, como María Corina Machado.

El gobierno de Maduro, con su deriva bonapartista y su política de ajuste y represión, no es, ni por asomo, un estandarte de la liberación nacional. La demagogia antiimperialista que ha empleado Maduro durante su gobierno no es más que una impostura que trata de esconder su política de favorecer al capital extranjero, en detrimento de los derechos económicos y políticos de los trabajadores venezolanos. Nuestra lucha, la de los socialistas y los trabajadores, no es por defender al gobierno de Maduro, sino por derrotar la agresión imperialista y por la independencia de clase. Ante un ataque del imperialismo yanqui, nuestra posición es categórica: defender sin vacilaciones la soberanía de Venezuela contra todo tipo de agresión de Estados Unidos.

Apostar por la movilización del pueblo trabajador, las mujeres y la juventud de forma independiente, tanto dentro de Venezuela como en toda Latinoamérica, es la única posibilidad de pararle las manos al imperialismo y rechazar las aspiraciones de sus agentes en la región. La tarea urgente es movilizar a la clase trabajadora y a la juventud de toda América Latina, y en el propio corazón del imperialismo, para detener esta agresión y las amenazas de guerra.

Frente a la escalada militar, la única respuesta efectiva es la movilización independiente de la clase obrera y los oprimidos. Es urgente construir un movimiento continental que denuncie este despliegue, que rechace explícitamente cualquier intervención y que levante la bandera de la unidad de los pueblos del Caribe y de toda América Latina contra la política imperialista de Estados Unidos.

Llamamos a los trabajadores, a la juventud y a los oprimidos del mundo a sumarse a una campaña de repudio militante contra esta nueva agresión imperialista. Es imperioso que en América Latina y en el mundo los sindicatos, las organizaciones estudiantiles y los movimientos sociales condenen y actúen contra esta nueva agresión.

¡Fuera las manos del imperialismo estadounidense del Caribe y de Venezuela! ¡Fuera la flota militar imperialista del Caribe! Por la expulsión de todas las bases militares de EE.UU. en América Latina. ¡Basta de sanciones económicas contra Venezuela! Hay que levantar inmediatamente todas las sanciones económicas y financieras que castigan al pueblo venezolano.

¡No a la intervención! Rechazamos cualquier acción militar, directa o encubierta, contra Venezuela. ¡Que el grito de "¡Yankee Go Home!" retumbe en todo el continente!
¡Por la unidad internacional de los trabajadores y los pueblos contra el imperialismo!

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