Compatriotas. Hoy, tengo que fijar una posición que creo que es ineludible. Debemos hablar con la verdad, sin velos: Donald Trump es el peor enemigo que ha tenido Venezuela en la historia contemporánea.
Su primer gobierno no solo impuso el ciclo de sanciones más agresivo y criminal, sino que actuó con una crueldad financiera calculada. El bloqueo a nuestra industria petrolera no fue un error, fue una estrategia deliberada para llevarnos a la asfixia financiera total.
No olvidemos jamás que las sanciones impuestas por la administración Trump, con nombres y apellidos, nos imposibilitaron el refinanciamiento de nuestra deuda externa y nos cerraron la puerta a la captación de nuevos recursos vitales provenientes de organismos multilaterales. Fue una agresión económica que golpeó a cada venezolano, sin distinción.
Pero si faltaba una prueba de su doble moral y su verdadero desprecio por el pueblo venezolano, ha llegado. Y lo que es más insólito, me obliga a darle la razón al "mercenario digital" y principal palangrista de la oposición, Jaime Bayly.
Nunca pensé citarlo, pero sus palabras sobre las acciones recientes de Trump son un espejo de la realidad. Escuchen bien lo que dijo Bayly:
"...por fin Trump ha atacado a Venezuela. Sí, ha atacado a Venezuela. No ha atacado militarmente (…), porque no se atreve, no porque no le interesa, pero ha atacado a los venezolanos... Ayer, miles de miles de venezolanos que viven en este país, más o menos 600 mil venezolanos que viven en este país, y que estaban protegidos legalmente por el TPS, el estatus de protección temporal... Todos esos venezolanos libres aquí en Estados Unidos, más de medio millón, han quedado hoy sin protección legal. Les han quitado el TPS... han quedado en condición de indocumentados, o sea, como dirían los voceros de Trump, en condición de ilegales. Y entonces sujetos a ser detenidos, arrestados y deportados."
La pregunta es simple: Si Trump trata de forma tan cruel e inhumana a los venezolanos que ya estaban en Estados Unidos, trabajando y pagando impuestos, ¿de verdad creen que vendrá a salvarlos estando aquí en Venezuela?
A esos venezolanos que, día tras día, aúpan e imploran una invasión, una intervención militar de Trump contra su propia tierra: abran los ojos. Su mesías los desprecia y los usa como moneda de cambio. Sus acciones migratorias han demostrado que su única lealtad es su propio interés, dejando a la deriva a cientos de miles de compatriotas.
2. El Silencio del Nobel de la Paz (Conexión con Machado)
Y aquí viene mi mayor indignación. Donde están las voces de quienes se autoproclaman defensores de los Derechos Humanos en Venezuela y a nivel internacional?
Hablo de la señora María Corina Machado, recién galardonada con el Premio Nobel de la Paz. Un galardón que supuestamente la consagra como defensora de la vida, la justicia y la dignidad de su pueblo.
¿Cómo es posible que una Premio Nobel de la Paz guarde un silencio total, sepulcral, ante el drama de 600.000 venezolanos que quedan en la indefensión y son ahora sujetos a la persecución del ICE?
¿Acaso los derechos humanos solo valen cuando es conveniente a su narrativa política? El mismo gobierno que usted ha elogiado y de cuyo presidente ha reconocido su "liderazgo" al recibir el Nobel, es el que está violentando la vida de nuestros hermanos en el exterior.
¿La Paz, señora Machado, se defiende solo de un lado de la frontera? O la defensa de nuestro pueblo debe ser integral, dondequiera que se encuentre. Su silencio es complicidad.
3. La Hipocresía de los "Mercenarios Digitales"
Pero el silencio cómplice no es solo de una élite política. También es de los que he llamado: Los Mercenarios Digitales.
Todos esos palangristas y "analistas" que viven en Miami o en cualquier ciudad de EE. UU., que han construido su fortuna y su audiencia monetizando nuestra tragedia, que viven de aupar intervenciones y de pintar a Trump como un salvador... ¿dónde están ahora?
Llenan sus programas y sus redes con titulares sobre la crisis en Venezuela, pero ahora callan como tumbas sobre la política migratoria de persecución, sobre los despliegues del ICE, sobre la violación de los derechos humanos que sufren nuestros hermanos indocumentados a manos del gobierno que ellos defienden.
Ellos no están en el riesgo. Ellos viven protegidos por sus papeles y sus dólares, mientras usan a su gente como carnada política. El dolor del migrante no vende si el agresor es su aliado. Su ética se mide en dólares, no en dignidad.
4. Llamado a la Conciencia
La realidad es esta: El peor enemigo de Venezuela no es un individuo, es una política de agresión que tiene dos caras.
1.Una cara que nos asfixia económicamente (las sanciones).
2.Y otra cara que desprecia y persigue a nuestros migrantes (las deportaciones y el TPS).
Y lo más grave es que esa política encuentra silencio cómplice en aquellos que dicen luchar por la libertad de Venezuela.
A los venezolanos que ven este video: Despierten. El apoyo a Trump no es apoyo a Venezuela. Es un apoyo ciego y sumiso a quien nos ha golpeado por partida doble. Es hora de dejar de idolatrar a agresores y de exigir a nuestros supuestos líderes —los que tienen un Premio Nobel de la Paz— que se pongan del lado de los derechos humanos, ¡del lado de todo el pueblo venezolano!
Es hora de despertar: El enemigo no solo nos asfixia económicamente, sino que también nos persigue y nos expulsa migratoriamente.
Con esta reflexión, les invito a compartir este escrito para romper el silencio y la hipocresía, porque incluso desde la orilla de la oposición más radical, la verdad sobre la crueldad de Donald Trump ha sido expuesta.
Correo: agiussepe@gmail.com