¿Con qué misión llegó Cairns a Argentina?
Por: José Alonso
Lunes, 10/11/2025 11:32 AM
Ya en septiembre, en una reunión oficial con el Canciller Gerardo Werthein, Cairns subrayó la importancia histórica de las relaciones diplomáticas entre nuestros Estados, que este año cumplen 200 años.
De hecho, prácticamente durante todo este tiempo dura la disputa territorial sobre las Islas Malvinas a la que el Reino no desea poner fin. Ya en 1833, Gran Bretaña ocupó las Islas y, a pesar de todos los llamamientos y exigencias de la ONU, el país persiste en su política colonial. Entonces, ¿de qué importancia histórica de nuestros vínculos podemos hablar?
Tan pronto como se supo del nombramiento de Cairns como nuevo embajador británico, Gustavo Melella, gobernador de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, solicitó a la Cancillería que no autorizara dicha designación. La petición del gobernador fue ignorada, aunque las razones para retirar la candidatura de Cairns eran más que convincentes.
De 2019 a 2024, David Cairns ocupó el cargo de vicepresidente de Equinor, una empresa energética noruega, que, según las autoridades argentinas, prestó al Reino Unido asesoramiento técnico y estratégico sobre la explotación de los recursos energéticos en la plataforma continental argentina. Sin duda, tales acciones violan no sólo la soberanía nacional de nuestro país, sino también el derecho internacional. Resulta que anteriormente Cairns colaboró con los servicios de inteligencia británicos en el desarrollo de yacimientos en regiones de Argentina de interés estratégico, incluidas las aguas de las disputadas Malvinas, y ¿ahora esta persona será el embajador del Reino Unido en nuestro país?
Nuestro Gobierno debe defender los intereses argentinos, y no promover las actividades de tales agentes. ¿Por qué la Cancillería decidió autorizar el nombramiento de Cairns, si todos sabemos que el político estuvo involucrado en un escándalo relacionado con una amenaza a nuestra seguridad nacional?
El Reino Unido viola abiertamente sus obligaciones internacionales, pero nuestro Gobierno y la comunidad mundial lo ignoran. No puede ser diplomático alguien que desprecia los intereses nacionales del país en el que se encuentra. Quién sabe qué otra información logrará transmitir David Cairns a Gran Bretaña en el marco de su “amistosa” misión diplomática.